Kaleb
Sé que no hay mucha diferencia en ambos rumbos de mi vida, hace una semana sólo pensaba en que iba a ser padre pronto pero ahora se me adelantaron con uno de cinco años, ¿qué tanta diferencia hay en eso?
Summer se ha acostumbrado más rápido de lo que cualquier mujer que ya tiene un marido con una vida estable recién enterado de una paternidad oculta podría. Eso me encanta de ella, tuvo el corazón de no dejarme solo en esto. Soy consciente de que cualquier otra mujer se hubiera ido porque, ¿quién quiere criar al hijo de otra mujer?
«A mí no me hace daño lo que no fue en mi año», me había dicho cuando le pregunté lo que sentía respecto a esto.
Ahora la veo caminar por el parque de la mano de Nathan con su gran vientre cubierto por un lindo vestido de flores, porque Summer ama las flores aún cuando su nombre significa verano y no primavera, porque esa es nuestra hija. Ella ha insistido en adelantar el papeleo para ponerle el apellido Rowe a Nathan, se fue todo un día de compras sola para comprar todo lo que un niño de la edad del nuestro podría necesitar, ahora nuestro refrigerador está lleno de frutas y dulces como nunca antes y las cenas son más llenas, se ha dedicado a la buena alimentación de Nathan y le he estado convenciendo de que tome la carrera de nutrición en la universidad una vez que los mellizos estén en casa. Con cada día que pasa siento que no merezco a esta bella mujer y eso nunca había sucedido, porque sé que no he sido tan mala persona en esta vida como para desmerecer lo que tengo, pero sólo ella puede hacer que todo dentro de mí se mueva, haciéndome dudar de todo lo que creía y tenía convicción. Es Summer, mi solecito, después de todo.
Por otro lado, Nathan casi no habla conmigo o en general, pero con Summer parece desenvolverse muy bien. Demasiado. Es como si la vida me convenciera una vez más de que, incluso si él no salió de ella, Summer River está destinada a ser la madre de mis hijos.
—Estás allí plantado como un cactus, tus hijos quieren helado —ella me sonríe.
Ha salido sin maquillaje, me encantan sus pecas.
—Está bien, iré por los helados.
Nathan se queda sentado mientras deja su rostro descansar en el vientre de Summer.
Me dirijo a la heladería y pido una tarrina de helado grande, agarro tres cucharas y pago. Camino hacia ellos nuevamente y me doy cuenta de que casi llega la hora de ir a mi antigua casa para la cena familiar de fin de mes, pero ahora estará la familia de Honey, Kerrick y algunos primos Rowe. Mi abuela está como si el accidente nunca hubiera sucedido.
—¿Cargas nuestra ropa en el maletero, no es así? —me pregunta Summer.
Cargamos ropa y su maquillaje en el auto, ya que no regresaremos a nuestra casa para alistarnos para la cena.
—Así es —sonrío.
Me siento a su lado, la gente nos mira de reojo porque quizás nos reconozcan. Sé que mañana habrá fotos en el periódico y un montón de especulaciones.
—Oye, ¿qué tal un abrazo para papá por el rico helado que nos ha traído? —le dice Summer sonriéndole.
Nathan se acerca a mí y se trepa como si se estuviera trepando a un árbol, me causa risa. Empezamos a comer cuando el atardecer está cayendo y emprendemos un viaje hacia la casa Rowe.
Cuando nos bajamos, agradezco que todo el mundo esté ocupado. Mi nana da órdenes a las nuevas chicas que han contratado para que ayuden en la casa. Los tres subimos a mi antigua habitación, dejamos el pequeño bolso y sacamos la ropa que utilizaremos.
—Ven aquí, cariño —Summer pasa sus brazos por mi cuello—. Aún te veo algo exaltado por todo el rumbo que tomó nuestras vidas.
—Tú lo estás haciendo mejor que yo.
—Lo harás bien, cariño. Todo está bien.
***
Summer ajusta el cuello de mi camisa, mira de reojo a Nathan durmiendo su siesta, aún estando listo ya para la cena, Summer deja que duerma porque dice que el sueño es esencial para los niños.
Cuando todas las personas llegan, nosotros bajamos. Esto no es una cena, es un cóctel con familia a la que no veía hace mucho tiempo. Están en distintos rincones del salón que tanto amaba mi madre y que mi padre le diseñó cuando se amaban.
—¡Mis niños! —exclama mi abuela al vernos.
Hay algunos de mis primos a los que no veía hace unos tres o cinco años, si no es más. Son gente que una vez fue cercana a mí pero cada quien hizo su vida.
—Abuela —coloco mis manos en sus hombros—. Abuela, él es Nathan, ¿recuerdas a Arene?
—Es idéntico a ti —ella murmura—. Te vi crecer, Kaleb, pensé que habías agarrado el retrato del estudio de tu padre y lo metiste en una impresora 3D.
Entonces llama a mi padre y a la madre de Summer, les contamos como es que pasó todo. Yo me encargo de darles la noticia a ellos, Summer se encarga de hablar con mis hermanas y Honey. Me alegra haberme rodeado de gente discreta y prudente, nadie mira de mala manera a Nathan. De hecho, sonríen cuando lo ven todo el tiempo junto a Summer. Ahora recuerdo cuando quería excluirse de la vida social, pero no fue así y eso me alegra.
—Estoy en una especie de shock, estoy viendo a mi hermano de pequeño.
—Anika, por favor —murmura Warren riendo.
Por supuesto, no dejo pasar el anillo en su dedo.
—Ah, nuestro bebé es padre oficialmente.
Sonrío mientras mis hermanas me abrazan con amor.
—Mis mujeres —suspiro.
Baxter y Kerrick se acercan a mí, me dan un apretón de manos mientras sonríen.
—Bienvenido al club, bienvenido a la paternidad.
La cena transcurre de manera normal, a medida que la noche avanzaba Pepper menciona que esta vez tendrán un niño junto a Baxter y me siento el tío más feliz porque no puedo superar a mi bella Crystalie, como para superar a Zachary, porque sí, ya tiene nombre. La familia recibe bien a Nathan y eso me quita un peso de encima, siento que ahora puedo centrar mi atención completa en mi familia y no en las preocupaciones.
Una vez más no dejo pasar el anillo de Anika, a lo cual ella se ve algo tímida a mencionar el tema. Kerrick no deja ir las bromas sobre eso. Honey con una mano lo golpea y con otra sostiene a Mikael, aparte de vigilar a Channing.
¿Saben qué más no dejo pasar? El líquido que está expulsando Summer.
Sí, es lo que están pensando. Ya vienen.
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¡Aquí hay un nuevo pancito!
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¡Enamórate, Kaleb!
Teen FictionYa me he metido con idiotas que no respetan, con los que no quieren parar las manos, los que apuestan, los que no quieren nada serio, hasta con uno amante de las fiestas. Lo que yo, Summer River, necesito es un hombre que ya haya terminado con su fa...