18. Razones y disculpas.

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Kaleb

Mantengo el ritmo en tirar la pelota naranja en el aro. Mi madre ha venido de visita y me mira preocupada, pero no tiene por qué, en verdad no. La abuela está neurótica por todo lo que se enteró sobre la situación con Summer. Pepper está tan intensa con todo esto que me viene a visitar seguido con mi pequeña Crystalie. Todos están en mi casa, han venido a fingir que nada ha pasado, aún cuando ya han pasado casi dos semanas desde que Summer se casó y se fue a no sé dónde.

—La extraño —le admito a Kerrick.

Kerrick me mira con inquietud, sé que para él ahora es delicado hablarme de ella. Mira por un momento a Honey para verificar que esté bien con eso de que está embarazada.

—Ella está bien —dice—. Cuando se fueron le llevaron a Jim al aeropuerto, ella jamás lo dejaría.

—Sí, lo sé —asiento.

Yo había esperado a la mujer apropiada para mí, siempre tan desesperado y confundiéndola con otras chicas que se me cruzaron en el camino. Nunca fui de esos que no creían en el amor, sólo tienes que ver a Baxper y a Kerrick con Honey para saber que sí existe. Es sólo que las personas como yo somos bastante desafortunados cuando parece que lo hemos encontrado.

Y otra vez, me adelanté. Por tonto y por desesperado terminé con las manos vacías. Confundiendo amor con compañía.

—Ella tampoco ha querido mencionarte.

—No tiene por qué hacerlo, ahora es casada.

Sé que no tiene nada que ver, puede contraer mil matrimonios pero no tiene nada que ver a mi manera de interpretarlo.

—Me veo en la obligación de aclarar las razones de mi hermana —Kerrick vuelve a hablar.

»Mi padre fue el que mandó a dispararte, le hizo creer a mi hermana que era por su culpa. Porque cada vez que ella regresaba de estar contigo él le decía que se alejara de ti, pero ella nunca le hizo caso. Así que él se vió en la “obligación” de tomar cartas en el asunto. Él vió la oportunidad perfecta para que ella acepte ese matrimonio y finalmente descubrir el talón de Aquiles que tenía Summer. Tú, por supuesto. Luego descubrió que papá no sólo tenía como mandarte a disparar, sino también a su paso podría mandarte a volar de este mundo si así él lo desea. Papá ha tenido tratos con la mafia desde hace algunos años, pero sólo requiere ayuda cuando cree que algo lo amenaza o amenaza su control sobre las cosas. En este caso, su control sobre Summer. Así es como puso su condición: casarse con Selig y vivir una vida junto a él, para que tú puedas estar en paz. No lo interpretes de mala manera, no te culpo por poner a Summer en esos aprietos. Ella tomó sus decisiones con tal de dejarte fuera de esto. Quizás yo también deba disculparme en nombre de Summer, porque de cierto modo te ha causado problemas. Yo debo respetar sus decisiones incluso si ellas te incluyen, pero creí que debías saber esto.

Me quedo en silencio por unos segundos, el pecho me duele como si me estuvieran disparando otra vez. No quiero, no puedo respetar sus decisiones. La quiero aquí, conmigo.

—Mi hermana se ha metido con algunas personas, los chicos eran unos completos imbéciles con ella —cuenta—. Pero esa pequeña pelirroja siempre tuvo carácter y nunca perdió la esperanza de encontrar a alguien que sí valga la pena.

—Tiene carácter y es independiente.

—Jamás dependió de la opinión de los demás, siempre tan... —le interrumpo.

—Directa, diciendo que su opinión sobre sí misma nunca va a cambiar. Incluso cuando se trata de maquillaje.

Ambos nos reímos. Veo a Baxter con la bebé mientras mi hermana está con mamá, han estado mejor entre ellas. Honey habla con Anika y Warren muy a gusto, quien ha resultado ser buen amigo de Honey Bonie. Mi padre y abuela siguen preparando la parrillada.

—Lo que quiero decir, es que si Summer no se rindió, tú menos —me dice, sonríe—. ¡Enamórate, Kaleb!

Suena como si me estuviera dando una orden y me río, las cosas no son tan simples para mí. De hecho, nunca lo fueron. Incluso cuando Summer vino, me dije a mí mismo que las cosas no son como parecen. Todo es simple al principio, pero luego pasa esto y se convierte en sendo desastre.

Kerrick se levanta porque Honey necesita ayuda para levantarse, sé que su intención es dejar sola a mi Anika con Warren. Él le hace bien, lo sé.

—Me estresa la idea de que las estás pasando mal —Pepper sonríe de manera cariñosa.

—Estoy bien —le digo—. El destino sólo está empeñado en hacerme mal.

—Mi sensible Kaleb —ella hace un puchero, me hace reír—. Necesito que estés bien para estar bien.

Después de una hora nos dedicamos a comer, como siempre la abuela se luce con la comida y Baxter metió sus dones en ella. Pepper nunca morirá de hambre.

La mayoría se va después de un par de horas más. Kerrick me deja una servilleta con un número que no conozco grabado. No es hasta que me quedo solo, que tomo mi celular y marco el número.

—¿Hola? —su voz hace que casi se me salga el corazón.

Mis pulmones reclaman aire porque no he abierto la boca en un lapso de segundos que se me hicieron eternos. No la he visto en semanas que me parecen meses. No sé si ha pasado mucho tiempo desde que la conozco, tampoco sé si esto que siento es real o si es muy pronto para que esto sea real. El tiempo corre y esto que siento no se detiene.

—¿Hola? —vuelve a hablar—. Estaba a punto de tomar un buen baño, señor o señora. No tiene ni idea de como me está matando la espalda, así que hable o calle para siempre.

—Siempre tan tú —murmuro—. Siendo un sol con todos, incluso por teléfono.

Ahora es ella la que se queda muda, sólo escucho su respiración en medio de este silencio.

—Disculpe, número equivocado.

Finalmente cierra la llamada y vuelvo a sentirme vacío. Tomo una chaqueta y guardo mi celular en el bolsillo. Salgo corriendo de casa mientras grito, grito porque así lo deseo y también tengo ganas de golpear algo. Sé que me cuida, que lo intenta.

Pero la quiero conmigo. Aquí, junto a mí, no en donde sea que esté.

Entonces algo en el parque hace que me detenga, mi esperanza se eleva a un nivel cósmico y las lágrimas amenazan con salir, los gritos causan molestia en mi garganta. Lo que estoy viendo podría parecer un verdadero milagro, es algo que no debería suceder.

Un diente de león en medio de este invierno.

—Me escuchaste —murmuro mirando al cielo, siento a Felicity sonreír—. ¡Te extrañamos como locos!

Tomo el diente de león, lo soplo y se va. Me queda la esperanza de que mi hermana me escucha y que no me deja.

—Gracias —susurro.

Regreso a casa en silencio, intento una y otra vez con el celular. Quiero hablar con ella, creo que han pasado horas y sigo aquí sentado en medio de la nada con tal de que esta mujer me conteste.

—¿Tienes idea de la hora que es aquí?

Sonrío, por fin ha contestado y me siento mejor con tanto milagro.

—Te extraño —la bomba explota.

—No me hagas esto —aquí es cuando la ciudad se destruye.

—Dime que no me extrañas, Summer River.

Se queda en silencio unos segundos, mi cerebro procesa ese lapso de tiempo como para pensar que ella va a cortar.

—Te extraño, Rowe —aquí es cuando la ciudad se levanta después de la bomba.

Cierra la llamada unos segundos después, pero me siento más tranquilo. La noche no deja de sorprenderme, porque veo por la ventana que empieza a nevar.

Bienvenido, invierno.

Así pasa un mes, un largo mes que me trajo más soledad como antes. Todo es como antes ahora. Menos los demás, ni Pepper y Baxter, ni Kerrick y Honey volverán a ser los mismos de antes.

Yo tampoco, en realidad.

¡Enamórate, Kaleb!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora