25. A consideración de la vida.

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Kaleb

Empiezo a sacar cuentas de todo lo que debo hacer, pensar, manejar y distribuir en la nueva vida que estamos planeando junto a Summer. Ella ha planteado la idea sobre el trabajo junto a Honey, sobre estilo y belleza, esas cosas que les gusta a las mujeres y en las que ambas son muy buenas.

Sé que las cosas van a empezar a ser un poco difíciles, tengo que empezar a sacar provecho de mi título universitario y ayudar a mi padre como aprendiz en la empresa aunque ese no sea mi especialidad.

El celular suena y son las tres de la mañana, eso me da mala espina. La última vez que sonó el celular a estas horas fue para dar malas noticias... sí, hablo de mi hermana.

—¿Sí? —contesto.

—Kaleb... —la voz de Baxter me asusta, su tono de voz es demasiado bajo.

Miro a Summer en la cama, durmiendo de manera tranquila.

—¿Por qué la llamada? —pregunto.

—Esta tarde, tu abuela y la de Summer se reunieron —me dice, ya lo sabía pero estaba tan ocupado que no pude llamarlas para asegurarme de que hayan llegado bien, además Rachel se fue de vacaciones—. Ellas sufrieron un accidente, según dicen estaban cruzando la calle cuando un conductor no frenó a tiempo y... —no.

Lo que dice después no puedo escucharlo con claridad, no puedo hacerlo. Sólo me repito constantemente que no puedo perder a mi abuela, no a una de las mujeres que más amo. Ya se llevaron a una de ellas, no puede arrebatarme a otra.

—Estamos en la clínica que conoces, tienes que venir.

Cierro la llamada y me quedo en silencio sin saber qué hacer. Summer ama a su abuela tanto como yo a la mía, está embarazada y podría hacerle daño pero no puedo ocultar algo así.

Me levanto y aparto un poco el pequeño escritorio que Summer insistió que acomodemos en la habitación.

—Cariño, levántate —murmuro moviendo un poco su cuerpo.

Tardé unos minutos en conseguir que ella abriera los ojos. Me mira sin expresión y sé que no me gusta que interrumpan su sueño y más porque está embarazada.

—Deja de mirarme, ¿cuál es la razón por la que no nos has dejado dormir a mí y a tus hijos?

—Cariño, ha pasado algo muy malo.

—Deja de hablarme como si fuera un niño pequeño, Kaleb, dime ya qué pasa.

—Tu abuela y la mía están en el hospital.

Se levanta de golpe y me mira con susto, su respiración va de mal en peor e intento que se mantenga recta y con el juicio intocable.

A las tres y media de la mañana estamos saliendo de casa, quince minutos después estamos llegando a la clínica y tres minutos más nos llevan para encontrar el sector indicado en el que se encuentran. Mi padre está ido, Pepper está casi inconsolable, Anika está junto a Warren, quien le ayuda a mantenerse de pie. Kerrick está solo, dice que dejó a Honey descansar ya que con los niños ambos acaban muy cansados, pero que él puede soportarlo.

—Lo lamento, no fue mi intención hacerles daño —dice un hombre a nuestro lado.

Está tan nervioso que no queda duda de que él es el que las atropelló. Mi ira sube con agilidad, me asusto porque mis manos pican de las ganas que tengo de golpear a este señor.

Pero aún así, no soy yo la persona que agarra a ese hombre sudoroso, a causa de los nervios, por el cuello de la camisa.

—Escúcheme bien, cretino —Summer habla entre dientes—. No está tan mal el hecho de que se esté disculpando, pero yo no podré perdonarle si mi abuela y la de mi marido se van sin poder conocer a sus tres bisnietos que están en camino.

—Sum, suéltalo, no debes alterarte.

Kerrick toma las manos de su hermana. No sé si emocionarme por el hecho de que me ha llamado "marido" o dejar que el dolor y la preocupación me consuma.

Nos avisan cuando sacan a la abuela de Summer del quirófano, pero no dan mucha información de la mía.

***

—Hemos logrado detener el sangrado, ella pasará a recuperación en unos minutos.

Suspiro removiendo mi cabello, no tengo fuerza después de haber pasado todo la madrugada y parte de la mañana en esta sala blanca y fría de la clínica. Summer, que está parada frente a mí, acaricia mi cabello y me deja descansar mi cabeza en su gran vientre que me trae paz.

—Me quedaré aquí —me dice papá—. Debes ir a casa, darte un baño y descansar un poco.

—Ella tiene que descansar —le digo mientras me levanto, refiriéndome a Summer.

Aún así, Summer está más despierta que yo y conduce con tranquilidad hasta llegar a casa.

Me doy una ducha, preparo el desayuno algo tarde y le doy de comer a Jim y a su pequeña acompañante llamada Polita. Nombre a cargo de Channing.

—Ven aquí a darle de comer a mis hijos, alma mía —le digo.

Ella se sienta con el cabello goteando por la ducha, la veo cansada.

—Podrás dormir todo lo que quieras, yo en tres horas volveré a la clínica.

Summer y yo volvemos a la cama después de una hora de charla en la mesa.

***

—Un cretino me atropelló, más no he muerto todavía, cálmense.

Mi abuela nos mira entre la ternura y la risa combinada con el enojo falso que siempre la ha caracterizado.

—Mamá, déjate apapachar un poco, acabas de salir del quirófano —le dice mi padre.

—Apapáchame con un viaje después de salir de este lugar, tengo que estar regia para cuando mis bisnietos nazcan.

Ahí estaba la misma mujer que todos conocemos, siempre con algo que decir.

Paso por Sum en la habitación de su abuela, está junto a Kerrick.

—Mi nieto político.

—La abuela política más bella —sonrío.

—¿Cómo va todo con las estaciones del año?

Me río por lo que ha dicho y dejo que nos hable de todo lo que se le antoje, porque las personas mayores merecen amor y atención, a consideración de los buenos consejos de una vida que ya fue vivida.














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Capítulo corto, lamento la tardanza💔

¡Enamórate, Kaleb!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora