Avanzaba por el largo pasillo, planeaba, por fin, conocer la habitación de Dan, anteriormente había mencionado que la suya era la número veintinueve, casi al final del pasillo.
Llegué a la puerta y toqué dos veces antes de que una pelinegra la abriera, sonrío.
-Hola, soy Emilia Rose.- estira su mano frente a mí, la estrecho -¿necesitas algo?
-Busco a Dan, dijo que está era su habitación y decidí venir a visitarla, espero no molestar- sonrío sin mostrar los dientes.
-Si, yo soy su compañera, y claro que no molestas, estaba a punto de salir cuando tocaste la puerta. - se aparta.- Pasa por favor.
-Gracias- entro, no es tan diferente a la mía, los mismos colores, las mismas cosas, el mismo ambiente.
-Como vez, Dan esta leyendo en su cama, lleva rato haciéndolo- señala a Dan, quien esta sumergida en su lectura- Yo debo salir un rato, ¿puedes quedarte con ella hasta que vuelva?
-Me encantaría- la pelinegra asiente y abandona el lugar- Hey, Dan- muevo las manos frente a su rostro repetidas veces
-Hola, Annalia, no te oí llegar.- deja su libro a un lado y se incorpora en la cama- La lectura por completo.
-Me he dado cuenta- digo recordando todas las veces en la que tuve casi quitarle los libros para que me prestara atención.- ¿Qué lees?
-Gone girl- levanta el libro y deja ver su portada.- Es mi favorito.
-¿Por qué?, digo, debe haber una razón para tanto amor.
- Siempre me consideré extraña, alguien que no era igual a quienes la rodeaban, en este libro encontré aceptación, la manera en como la protagonista ha pasado su vida escondiendo quien es realmente hizo que me identificara con ella. -explica frunciendo el ceño.
-Puedo ver que te gusta leer.- señalo la pila de libros sobre su mesa de noche.
-Amo leer, estoy obsesionada con eso, esos son solo algunos de mis libros, el resto esta en mi casa.
-Yo nunca he llegado a amar algo tanto como tu, pero si me gusta dibujar, me ayuda a desaparecer de la realidad y concentrarme en mi loca imaginación- juego con mis dedos
-Todos tenemos una manera u actividad para sentirnos cómodos, cuando llegué aquí me sentí muy sola, mi única compañía fueron los libros hasta que llego Emilia Rose como mi nueva compañera.
-¿Crees que algún día dejaras de leer?
-No lo creo, y no me gustaría que pase, he llegado a pensar que los libros son mis hijos- ríe- la lectura le da emoción a mi vida, creo que tu misma lo has notado cuando grito mientras leo.
-Oh, así que es por la emoción, sinceramente creí que te estabas volviendo loca.- toco su hombro.- me preocupabas.
-Solo es eso, ademas como ya te dije soy extraña no loca.
-Claro, sabes, eres la mejor amiga que he tenido, y lo digo en serio, no suelo tener muchos amigos, la gente tambien me considera extraña.
-¿Como no adorarte? eres un rayo de sol que necesita ser visto, eres como un ángel que alegro mi vida en cuanto llegaste a ella, creo que es por eso que no quiero irme de aquí, te voy a extrañar muchísimo.-la tristeza inunda su mirada.
-No te pongas mal, si somos verdaderas amigas nos volveremos a encontrar.
-Quizas
-Y cambiando de tema.- me siento cruzando las piernas frente a ella.- ¿Qué tal te va con Ethan?,Juan Pablo me dijo que le gustabas
-Ni lo menciones, Ethan es un pasado, desde que llegué al internado a intentado ligar conmigo, al principio no lo tome tan mal, pero luego empece a odiar tanta atención, ya no lo soporto. -tira de su cabello, desesperada.
-Tal vez solo necesita a una chica que le quite lo pesado.
-E insinuas que soy yo esa chica, ¿verdad?- pregunta levantando las cejas
-Puede ser... Vamos Dan, Ethan no es tan malo... Si lo consideras quizás..
-No te atrevas a terminar esa oración, yo nunca, escucha bien, nunca voy a estar con Ethan.- habla con cierto tono desesperación
-Esta bien, te dejaré en paz, pero si terminas casada con Ethan, te diré un bien merecido Te lo dije.
-En tus sueños, Annalia.- mueve la cabeza de un lado a otro, negando. -Hablando de hombre, ¿no has sabido algo de Oliver?
-No, le pregunté a la directora de su estado, pero solo me dijo que estaba recibiendo su muy bien merecido castigo.- repito las palabras de las directora Perkins.
-Ahora que lo mencionas, siempre me ha parecido que la directora Perkins trata de forma peculiar a Oliver, no lo sé, pero parece que no le agrada tenerlo aquí.
-¿Se ha comportado así desde el principio?
-Si, todos dicen que los primeros días después de la llegada de Oliver, ella era muy dura, lo regañaba por cualquier cosa, le daba castigos muy a menudo, entre esos enviándolo a las zona de aislamiento.
-Hay algo que no cuadra.- Dan asiente, fruciendo los labios
-Hola, volví- la puerta se abre, dejando ver a Emilia Rose.-¿Que hacían?
-Hablabamos, solo eso- respondo rápidamente. -Ya que llegas, tengo que irme, estoy cansada. -le levanto de la cama.
-Nos vemos mañana, Annalia.- se despide Dan.
- Adiós Dan, adiós Emilia Rose. - Abandono la habitación después de despedirme
Camino de regreso a mi habitación, hasta... Que veo algo super raro
Ethan, sentado con la espalda recostada en la pared, con la cabeza entre las manos-Ethan, ¿qué pasa? - tomo asiento a su lado.
Levanta la mirada, y niega con la cabeza
-Dan se va a ir, y no quiero que se vaya, Annalia, no quiero. -si ojos se llenan de lágrimas.
-Ethan, todo va a estar bien, yo también la voy a extrañar, pero tenemos que seguir adelante, sé que te gusta Dan, y que esto es duro, tienes que ser fuerte y superarlo.
-¿cómo?, No me puedo olvidar de ella.
-No te pido que la olvides, pero recuerda que si amar algo déjalo ir, si vuelve a ti es porque siempre fue tuyo.
-Gracias, gracias de verdad. -rodea mi cuerpo con sus brazos.
-No es nada. -me separo. -ahora debo irme, prométeme que vas a estar bien.
-Lo estaré, por supuesto.
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ANNALIA
Teen FictionLo que hice no está bien, nunca algo en mi vida ha estado bien. aún recuerdo sus caricias, sus palabras, la forma en cómo me hacía sentir.. amada. Todo fue lindo mientras duró, un momento más en mi sombría existencia llena de dolor y angustia, un si...