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***
La semana pasó volando, entre el trabajo, las molestas visitas de Tristan, las exageraciones de Katherin, los reclamos de Dan por no contactarme, las charlas con Kyler y las inusualmente seguidas visitas de Oliver a Sweet Coffee acompañado siempre por su novia.

La visita a la casa de mi padres fue ligera, necesitaba algo de mimos paternales y un descanso del mundo y su drama.
Aunque si tuve que estar un poco alerta, Noah, mi hermano menor, quiere entrar al equipo de baseball de la escuela y se empeña en practicar todo el bendito día. Cuando llegué a la casa de mis padres lo primero que me recibió fue una pelota de baseball que impactó contra mi frente, aún tengo el moretón.

El edificio de apartamentos donde vivo está algo lejos de la casa de mis padres así que cada vez que voy de visita terminó con el trasero plano de estar tanto tiempo conduciendo.
Deberían mudarse más cerca o yo debería buscar una piedra espacial, tocarla y que me dé el súper poder de volar.

Paró en un semáforo en rojo, miro la hora en mi teléfono, cinco con cuarto de la tarde, aún es temprano, faltan unas seis cuadras para llegar al edificio.

El semáforo cambia a verde y avanzó, todo sigue tranquilo hasta que a tres cuadras del edificio un auto choca contra las arte trasera del mío, me detengo bruscamente y maldigo.

Genial.

Salgo del auto para revisar que el daño no sea tan grave.

-¡Estúpida, mira lo que hiciste!- me grita una voz femenina, supongo la propietaria del otro auto.

-¿Lo que yo hice? Pero si tú eres la inepta que no sabe lo que la frase "conserve su distancia" significa.- mis palabras son tranquilas pero duras. No voy a pelar con una ignorante en plena vía pública.

Miro con detenimiento a la mujer que me gritó. No puede ser. Estas cosas sólo me pasan a mí.

Es Carla, la novia de Oliver.

-¿Sabés qué? No voy a pelear contigo, niña, tengo suficiente con ver tu ropa espantosa.

¿En serio dijo es?

Al menos mis jeans no muestran tanto como su falda sorprendentemente corta, cualquier pensaría que se está vendiendo.

Alguien más sale del auto de la chica falda inapropiada.

Y es Oliver.

¡Fantástico! ¡La vida me ama! Primero Noah me golpea con una pelota en la cara, luego chocan mi auto y ahora esto. Empiezo a creer que al destino no le agrado.

Oliver me mira y luego a los autos.

-Abby, lo siento mucho, no...

-¿¡Te disculpas con ella!?- espeta su novia furiosa.

-Claro que sí, fue tu culpa el accidente no de ella.

Uh, esto no está tan mal después de todo.

-¡Pero Oliver...!

- Pero nada, ya llamé a la grúa, por favor entra al auto y espera allí.- Oliver señaló el auto y miro a la pelinegra con notoria molestia.

Ella, murmuró algo y casi echando humo por la orejas entró al auto.

-Abby, en serio lo siento tanto.

Se acercó a mí

-Por favor déjame pagar los daños.

-Oliver, déjalo así, no quiero que tu novia se moleste más por esto.

-No importa, nada de esto fue tu culpa no tiene porqué pagar por las consecuencias.

Suena tentador, no tendré que pagar nada.

-Está bien, Oliver.

-Bien, mañana mismo tendrás de regreso tu auto.

La grúa llegó y se llevó ambos autos, le entregué las llaves del mío a Oliver. Insistió en pagar el taxi para que llegará al edificio pero le dije que estaba muy cerca y podía ir caminando.

Durante todo la caminata me preguntó por qué Oliver me defendió a mí en vez de Carla, sí, ella tuvo la culpa, pero cualquier hombre defendería a su novia por encima de otra mujer así no tenga la razón. Además está la manera en como la miró y habló, eso es sospechoso.

Al llegar a mi apartamento me lancé a mi cama, decidí pedir una pizza, no tenía ganas de cocinar nada. Katherin dijo que no podría venir a la noche de sábados de películas como todas las semanas, Tristan se fue el jueves visitar a sus abuelos en Colorado así que pasé el resto del día sola.

Desperté el domingo con toda la pereza del mundo debido a una llamada, era Oliver, venía a traer mi auto. Me levanté, cepillé mis dientes, me di una ducha y me arregle para bajar al estacionamiento.

-Buen día, Abby.- su brillante sonrisa me recibió.

-Sería bueno si aún estuviera dormida

Rió y me tendió las llaves de mi auto.

-¿Seguro que no tendrás problemas con Carla por esto?

-No te preocupes por eso, Abbs, no pasa nada.

Asentí.

-No te quito más tiempo, sólo venía a eso.

Se acercó lo suficientemente como para besar mi mejilla.

-No vemos luego.

Luego de que se marchara volví a mi apartamento y me senté en el sofá, escuché el sonido de una notificación llegar a mi teléfono, lo busqué entre los cojines donde lo había dejado la noche anterior.

Lo encontré y desbloquee, era un mensaje de Kyler
"No tengo nada que hacer hoy ¿Te parece si voy a tu casa y pasamos l día junto?"

Contesté con un "sí"





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