AHHHH!!!!
Éste es el primer capítulo de la segunda temporada, gracias a Dios lo pude subir antes de que terminara el año.
Espero lo amen.
...Definitivamente no puedo pedir más, mi vida cambió dramáticamente ese día pero me alegro de haya pasado. Mi padres, Mike y Vera me llenan de amor cada día, conseguí nuevos amigos, terminé la escuela y también la universidad, todo iba maravilloso en vida.
Cinco años pasaron desde que este nuevo comienzo llegó a mi vida, con el único que mantuve contacto perteneciente a ese internado es Tristan, ese chico alegra mi vida, de hecho vivimos en el mismo edificio, uno al lado del otro.
Estudié administración de empresas en la universidad de Nueva York, decidí empezar con un negocio pequeño así que con la ayuda económica de mi padres compré un local en el centro de la ciudad y monté un café, al principio, como en cada negocio, la clientela era reducida pero por fortuna, luego de unos meses, se incrementó con fuerza, Sweet Coffee era un lugar bastante visitado.El timbre de mi habitación sonó muchas veces, sólo hay dos personas así de ansiosas.
- ¡Abby! ¡Necesito tu ayuda! - gritó Katherin, una chica de baja estatura que conocí en mi último año de escuela.
Me hice a un lado ya dejé pasó, corrió hasta el pequeño sillón que había en la sala y cruzó sus piernas esperando a que me acercara.
- ¿Qué ocurre ahora? - moví el puff que estaba cerca hasta estar frente a frente.
- Necesito dinero - debí suponerlo.
Rodé los ojos divertida, ella siempre era así.
- Ni creas que voy a prestarte, necesito surtir Sweet. Busca un empleo - era hora de que dejará de ser una holgazán.
Katherin se negó a ir a la universidad, dijo que estar en un campus comiendo libros no era lo suyo, que debía vivir la vida a su modo, no ser la típica y aburrida empleada u empleadora.
- No vengo a pedirte dinero. - sé que esa fue su primera opción. - quiero que me des empleo en Sweet Coffee -sonrió ampliamente.
¿Cómo decirle que no a esa sonrisa? Ella es la persona más adorable que he conocido, además si que me hace falta un poco de ayuda en el café.
- Está bien. - acepté rascando la parte trasera de mi cuello. - te voy a poner a prueba como mesera.
Katherin asintió con gusto, será divertido tener buena compañía en el trabajo.
- ¡Gracias, Abby! - se abalanzó sobre mi, casi tirandome del puff. - te prometo que seré la mejor mesera que haya conocido.
- Eso espero, eh. - golpeé su hombro y reímos.
*-* *-*
Mi vida cómo Abby White es bastante linda, este cambio fue un milagro, que mis padres me encontrarán fue lo mejor que me pudo pasar. No volví a tener contacto con Dan, la verdad no sé nada de ella desde esa carta que me envió aquella vez, cuando Oliver se enteró que me gustaba, aún conservo el libro que me dejó, a veces lo leo y recuerdo sus "honey"
Oliver. De Oliver Turner no sé nada, los primeros días en mi nueva vida fue difícil recordar sus promesas, en ese tiempo me dolió mucho el hecho de que no me buscara como prometió, con el tiempo lo supe aceptar y seguir adelante, Oliver era parte de la vida de Annalia no de Abby.
Salté de la cama en cuanto sonó la alarma, fantástico, hoy era lunes por lo tanto había trabajo. Mi jornada comienza a las cuatro treinta de la mañana, si, es muy temprano, al principio fue difícil acostumbrarme a ese horario. Salgo a correr treinta minutos, regreso al apartamento y me alistó para a las cinco y treinta ir a Sweet Coffee y preparar para abrir a las seis.
Era un día calmado, la clientela habitual estaba ahí. Los empleados hacían su trabajo a la perfección. Eran las seis veinticinco, hace casi treinta minutos empezó la jornada laboral en Sweet y Katherin no ha llegado, no hay nada que me moleste más que un retraso, aprendí por las malas que en Nueva York se llega temprano si o si.
Minutos después estaba sentada en una de las mesas de afuera, esperando a Katherin, esta chica quiere que me enoje hoy. La vida salir de un taxi y correr hacia el café, lucia cansada y desganada, quizá no le reproche tanto si me da una buena excusa.
- Bonitas horas de llegar, Katherin. - ella palideció, si cree que por ser mi mejor amiga no le diré nada está muy equivocada.
En las calles de Nueva York soy su amiga, pero aquí soy su jefa y no el bien visto llegar tarde el primer día al trabajo.
- lo lamento, Abby. - pasó su manos por su cabello. - me quedé dormida.
No, no es una buena excusa.
- perfecto, que hermoso comienzo.- entré al local y le indiqué que me siguiera, caminé hasta la parte de atrás donde estaba mi oficina.
- Tu delantal y libreta.- le extendí lo mencionado.
- gracias. - lo tomó y puso el delantal beige con detalles en rojo sobre su cuerpo, en la parte superior de un lado decía "Sweet Coffee" y del otro su nombre.
- Está semana tienes el tierno de la mañana. Comienzas a las seis y te vale a las doce.- asintió, no era un tierno muy largo, por eso hice que empezará en ese.
- Genial, iré a trabajar ya mismo. - sonrió ampliamente.
Caminé devuelta a la entrada, a veces me gusta sentarme y ver cómo trabajan las meseras, es importante que mantengan una buena actitud con los clientes.
Tomo asiento en la misma silla de antes, son casi las siete, las personas vienen con frecuencia a desayunar aquí. Tristan dice que tenemos los mejores huevos con tocino del mundo y sin mencionar lo que dice de los panecillos de frambuesa que se venden por montón.
- hola. - una voz suave me hizo salir de mis pensamientos, un niño de unos cuatro años juntos con una niña muy parecida a él estaban frente a mi.
- hola niños. - ambos tienen lo ojos claros, son tan lindos.
- Me llamo Asher.- dijo el pequeño con seguridad.
- Y yo soy Vivían. - dijo la niña, sus voces son muy lindas.
- Yo soy Abby.- me presenté. - ¿Dónde están sus padres?
- Papá está por allá.- Asher señaló a un hombre que leía una revista, la tenía frente a su rostro así que no le vi el rostro
- Entonces deberían ir con él, que no se vaya a preocupar.
- No se preocupe, sólo paseabamos.- se apresuró a decir el niño.
- Papi nos dió permiso, dijo que no podíamos salir de aquí.- agregó Vivían. Asentí.
Quise decir hablando con los niños pero Hannah, una de la meseras me llamó, necesitaba ayuda con un pedido, cuando volví para ver si seguían ahí no estaban, la mesa en donde estaba su padre estaba vacía, tal vez vuelvan mañana.

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ANNALIA
Genç KurguLo que hice no está bien, nunca algo en mi vida ha estado bien. aún recuerdo sus caricias, sus palabras, la forma en cómo me hacía sentir.. amada. Todo fue lindo mientras duró, un momento más en mi sombría existencia llena de dolor y angustia, un si...