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Llevaba unos minutos hablando con Tristan, es un chico algo raro, pero al menos se disculpo por su grosera actitud y culpó al estrés que le daba su nueva vida en un internado muy lejos de su familia en Georgia.

-Y dime Tristan, ¿cuál es el motivo, razón o circunstancia para que te enviaran aquí? -la curiosidad me había domado.

-Mis padres me encontraron teniendo sexo- frunce los hombros.

-Bueno, eso es fuerte, pero...- me interrumpe.

-Con un chico, en el cuarto del conserje de mi escuela.

-Entonces, ¿eres gay?- pregunto, aunque él, ya me había dado la respuesta.

-Si, siempre he preferido a los chicos, son mejores en la cama- guiña el ojo.

-No necesitaba saber eso, gracias Tristán, por arruinar la bella imagen que tenía de los gays- lanza una ruidosa carcajada- cambiando de tema ¿te gustan los rubios?

-Siempre y cuando no sean cabezas huecas. ¿por qué la pregunta?, ¿conoces a uno?- sus ojos brillan.

-De hecho, Oliver, nuestro compañero de habitación, es un rubio muy lindo para nada tonto- levanto las cejas- tal vez cuando vuelva te lo presente.

-Me encantaría, hace mucho tiempo no conozco a un buen rubio que me azote- muerde su la labio nferior, obviamente ese comentaría producto una ligera cantidad de asco retro de mi- Ha Sido un día largo y agetreado, creo que es hora de dormir.

-Ya lo creo, buenas noches Tristan- hablo mientras me dirijo al baño.

💔💔💔

Unos golpes en la puerta hacen que abandone mi placentero sueño, Tristan sigue dormido y a decir por sus ronquidos debe ser profundamente, el cansancio y la pereza me dominan pero aún así me levanto dispuesta a ver que alma en desgracia llama a mi puerta.

-Buenos días, Annalia- saluda animadamente Juan Pablo -No me digas que te desperté.- su tono de burla se puede sentir a kilometros.

-Claro que no, desperté hace un rato, estaba esperando a que un idiota hiciera que levantase mi cuerpo de la suave cama- espeto fregando mis ojos.

-Comprendo, no te gusta ser levantada tan temprano, mi misión era venir a ver como estabas, ya que ayer no te vi en todo el día- agrega suavemente.

-Pues como ya ves- hago un ademán con mi mano derecha - Estoy espléndida.

-Lo he notado, y también a ese chico que duerme en la cama de Oliver - señala al Tristan durmiente- ¿Quien es?

-Su nombre es Tristan, es nuevo, se quedará unos días en nuestra habitación mientras la directora encuentra una para él.

-Bien, debo irme, mi estómago pide a gritos un retanqueo- palmea su abdomen- Nos vemos luego- besa mi mejilla y parte hacia la cafetería.

Cierro la puerta y camino de vuelta a mí cama.
Sí mi instinto no falla, deban de ser un poco más de las siete, dependiendo por la luz que entra por la ventana.

Mi cuerpo disponía a caer al colchón enfundado en sábanas, pero algo interrumpe mi proceso.

Horrible puerta, maldigo entre pensamientos.

Me dirijo nuevamente a la puerta. Cómo me gustaría insultar a quien sea que esté al otro la lado de esta por arruinar mí regreso a Ciudad sueño.

-Buenos días Annalia, perdón por despertarte, pero vine a ver como están Tristan.- evidentemente no puedo insultar a la directora del internado.

-Buenos días, Directora Perkins, Tristan está bien, aún duerme.- contesto amablemente.

-Eso puedo ver. No te preocupes estará poco tiempo aquí, Adam, uno de los chicos de la habitación veintitrés esta por irse, podremos acomodar a Tristan ahí.- explica, revisando su carpeta.

-Antes de que se valla, quería preguntar, si...- toco mi cabello con nerviosismo. - Si, ¿podria decirme cómo está Oliver?

-No creí que te interesaría el estado de Oliver, pero ya que lo pides.- ladea la​ cabeza. - Él está bien, está recibiendo su merecido castigo por lo que te hizo.

-No le están haciendo nada malo ¿verdad?- pienso que Oliver no es la persona más amorosa del mundo y que no es tan abierto con sus sentimientos, pero no es tan horrible como para que la directora lo odie tanto, lo cual es evidente por la forma en la que se a referido a él varias veces, la mujer niega rápidamente ante mi pregunta.

-Por supuesto que no, no hacemos eso con nuestro chicos.- algo en su voz nerviosa me dice que no está siendo totalmente honesta. - No creas todos los rumores que rondan en los pasillos, dentro de poco lo vas a volver a ver, si es lo que tanto deseas. Ahora si no tienes más dudas debo irme a mi oficina, que tengas un buen día Annalia.

Cierro la puerta en cuanto se marcha.

¿Qué es lo que pasa?, ¿por qué esa mujer es tan misteriosa? Se podría decir que casi tanto como Oliver. Ambos guardan secretos, de eso estoy segura.

-Hey, Anna- giro mi cabeza en dirección a la voz que me ha llamado <Anna>

Tristan se estiraba sobre la cama, mientras fregaba su ojos.

-Desperté y mirabas a la nada, ¿todo anda bien?

-Si, sólo pensaba, nada fuera de la común.- sonrío, para tranquilizarlo.

-Genial, voy a tomar un baño, ¿puedo?- pregunta al final, confundiendome.

-¿Y por qué no podrías?- respondo con un pregunta.

-Porque parece que tú lo necesitas más que yo, tu rostro me da a entender que requieres de un poco de la relajación que proporciona un buen baño.

-Si insistes, pero no te vayas a quejar si me tomo mucho tiempo en el baño.- lo señalo, acusándolo.

-Claro que no, si tengo entendido las chicas deben tomarse su tiempo para arreglarse.- si creía que nunca conocería a un chico con notoria amabilidad, lo acabo de hacer.

Buscar en el armario la ropa que usaré, junto con la toalla y entro en el baño.

Aunque sé que es tiempo de relajación como ha dicho Tristan anteriormente, no puedo parar de pensar en lo directora, no entiendo el porque de su reacción cuando le pregunta si no le estaban haciendo algún daño a Oliver.

Empiezo a arrepentirme por hacer que lo enviará allí.

ANNALIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora