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-¡Anna!, ¡adivina! - Tristan entra a la habitación formando un gran estruendo.

-No me gusta adivinar, y si fuera al revés tampoco lo haría si mantienes esa expresión, Tristan. - su cara parecía la de un maníaco con ganas de consumir drogas, o algo así.

-Gracias por tu amabilidad, pero aún así te lo diré. - toma asiento en mi cama. - La directora Perkins me llamó para decirme que mañana un chico se irá y tomaré su lugar en la que era su habitación.

-Bien por tí. - sonrío. - Supongo que extrañaré tu compañía irritante, pero agradable. - exageró.

-Y yo que creí que ya éramos amigos, pero no te preocupes, no lloraré.- dramatiza.

-Oh, por favor Tristan, estoy jugando, claro que te extrañaré. - me levanto y rodeo su cintura con mis brazos.

-Ya lo sabía, sólo quería molestarte. - me abraza por lo hombros. -¿sabes? Si no fuera gay, saldría contigo, eso te lo aseguro, cariño. -besa mi cabello.

-Ok, esto se puso raro, alejate de mi.- pongo mis manos es su pecho, apartando lo de mi. -mejor mantengamos una linda y para nada extraña amistad.

-Totalmente de acuerdo.

💔💔💔

-¿Y, ya preparaste tu maleta?- cuestiono a la castaña.

-Todavia no, me da pereza.- se aplica un poco de labial, seguido de un fruncimiento de labios.

-¡Dan!, Te vas mañana, te ordeno que hagas tu maleta.- hablo, intentando sonar demandante.

-No eres mi madre, y por favor dejame disfrutar mi último día es este basurero. -saca su rizador de pestañas de su pequeño estuche.

-Te arreglas para alguien, ¿verdad?

-¿Qué que te hace pensar eso?

-Tal vez sea el labial, o el rizador de pestañas, o la trenza que estás haciendo, dímelo ya.

-No voy a ver a nadie, belive me.- termina con sus típicas frases en inglés.

-Dan Rowling, habla de una vez.

-Esta bien, hay una chico, su nombre es Trevor Webster y es muy lindo.- muerde su labio inferior.

-¡Que maravilla! ¿cómo pasó?, Cuentemelo todo.

-Bueno, lo conocí una semana luego de llegar, se ofreció a ayudarme en todo lo que necesitará, nos convertimos en busca en buenos amigos y hace un mes me pidió que fuera su novia.

-Un momento.- hago un stop con mi mano.- Dijiste una semana después de tu llegada ¿cierto? -asiente. -Entonces fue hace un año.- vuelve asentir, su rostro reflejaba confusio. -¿Por qué no me dijiste que tenías novio? Hace un mes.

-Pues, nunca se presentó el tema, lo lamento mucho, no era mi intención dejarte fuera de todo el asunto.

-Esta bien, no estoy enojada, no tengo razón para reclamarte, es solo que eres mi única amiga y te vas mañana. Además no me gustan que me oculten cosas.

-Te prometo que no lo volveré a hacer, a mí tampoco me gusta ocultar cosas.

-No te quito más tiempo, ve con tu chico.- señalo la puerta.

-Esta bien, nos vemos después, necesito tu ayuda para hacer mi maleta.- besa mi mejilla, toma su estuche y sale de la cafetería.

Como lo que resta de mi spaghetti y llevo mi plato, de vuelta, con la cocinera, Madelyn, es una mujer muy agradable, y no hablemos de lo bien que cocina.

-Hola, linda Annita.- Juan Pablo se sienta frente a mí, inmediatamente después de que vuelvo a la mesa.

-Hola, lindo Pablito. - Reímos, últimamente hemos pasado mucho tiempo juntos, él mismo invento esa forma de saludarnos.

-Me hacía falta verte.

-Nos vimos anoche.- ayer por la noche, se apreció por la habitación con la excusa de platicar un rato, conoció a Tristan, le agradó.

-Si, pero más de doce horas sin ti, es demasiado para un hombre.

-Hablas como si yo fuera una supermodelo, con cara angelical y cuerpo de sirena.

-Eres mucho más que eso, Annalia, mucho más.- se acerca a mí.- Eres una chica amable, de buen corazón, pero sobre todo hermosa. Cualquier idiota de aquí y afuera rogaría por ser tu novio.

-Eso no es cierto.

-Claro que si, muy en el fondo lo sabes, no tienes que negar lo verdadero, eres un ángel, acéptalo de una vez por toda, no te tortures más.- toma mi mano- Annalia, me gustas.

-¿qué?

-Me gustas.- repite.- Nunca creí que una chica podría hacerme sentir así, revolucionaste mi mundo, mi mente, mis sentimientos.

-No, no, no...- niego con mis palabras y con mi cabeza al mismo tiempo.- Yo no te puedo gustar.

-¿Por qué no? No veo lo malo en que me gustes.

-Somos amigos, ¿si?, Amigos, no quiero perder tu amistad.

-Muchas relaciones nacen con base a una amistad, muchos novios son también amigos.

-Si, pero yo no puedo ser tu novia.

-¿Por qué? Aún no me das una razón.

-Porque no, esa es la razón.

Me levanto de la mesa y me alejo de todo, camino a mí habitación a paso veloz, abro la puerta y la cierro detrás de mí.

Me lanzo a mi cama y pego mi cara a la almohada.

Mañana será un día bastante interesante, Dan se marchará del internado, Tristan ocupará su nueva habitación, y Oliver... Él volverá.

No puedo creer que hayan pasado dos semanas, los días han pasado volando, hace un semana no tengo ni mínima idea de su situación, luego de esa mañana no volví a preguntarle a la directora sobre él, está ocupada con varios papeleos que debe realizar gracias a la partida de varios recientes del Internado Perkins.

Debo admitir que me hace falta, pero solo un poco, tal vez solo sea su irritante presencia, o sus molesta voz, o su horrible cara, pero por fortuna alguien nuevo llegó para darle algo de sabor las habitación.

No se si estoy lista para volver a ver a Oliver, nuestro encuentros y situaciones viviada en la habitación no fueron las mas agraciadas y amistosas.

Pero puede -y espero- que luego de pasar dos semanas en la zona de aislamiento lo haya hecho cambiar tan solo un poco su amargado ser.

ANNALIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora