C a p í t u l o 1 8

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Capítulo 18

-Imposible- murmuré, una sonrisa se extendió en sus labios.

-No veo por qué- me miró, se acercó y evito que retrocediera colocando una mano en mi cintura baja.- Eres hermosa, talentosa, un poco torpe y escandalosa a veces, pero eres la persona más entusiasta y persistente que conozco, además, siempre sabes hacerme sentir un poco más.- Sonreí, se acercó un poco más, se inclinó sobre mí- me gustas- susurró sobre mis labios, cierro los ojos, mis labios se abren en anticipación, ansiosa por sentir sus labios, pero el contacto no llega, en cambio besa mi frente, un suspiro escapa desde lo profundo de mi pecho.-¿Quieres salir a pasear?- asentí, un tanto aturdida por su previo acercamiento.

-Necesito cambiarme- tomé de mi maleta uno de mis trajes de baño, y corrí a cambiarme, me coloqué sobre el traje de baño el short blanco, dejando la parte superior a la vista, guardé la blusa en mi bolso, por si la necesitaba, al salir, Cameron llevaba un short de jeans que le llegaba justo a la rodilla, me sonrió y tomó mi mano para salir.

[...]

Después de pasear a la orilla del mar, mojando nuestros pies desnudos, decidimos comer algo, para después visitar un pequeño pueblo, donde compramos un helado y paseamos por los diferentes puestos, observando las artesanías del lugar, pasamos el día riendo y hablando como si nuestra historia tuviera comienzo muchos años atrás, nos hicimos varias fotografías juntos e individuales, antes del atardecer volvimos a la playa, nos sentamos en un lugar apartado. En silencio observamos el espectáculo que el sol montaba al despedirse y dar paso a la luna, no perdí detalle dibujé cuanto podía de la impresionante vista.

-¿Qué haces?- me quitó el cuaderno de las manos lo observó y sonrió, me arrebato el lápiz y comenzó a pintar sobre la hoja.

-Era mi dibujo- me crucé de brazos, lo observé clavar la vista en el horizonte memorizando el lugar, vi como mordía su labio inferior mientras plasmaba en el papel lo que veía, fiel a su estilo, el color negro invadió mi dibujo, sus dedos trazaban curvas suaves, difuminaban el color donde se necesitaba, Cameron fruncía el entrecejo cuando se concentraba.

-Aquí tienes- me devolvió el cuaderno después de firmar, sonreí al verlo, la mitad de mi dibujo carecía de color y vida, sin embargo el contraste entre ambas técnicas, lo volvía hermoso, firme mi parte del dibujo.

-Gracias- guardé el cuaderno, él sol nos regalaba sus últimos rayos, la brisa del mar sacudía nuestros cabellos, nos quedamos en silencio unos minutos más.

-Mei- lo miré de nuevo- la próxima semana será la prueba para el equipo de soccer, me gustaría que estuvieras ahí.

-¿De verdad?- asiente.

-Eres a quién necesito, tú me haces confiar en que puedo lograrlo- sin pensarlo mucho me lancé a sus brazos, sorprendido, me tomó por la cintura y me sentó sobre su regazo, escondí mi cabeza en el hueco de su cuello.

-Lo lograrás- me separé un poco para mirarlo, nuestras narices se rozaban, si me inclinaba un poco, lo besaría- yo confío en ti- me incline levemente, nuestras respiraciones mezclándose, mi corazón golpeando fuerte en mi pecho, cuando nuestros labios se rosaban se apartó.

-Deberíamos volver- cerré los ojos unos segundos tratando de recomponerme.

-Sí- mi voz salió rasposa, me aclaré la garganta y me puse de pie, le tendí mi mano, la tomó y tiró de ella haciéndome volver a la arena, con un movimiento rápido me tendió sobre la arena, mi cabeza descansaba en su brazo, con su mano libre acarició mi mejilla, se inclinó sobre mí, poniéndome nerviosa de nuevo.

¿Cambio de planes? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora