C a p í t u l o 5 0

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Capítulo 50

Antes solía pensar que mi vida era muy común y a menudo deseaba que fuese más como en las novelas, donde todo es tan entretenido y lleno de drama y giros inesperados en la historia, pero cuando mi vida se volvía más interesante, más complicadas eran las decisiones que debía tomar.

Volver a la escuela después del interesante fin de semana y la gran escena que Cameron Harries montó como cierre final, fue todo un reto, en primer lugar, tenia que lidiar con las cuantiosas instrucciones que mi padre había dejado, no solo para mi, sino para todo integrante de la casa, el imperativo más importante era mantenerme alejada de Cameron, Dephne y Lucah.

Regla que por cierto me parecía muy difícil de cumplir y un tanto infantil, necesitaba hablar con mi novio, o sea lo que fuese en ese momento, solo quería una explicación y la oportunidad de poder poner nombre a lo que sucedía, por lo tanto, lo primero que hice al llegar a la escuela, fue ir en su búsqueda.

-Wilson, no quiero meterme en lo que sea que tramas...

- Entonces no lo hagas- sentencio al Kane, pero antes de salir corriendo en dirección al castaño, me detiene.

-No quiero que te lastime- retiró su mano.

-No lo hará- comienzo a caminar y solo puedo escucharlo decir...

-¿Estas segura?- mi respuesta era "Si", sabía que Cameron no era capaz de herirme, al menos no a propósito, confiaba en que me defendería tan bien como le sea posible.

Pero, siempre podría existir una excepción, tal vez sucedería algo que obligaría a Cameron a tomar partido en esta situación, quizá lo obligarían como fue obligado tiempo atrás para lastimarme, no sabía que estaría dispuesta a perdonarlo y superarlo de nuevo, esta vez, yo no había estado jugando con nada, ni con nadie, pero... Dephne dijo que lo considerará mi karma, tal vez no había pagado ya lo suficiente y este era el precio de mis acciones.

¡Oh vamos!, debo estar paranoica, esto no es una novela donde todo se vuelve cada vez más dramático,  y yo no soy la protagonista que requiere ser salvada a cada momento, yo puedo ser lo suficientemente fuerte para afrontar lo que sea.

Con ese pensamiento, me acerqué al lugar donde estaba el chico por el que todo este drama había comenzado, y al ver sus lindos ojos color azul, mi valentía se esfumaba, todas esas dudas y "peros" se arremolinaban en mi cabeza, las advertencias de papá: no conoces de loq je son capaces los Ferrec por conseguir lo que sus caprichosos hijos desean, créeme esta es una guerra donde perderás y yo no lucharé intervendré en tus batallas, mucho menos por un muchacho que no ha podido darte tu lugar ante esa niña consentida.

Entonces pase de largo junto a quien aceleraba mi corazón de nervios cada vez que lo veía, podía notar su mirada sobre mi y alcancé a ver como su sonrisa se desvanecía, pronto me vi escoltada por mis dos primos, uno a cada lado, habían estado ahí todo el tiempo, cumpliendo su promesa de mantenerme a salvo.

-Cobarde- me recrimine, mientras azotaba mi cabeza contra el pecho de Naoki, quien por cierto me apartó de inmediato.

-Creo que fuiste muy sensata- el mismo gemelo quien básicamente mi hizo a un lado, acomodó un mechón de mi cabello tras la oreja- si no estás preparada, no deberías hablar con él.

-Gracias por el consejo, Naoki- lo abrace por dos segundos antes de que volviera apartarme poniendo su mano en mi frente y empujándome lejos.

-Fue un placer, ahora ve a clases, y no te metas en problemas.

Juro que intenté no hacerlo.

Para la mitad del día había cumplido con mi misión exitosamente, pero fui llamada a dirección con extremada urgencia, ahí fue donde me topé de frente con los problemas.

-¿Qué sucede?- mi tía no estaba en su lugar habitual, en cambio dos señores muy bien vestidos estaban de pie detrás el escritorio.

-Por favor, señorita O'Neil Wilson, acompáñenos- me senté frente a ellos como lo pidieron, extendieron hasta mi lugar un documento.

-¿Qué es...?

-Un contrato evidentemente- el no irónico en uno de los supongo abogados, solo me hizo querer abofetearlo- un contrato completamente legal y oficial...

-El cual estipula que la señorita O'Neil Wilson, renunciará a su relación con el joven Harries de manera oficial- mi ceño se frunce por la incredulidad del momento- a cambio de esto se le otorgará un financiamiento para estudiar en la facultad de artes de su elección, además de una suma importante de dinero, suma que usted podrá definir- un cheque en blanco es colocado sobre los papeles, siento la sangre acumularse en mi rostro- para que todo sea efectivo, debe renunciar a su relación de manera inmediata y de forma pública.

-Quiere decir que debo ir en este momento- el reloj de pared, marca la hora del almuerzo- a terminar con Cameron frente a todos, para que Dephne obtenga lo que desea y a cambio yo seré recompensada con dinero y la oportunidad de ir a la universidad de mis sueños, ¿comprendo bien?

-Lo hace señorita- una sonrisa de satisfacción surca los rostros de ambos abogados pertenecientes a la familia Harries, tomo un bolígrafo en mi mano y me acerco a los papeles, escribo una nada pensada nota de odio a los señores Harries.

-Dígale a sus jefes que Cameron no es un objeto que puedan comprar y que jamás podrán pagarme por dejarlo de amar- arrojó a cara de ambos los papeles y el bolígrafo, salgo furiosa a la cafetería, donde sé que la sanguijuela peli negra está coqueteando con mi novio.

Sin pensarlo mucho, arrojo a su cara el almuerzo que descansaba en la mesa. Cameron intentó detenerme sin éxito.

-Entiendo esto de una vez, niña, ni todo el dinero de tu familia o sus influencias, lograrán darte todo lo que deseas, solo te quedará observarme ser tu peor enemiga.

-Mei, desearías ser competencia alguna para mi, pero te haré la vida imposible, hasta destrozarte y hacerte renunciar a todo por voluntad propia a todo lo que amas , así que ya veremos quien es la mejor.

Intento abalanzarme sobre ella, pero me detienen, la veo marcharse, y cuando abandona el lugar, yo salgo al lado contrario, necesito calmarme, mi cuerpo es todo instintos en este momento y debía mantenerme al margen de los problemas, al menos por un tiempo.

¿Dinero?, en verdad los padres de Dephne, estaban dispuestos a comprarle un novio a su caprichosa hija?, ¡Por supuesto que si!, de algún lado esa loca debió heredar su poca cordura. ¿A caso creían estar en otra época?, comprar personas, como su fuesen animales o simples objetos sin valor sentimental. De solo pensar en esa atrocidad sentía ganas de vomitar.

Aunque una parte de mi mente solo podía estar triste, al saber que mis padres no apelarían de esa manera porque yo tuviera al chico, y ese pensamiento me hacía querer abofetearme y vomitar al mismo tiempo, Cameron no es un objeto, era todo lo que podía repetirme.

Cameron no es un objeto.

Esto es la vida real.

Las personas ya no son vendidas como animales.

Aún estoy estúpidamente enamorada del nerd.

A veces la realidad supera la ficción.



Capítulo corto, pero hecho con amor, disculpen su existen muchos euros ortográficos, no me ha dado tiempo de revisar el capítulo antes de subirlo, espero que lo disfruten, los amo.
Besos.
-Alondra.

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