C a p í t u l o 5

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Capítulo 5

La comida transcurrió entre bromas y risas, por parte de la señora Harries, me sentía mucho mejor después de comer, pero tenía un persistente dolor en la parte trasera de la cabeza, la madre de Cameron era una mujer muy atenta, tan cálida y radiante, todo lo que Isabel jamás fue y creo que nunca será, por otro lado el padre del muchacho parecía ser un hombre serio, no hizo mueca alguna con los malos chistes de su mujer, me estudiaba con la mirada, por lo que decidí tratar de ignorarlo y concentrarme en el chico a mi lado y su madre.

-Es hora del postre- retiraron todo lo que utilice ante la orden del señor Harries, colocaron una copa de vidrio con helado de vainilla y trozos de fresa frente a mí, ladee mi cabeza y miré a Cameron, el tenía helado de chocolate, justamente se llevaba una cucharada a la boca, me miró aparte la vista al helado, tome la pequeña cuchara, pero no toque el postre.- ¿Sucede algo señorita Wilson?- posé los ojos en el rostro del hombre.

-Yo...- sentí la mano de Cameron tomar la mía bajo la mesa, lo miré- soy alérgica a las fresas- admití.

-¡Oh!- la mujer frente a mí, se llevó una mano al pecho, dramatizando el momento- lo siento tanto, querida- con una seña logró que se llevaran la copa- haré que te traigan algo más.

-No hace falta, mamá- interrumpió la orden- compartiré mi helado con ella, ¿si te parece?- asentí, acercó su silla a la mía y el postre terminó entre los dos.

Por un momento no se escuchaba más que el chocar de los cubiertos con el cristal, m sentía tan tranquila en este lugar, casi nunca comía acompañada.

-Señorita Wilson- la cuchara quedó a medio camino hacía mi boca, la baje de nuevo y miré al padre de la familia.

-¿Sí?- bajé las manos a mi regazo.

-¿Tus padres a que se dedican?- mi sangre se heló, odiaba que preguntaran por mis padres.

-¿Mis padres?- pasé saliva con dificultad.

-¿A qué viene eso, padre?- habló Cameron por mí, agradecí los momentos de ventaja que me daba para decidir si mentir o decir la verdad acerca de mis padres.

-He estado pensando en tu apellido, me suena tan familiar- ¿Cuántos Wilson había en la ciudad?- pero no logro recordar de donde lo conozco.

-Papá- advirtió Cameron- ¿Le harás un interrogatorio a Mei como lo hiciste con Lily?- quise interrumpir, ya tenía la respuesta a la pregunta del señor Harries.

-Ciertamente- me interrumpieron de nuevo- tu novia no es muy agradable, en cambio Mei- Oh no, estaban a punto de compararme con la novia de Cameron, nada bueno podría salir de todo esto.- Es tan tierna, con sus ojitos verdes, su cabello rojizo y esas adorables pecas en sus pómulos y nariz- cubrí mis pecas, las odiaba-además es encantadora, pero Lily es tan... tan... extraña- ¡Auch!

-Mamá no puedes hablar de mi novia y...- así comenzó una batalla épica entre madre e hijo, aun que no esto no es nada comparado con lo que Isabel y yo teníamos, digo... ella prácticamente me rompió el corazón al decirme que mi padre me odia, toda mi vida pensé que él se encontraba en otro continente trabajando y estudiando, y por eso no podía venir a verme, hasta ahora que lo pensaba, no tenía sentido, el debería haber vuelto al menos una vez para conocerme, ¡qué ilusa fui!.

-¡Basta!- el señor Harries parecía molesto, alzó la voz interrumpiendo a su familia y me miró – ahora dime, Mei, ¿a qué se dedican tus padres?- miré a Cameron, pero el apartó la mirada molesto.

-Bueno usted conoce el apellido Wilson por la cadena de restaurantes que pertenecen a mis abuelos Hans y Greta Wilson- sonreí orgullosa, amaba tanto a mis abuelos.

¿Cambio de planes? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora