C a p í t u l o 2 2

1.4K 132 9
                                    

Capítulo 22

2/4

Todo paso en cámara lenta, Zed me soltó, la rubia se bajó de Cameron, por extraño que eso suene, vi a Landon y Daniel acercarse por los francos del castaño, quién me veía con los ojos abiertos de par en par y negaba repetidas veces. De pronto lo sujetaban de ambos brazos, Zed me adelantó dispuesto a golpearlo, quise correr pero Bianca me retuvo, grité antes de que el golpe impactara Cameron.

-¡No!- todo se detuvo- ¡basta!- me zafé de las manos de Bi- suéltenlo.

-Mei- gruñó Zed, se giró rápidamente- este bastardo debe aprender a respetarte.

-Lo sé, pero seré yo quien tomé las medidas necesarias- simplemente asintió, mis ojos volaron a los de Cameron y después a la rubia, que parecía estar a nada de reír, memoricé sus facciones, si pensaba que me quedaría de brazos cruzados estaba equivocada.

-Mei...- soltando a la rubia, se acercó, retrocedí un paso, eso lo detuvo y me observó cuidadosamente.

-No sé por qué hacen tanto escándalo, ellos no son novios- cerré los ojos, respire lentamente y exhale, llenando de paciencia y autocontrol mi persona.

-Y yo no sé por qué siempre te metes donde no te llaman, Lily- su sonrisa ladina, y la seguridad que Chad le daba me tenían cansada, conocía las intenciones de mí amigo, pero esta perra cada día se volvía más imprudente, no la soportaría un solo día más.

No esperé respuesta, salí de la fiesta, ya tenía bastante atención, sabía que mis amigos y Cameron venían detrás de mí, para mi suerte logré coger un taxi, y huir de ahí lo más rápido que podía.

Debo decirlo, estaba molesta, quizá celosa, pero sobre todo estaba frustrada, por qué Lily tenía razón, yo no podía hacer nada en contra de la rubia o Cameron, después de todo no somos nada oficial, salimos a menudo, nos besamos, pero ni uno de los dos ha dado el siguiente paso, lo teníamos todo y a la vez nada.

[...]

La mañana siguiente nada mejoró, además de despertar con un dolor de cabeza impresionante, teníamos visitas, la jueza del caso por mi custodia estaba en nuestro comedor, flanqueada por mis padres y abuelos, además de un oficial de policía, me sentí extraña al estar en una reunión importante con mi pijama de Garfield, pese a ser la pijama más recatada que tenía para la primavera, no sentaba bien cuando todo el mundo llevaba trajes formales, y yo solo con una de mis pantuflas, por bajar a toda prisa, mi coleta estaba mal hecha y no podía mantener los ojos abiertos.

-¿Entendiste, linda?- todo el mundo me miraba, ¿por qué demonios todos me miran?, ¿tengo un moco?, ¡Oh por Dios, que vergonzoso!

-¿Qué?- me tallo el ojo derecho por tercera vez.

-Vivirás con tu padre un tiempo- fruncí el ceño, negué repetidamente.

-No iré con él- objete, la sonrisa tranquilizadora de la juez me inquietaba.

-No irás a ni un lado, cariño- mi entrecejo se juntó más, casi hasta formar una linda ceja única- tu padre se mudará contigo.

-¿Por qué?

-Porqué deben convivir- dice con tranquilidad.

-¿Por qué?

-Porqué debes conocerlo.

-¿Por qué?

-Por qué, tiene que ser una familia- antes de poder decir algo se adelanta interrumpiéndome- mi trabajo es tratar de defender a las familias hasta el último segundo, de no lograrlo, simplemente las separo, pero creo que su caso es uno especial que pueden resolver con una buena convivencia.

¿Cambio de planes? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora