C a p í t u l o 2 0

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Capítulo 20

No sabía cómo sentirme al respecto, tenía a mi padre frente a frente, tenía la necesidad de gritar, llorar y de golpear algo, sin embargo la impresión me dejo clavada en mi sitio, no creía posible esto, él no tenía que estar aquí, yo no estaba preparada para conocerlo, ahora, todo se aglomeraba en mi pecho, sentí cómo las lágrimas llenaron mis ojos, me ordené retenerlas.

¿Qué se supone que debo hacer?

Busqué en mi madre la respuesta, pero ahora ella tenía las mejillas bañadas en lágrimas, su mirada azulada evaluaba mi reacción, podía ver el miedo que tenía, pero yo no lograba comprender lo que pasaba a mí alrededor.

-Mei- habló el hombre llamando mi atención, se acercó un paso- yo elegí tu nombre, ¿lo sabías?- de nuevo miré a Isabel, ella asintió sollozando, negué en respuesta a su pregunta- ¿no se lo dijiste?- le reclamó a mamá.

-No.

-¿Por qué?

-No merecías que ella conociera tu existencia- respondió, su voz sonó firme a pesar de estar llorando- no mereces estar aquí.

-Es mi hija- respondió él, mi corazón se rompió en dos en ese momento, cuando comprendí la verdad.

-No lo soy- dije firme y dura, los dos me miraron.- Jamás fui tu hija- reproché, sostuve su mirada verde, retándolo a rebatir mis argumentos- un padre, es quién está siempre ahí, y tú fuiste un fantasma en mi vida, no mereces llamarte mi padre.

-Por favor, Mei, ¿me dirás que Isabel es una madre ejemplar?- su mirada se clavó en ella- las investigue bien antes de venir, conozco su pasado, no fue una buena madre.

-Puede ser- me acerqué- pero ella no me abandonó, aún y cuándo lo deseó, no lo hizo, ella cuido de mí, a su excéntrica y extraña manera, pero lo hizo, alguna vez fue a uno de mis recitales en el colegio, jamás olvido mi cumpleaños, y sus regalos de navidad son los mejores, Isabel me ama, y yo a ella, porqué es mi mamá, mientras que tú eres un extraño más.

Mis palabras parecen calar hondo, pues su expresión se suaviza y me mira de una manera más cuidadosa, sabe que no fue buena idea venir aquí, no soy la niña frágil que imaginó, mi carácter es idéntico al de mamá, y no me tiraré a sus brazos de buenas a primera.

-¿Qué haces aquí?- pregunté, él suspiró.

-Vine a buscarte, necesitaba conocerte y...

-¿Qué haces en mi casa?- lo interrumpí.

-Quiero llevarte conmigo- mi mundo se detiene, mi madre suelta un jadeo, él sonríe- Mis abogados, abrirán un caso para pelear tu custodia.

-¡¿Qué?!- chilla mamá, mientras yo aún proceso sus palabras- ¡no puedes hacer eso!, no puedes apartarla de mi lado.

-¡Por favor, Isabel!- la obliga a callar- ella estará mejor a mi cuidado- todo a mi alrededor comienza a dar vueltas- lo sabes, no eres una buena madre.

-No dejaré que te la lleves.

-No podrás detenerme, solo quiero lo mejor para mi hija...

-¿Consideras que esto es lo mejor?- balbuceo, las lágrimas arden tras mis parpados, ambos detienen sus gritos- te presentas ante mí, sin darme tiempo a prepararme psicológicamente para eso, y planeas separarme de la única familia que he tenido, tú, un desconocido, planeas arrebatarme todo- lo miro, mis ojos empañados por las inmensas ganas de llorar, todo en mi pecho se aprieta y entonces exploto- ¡Eres un egoísta!- grito-¡no iré contigo!, ¡tú no eres mi padre!

¿Cambio de planes? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora