C a p í t u l o 2 1

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Capítulo 21

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¿Saben de ese momento en la vida en la que no puedes recordar quién eras antes de un momento específico?

Bueno, algo así me pasaba, por un breve momento pensaba que todo a mí alrededor era genuino, real, solido, inquebrantable, pero no todo es un cuento de hadas, y si algo es demasiado perfecto, no puede ser real. La vida no es color de rosa, me costó aprenderlo a lo largo de mi vida, crecí con una madre que fingía indiferencia a su única hija, viví con la ausencia de un padre, que me negó al momento de enterarse de mi existencia.

Pero no todo era tan malo, a pesar de eso, crecí con una familia que me amaba, unos de manera extraña lo demostraban, pero lo hacían, me vi rodeada de amigos incondicionales, dos mejores amigas que me apoyaban en todo y un mejor amigo, que cuidaba de mí, tanto como a su hermana, y que daría todo por verme feliz.

Sin embargo la Mei Wilson que era en esos momentos, no es una pisca de lo que soy ahora, por extraño que parezca, los sucesos se vieron enrollando tanto hasta convertirme en lo que ahora soy, ya no estaba segura de nada a mi alrededor, y constantemente tenía miedo, y por el ángel que odiaba ese sentimiento.

-Mei-, ya es hora- asentí y salí de los vestidores, el sol dio de lleno en mi rostro, achine los ojos, parpadee para adaptarlos a la luz del sol primaveral, los bitores y canticos de los alumnos me aturdían, comencé a ver todo con lentitud, los rostros sudorosos de los alumnos del instituto Blake y del instituto Rogers, hasta los entrenadores gritando sus últimas órdenes para sus jugadores, mis amigas en las gradas junto a la cancha, y alguno de mis amigos portando el uniforme del equipo mientras calentaban, sin pensarlo mis ojos escanearon al castaño de ojos azules, llevaba puesto el uniforme negro, con el número 10 en su espalda, se veía tranquilo, no tanto como yo, de nuevo el miedo inundó mi torrente sanguíneo, me vi obligada a luchar contra él de la manera más discreta en que podía, mordiendo mi labio inferior y apretando mis uñas a las palmas de mis manos.

Hoy se jugaría el primer partido del año, por lo que las animadoras harían su primera aparición, eso quería decir que los nuevos integrantes, debutarían. Lily estaba ahí, pero, por extraño que esto suene, no era ella quien me inquietaba, era algo más, de hecho alguien que no se encontraba cerca en este momento.

Di un par de indicaciones a mi propio equipo, los anime con una sonrisa forzada, observe de nuevo todo mi alrededor, tratando de convencerme de que nada estaba mal, que era una presentación como cualquier otra, que mis problemas no me acecharían hasta el colegio, en verdad lo esperaba.

Minutos antes de entrar, unos brazos fuertes y cálidos rodearon mi cintura por detrás, besó mi cuello y susurró en mi oído.

-Lo harás genial- me giré para enfrentarlo- eres una excelente animadora- sonreí- suerte- se inclinó para besar mis labios con delicadeza, hace un mes que teníamos esta extraña relación, no era mi novio, puesto que jamás lo pidió, pero me trataba como si lo fuera, lo que me confundía pero agradaba a la vez.

-Tú también lo harás genial, eres un excelente jugador- me puse de puntillas y lo besé de vuelta- espero que me dediques un gol- sin decir nada más di media vuelta para volver con mi equipo y dejarlo hacer lo propio.

[...]

-No pareces estar de buen humor- suspiré, tomé un sorbo de mi bebida, mientras lo observaba llevarse un bocado de su cena a la boca.

-Estoy algo cansada eso es todo- sonreí.

-Mei...- sus ojos azules buscaban una respuesta sólida.- Habla conmigo- mordisquee mi labio inferior y moví con mi tenedor la pasta.- ¿Son tus padres?- lágrimas se agruparon tras mis ojos, asentí.

¿Cambio de planes? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora