VIII. Marioneta hipócrita

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El claxon de un carro me despertó de mi ensimismamiento, el semáforo había cambiado a verde y yo estaba tan absorta en mi próximo cliente que no me podía concentrar ni en manejar

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El claxon de un carro me despertó de mi ensimismamiento, el semáforo había cambiado a verde y yo estaba tan absorta en mi próximo cliente que no me podía concentrar ni en manejar. Poco a poco me volvía el botín de una adicción, estaba perdiendo el juicio y no me daba cuenta, mi vida no era normal y mi ardiente e insaciable deseo sexual tampoco.

Un carro se me atravesó y si no es porque pude frenar hubiera dejado mi coche sin defensa, casi orinaba mis pantaletas, estar pensando todo el tiempo en sexo me estaba causando graves daños.

‹¡Por joshua! ¡casi muero!›

Trate de relajarme, al voltear a ver a Mateo, él estaba con cara de pocos amigos mirando con el ceño fruncido y la nariz ligeramente arrugada, se veía tan simpático que estuve apunto de soltar una risa fuerte.

-Cámbiate de lugar, yo manejo -exigió con premura-. Estoy muy joven para morir en manos de una enferma como tú.

-El enfermo y depravado eres tú.

Mat estaba por contestar a mi reproche cuando salí del carro, azote la puerta con rabia, lo cual me arrepentí al instante cuando recordé que era mi vehículo, rodeé el automóvil para sentarme del lado del conductor. Él por su parte se cambio al volante sin necesidad de salirse.

-Ahora si a salvo, ya sabes lo que dicen: mujer al volante peligro constante -habló socarrón, volteé la mirada bruscamente acompañada de una mueca de desagrado.

Seguimos el camino hacia un pueblo mágico de la ciudad donde nos esperaba otro hombre más que había pagado por el servicio, no me importaba como sería él, por mi mente solo pasaba la necesidad que tenía por follar sin control.

-Campanita, ¿crees que haya diferencia entre hacer el amor y tener sexo? -interrumpió el silencio de funeral que se había creado-. Después de todo se hace lo mismo ¿no? o crees que sexo es sin sentimiento alguno solo por satisfacción y hacer el amor es con quien amas.

-Yo lo que creo es que puedes tener sexo con la persona que amas y hacer el amor con un extraño, todo depende de la entrega que le pones. Puedes amar a tu esposa o esposo y sin embargo tener sexo con ella porque lo haces por obligación y no sentir nada por una amante y hacer el amor porque lo haces con gusto y dedicación. No es la persona en si, es uno mismo el que con la manera de entregarse define lo que es.

-¿Y tú qué haces con los clientes? en algunos punto pensé que sería desagradable para tí, pero lo que graba mi cámara es otra cosa.

-Yo solo lo hago por tu silencio, para que no digas nada de lo que viste -contesté a la defensiva.

-Pues no creó que con el "amigo" -Hizo comillas con los dedos-. De tu prometido te acuestes por silenciarlo.

Arrugue la frente e inflé los cachetes con un amargo sabor de boca, no tenía las palabras adecuadas para contestar tremendas acusaciones, ni yo misma sabía porque era tan sucia y nefasta de engañar a Enrique, no entendía que era lo que pasaba conmigo.

Ninfómana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora