—Tienes que ir al médico Wendy, no es la primera vez que hay sangrado después del sexo y lo del motel ya fue demasiado —Su tono era un poco molesto, estaba cansado de que no quisiera ir al ginecólogo.
Dormir en sábanas blancas y levantarme en algo parecido a la bandera de Japón fue el inicio de una catástrofe.
Pensé que después de superar una vida llena de dolor y agonía, solo quedaba la plenitud y la felicidad, pero la vida se rió en mi cara y se aferró a seguir destruyendo lo que quedó mí.
El sangrado fue tanto y tan fuera de lo normal que la alarma de Enrique se encendió enseguida que terminó por llevarme al médico aunque yo no quisiera, la doctora no encontró nada anormal aparte del sangrado, lo que me hizo relajar. Realizó algunas pruebas como el Papanicolaou y una prueba del virus del papiloma humano.
—Los resultados estarán dentro de unos días, yo te marco para avisarte —Asentí y salimos del consultorio.
—No fue tan malo después de todo.
—Y no querías venir, es tu responsabilidad cuidar tu cuerpo, si algo te pasa me muero.
—Exagerado —dije riendo.
Los días posteriores pasaron normales, trabajando en mi lugar favorito, viendo películas con el amor de mi vida, disfrutando la presencia y ocurrencias de Anel, dejándome llevar por mi nuevo vicio, el único que tenía; el cuerpo de Enrique.
Hasta esa mañana en la que recibí la llamada de parte del hospital para que fuera a la lectura de resultados.
La doctora nos saludo de mano a los dos y nos invitó a tomar asiento.
—Como sospeche el sangrado no es algo normal, tienes anomalías en las células y tú examen de papiloma dió positivo —Asentí de manera tranquila, sin saber el riesgo que eso conllevaba, o más bien, pensé que con medicamentos sería suficiente.
—Eso del papiloma humano ¿es grave? —preguntó Enrique—. Sé que es una infección de transmisión sexual pero no sé qué tan grave puede ser.
—Efectivamente, es un virus que se transmite de persona en persona a través de la relación sexual, en muchas personas se quita solo, sin síntomas y otras desarrollan algunos. Hay personas que viven con la enfermedad sin darse cuenta que está ahí haciendo daño, es la importancia del cuidado de nuestros encuentros sexuales y sobre todo de las visitas con constancia al médico.
—Pero Wendy y yo tenemos muchos años como pareja, yo estoy seguro de no tener nada de eso ¿cómo es posible que ella lo tenga? Siempre usamos preservativo al tener relaciones.
—Si ella lo tiene es probable que usted también, alguno de ustedes se lo transmitió al otro, al menos que...
La doctora dirigió la mirada hacia mí. Yo trague saliva, lo más lento que pude, como si no quisiera hacer ruido y que Enrique volteará en mi dirección y descubriera mi nerviosismo y lo que había detrás.
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Ninfómana.
General FictionSiempre pensé que no había sentimiento más fuerte que el amor, pero no conocía el deseo. «El deseo es una sed loca que no se apaga con beber; se apaga con otro cuerpo que tenga la misma sed» Registro en SafeCreative: 1002201604113