dos; [way]

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Gerard caminaba a paso lento por las calles de la ciudad mientras escuchaba Toxic de Britney Spears y hacía lip sync a la perfección.

Se ajustó sus gafas de sol Ray-Ban [Toro]  y continuó su camino hacia la escuela...

Hasta que escuchó una voz muy conocida por todos nosotros.

—HAY TAMALEeEeEeeees—gritaba un señor de unos cincuenta años con su cazuela llena de tamales en una esquina.

—¡Weeeeey, tamales!—. Gerard llevó ambas manos a su cara en señal de sorpresa.

Una parte de él le decía que no se detuviera, pues debía llegar temprano a la escuela. Pero la otra parte de su subconsciente lo convenció diciendo: que te valga verga.

Corrió, a pesar de su pésima condición física  y se detuvo enfrente del señor.

—Buenas, Gerardito, ¿Cómo estás? ¿De qué vas a pedir esta vez?—lo saludó el señor amablemente

—Buen día, don Pepe, me da tres de mole verde, dos de rajas y un champurrado—pidió Gerard con la respiración entrecortada.

—Cómo no, hijo—el señor abrió la cazuela—. ¿Ya vas para la escuela?

—Sí, don Pepe—contestó Gerard —Ya voy tarde de por sí, pero necesito mi desayuno fit para rendir en la escuela.

—Que te vaya bien, hijo. Aquí tienes—el tamalero le entregó su bolsa—. Aguas porque están calientes.

—Gracias, lo quiero mucho. ¿Cuánto es?

—Setenta y cinco, hijo.

Gerard le pagó con su billete de $100.

—¿No traerás los cinco para que te regrese treinta?

El pelirrojo quedó:

Se encogió de hombros y le dio la moneda de $5, recibiendo su cambio

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Se encogió de hombros y le dio la moneda de $5, recibiendo su cambio.

—Cámara, gracias don Pepe.

—Hasta luego Gerardito, Dios te bendiga, me saludas a tu mami—se despidió.

Gerard cruzó la calle dispuesto a continuar su camino hacia la escuela, pero iba tan concentrado escuchando a Bad Bunny beibe que no se dio cuenta que una bicicleta que parecía traer una carga venía bien pinches rápido hacia él.

—¡Quítate, pendejo!—le gritó quien venía conduciendo, tratando de frenar. Faltaban sólo un par de metros...

Gerard no se dio cuenta de nada, y se detuvo en medio de la calle a cambiar de canción. Pero cuando por fin se le ocurrió voltear, vio a tres personas montadas en una bicicleta de tamaño normal, casi uno sobre el otro.

Sólo le dio tiempo de gritar de la manera femenina más posible. Eso sí, sin soltar sus tamales.

Patrick alcanzó a girar el manubrio, sin embargo Vic perdió el equilibrio y cayó sobre Gerard, provocando que los otros dos cayeran dolorosamente, desarmando la bicicleta.

—QUÉ VERGA, HIJOS DE SU PUTA MADRE—gritó Gerard con furia, tocando su cabello lleno de champurrado hirviendo.

—Pues tú, wey, andabas en la pendeja—dijo Vic.

—Al chile tú tuvistes la culpa, carnal —dijo Pete más tranquilo, levantándose del suelo. Le tendió la mano a Gerard, pero éste la apartó como si de un café del Oxxo se tratase.

—Yo puedo, gracias—respondió, levantándose—. Ahora sí pinche Pete, me las vas a pagar, cagada.

Entonces se fue corriendo de manera extraña, pues le había caído su atole hirviendo en toda la ropa. Dio un par de zancadas más y se cayó.

Patrick no pudo evitar reír al ver que Gerard tenía todo el culo embarrado de mole.

—Ay, sí se te lastimó tu carita—dijo Pete acariciando la mejilla de Patrick en donde había un raspón y tierra embarrada.

—No es nada—se sonrojó—. Oye Vic, ¿Qué pedo?

Ambos miraron a Vic, quien los volteó a ver comiéndose lo que quedaba de los tamales en el piso.

—Ah no mames—dijeron Pete y Patrick al unísono. 

—Hay gente en África muriendo de hambre, pendejos —se defendió Vic—. Los tiempos no están para desperdiciar.

Los dos se miraron, y siguieron caminando, algo adoloridos por la caída.  

...

Gerard pensó en la posibilidad de ir a casa a cambiarse, mas ya se le hacía tarde de por sí. También pensó en pedir un Uber, pero igual tardaría. Incluso quiso llamar a Frank, pero él solía llegar a la escuela en el micro, y Gerard Way no andaba en micro.

No le quedó de otra mas que acercarse a la banqueta a esperar un milagro. Implicaría perder algo de dignidad y lastimar un poquito su orgullo, pero no iba a faltar a la escuela.

emo trinity mexican |peterick; frerard; joshler; brallon|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora