diecisiete; viva méxico, cabrones (pt. 1)

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-¡No, no! Lo están haciendo mal. -El pelirrojo teñido se pellizcó el puente de la nariz, tratando de conservar la poca paciencia que le quedaba-. Dallon, Josh, tienen que cargar a Breezy hasta arriba, no medio levantarla así nomás... Jack, Vic, Pete ¡Dije que los prietos iban detrás de la quinceañera! No enfrente de ella para opacarla, y si esa fuera la intención ¡Yo sería quien la opacara porque soy fabuloso! Y Mikey, ¡Guarda ya tu pinche celular!, ¿Okay?

-Es que levantar a la morra sólo nosotros dos si está cabrón-dijo Dallon rascándose la nuca.

-¿Me dijiste gorda, pendejo?-le reclamó la Breezy-. Soy tu chava, por lo menos finje que no peso tanto.

-Eh... Yo la neta si quiero destacar-dijo uno de los prietitos-. De hecho creo que merezco lucirme aquel día.

-Como sea, Pete, mejor haz las cosas como se te piden para que salgas temprano de aquí-comentó Marie, quien miraba el ensayo sentada en las gradas-. Tu clase de etiqueta empieza en media hora.

—¿Mi clase de qué chingados?

-¿Quién invitó a esa vieja a ver mi ensayo?—susurró la Breezy con los brazos cruzados.

-No mames, ella sí que te opaca-se rió Dallon.

-Oye, bro ¿Me dejas salir a contestar?-Mikey preguntó con una mano tapando la bocina de su celular.

-Agh, ¿Es urgente?

-Es Ray...

-¡Entonces no! -Gerard estaba a nada de tener un ataque.

-Oye, Yerard, ¿Ya casi acabamos?-preguntó Jack-. Porque debo ver a mi elfa en quince.

-Achis, el Tyler me acaba de encargar las chalupas para mañana—mintió Josh revisando su celular.

-¡No! ¡Si quieren que esto se haga bien, hagan lo que yo diga, por la reputísima madre!-exclamó Gerard con desesperación -. ¡No es como que me pagaran lo suficiente por tratar de evitar que la fiesta de ésta persona no parezca los quince años de María de todos los Ángeles!

-¿Me estás llamando naca?-la Breezy abrió la boca en señal de indignación.

-Bueno... no se tú, pero a mí mis padres siempre me enseñaron a no mentir, pinche pendeja fea.

-Gerard, relaja la raja-le dijo Frank desde el equipo de sonido-. Hay que tomar un descanso de... quince minutos. Todos.

Los chambelanes, la futura quinceañera y hasta Marie se encogieron de hombros y salieron del auditorio de la AMLO.

-Ay, Frank ya no sé qué hacer-Gerard suspiró, sentándose en las gradas.

-Gee...-El tatuado tomó asiento junto a él -. No tienes que seguir ayudando a la Breezy si no quieres.

-Agh, ¿Sabes por qué sigo haciéndolo?-el teñido se acomodó su fabuloso cabello-. Porque yo siempre quise una fiesta de quince años acá bien espectacular y todo, pero no soy morra ni tengo hermanas... Así que, el que Breezy me pidiera ayuda me hizo creer que alguien apreciaba lo talentoso que soy bailando, y me gusta intervenir, de hecho hasta escogería todo. Pero... no se puede.

-Gerard...

-Gerard no está. Gerard está indignado porque Gerard nunca consigue nada de lo que quiere. Gerard valió madres.

Frank sonrió. Le gustaba ver a su vato frustrado. Fruncía el ceño, inflaba los cachetes, cruzaba los brazos, hablaba de sí mismo en tercera persona y se hacía el emberrinchado.

-¿Y yo?-preguntó el tatuado.

-¿Tu qué o qué?

-Yo te latía un buen, ¿No? -Frank tomó su mano. Gerard asintió-. Y me conseguiste, ¿Verdad?

emo trinity mexican |peterick; frerard; joshler; brallon|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora