cuarenta y cuatro; the end (parte 2)

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*unas dos horas antes*

Dallon y Ryan peliazul llegaron a casa de Brendon alrededor de las cuatro de la tarde para irse juntos a la peda.

Brendon salió de su casa en cuanto le mandó mensaje y saludó a su novio con un beso.

—De veras, creo que ustedes nunca se han hablado, ¿Verdad?—preguntó Dallon mirando a Brendon y Ryan.

—Nel—. Brendon tomó la mano de Ryan en señal de saludo.— Kiubo, soy Brendon.

—Ya lo sé, wey—. Ryan lo saludó con obviedad— Siento mucho que Dallon haya sido un pendejo contigo... pero no te preocupes, yo le di una putiza cuando supe.

—¿Le contaste todo?

-—Je, tal vez—respondió Dallon algo nervioso tomando la mano de Brendon— Bueno, ¿Nos vamos?

Se dirigieron a la parada para esperar un taxi. Pero oh, qué suerte tan mala la de ellos, pues también se encontraba Ryan Ross ahí. Recordemos que es un rancho pequeño, todos se pueden encontrar a cualquier hora cualquier día.

Brendon tragó saliva y le empezaron a sudar las manos. No se había hablado con Ryan desde el incidente en la cafetería. La verdad ni siquiera tenía los huevos suficientes como para dar la cara y disculparse. Simplemente lo ignoró, rogando al Señor por ocurrírsele una idea que lo ayudara a zafarse de la situación.

Pero Ryan no lo había visto aún, así que con confianza se acercó a Dallon y al Ryan peliazul.

—Hola, oigan ¿Se van a ir en taxi?—preguntó.

Ambos asintieron, sabiendo a qué quería llegar el castaño castroso. Brendon, por su parte sacó su celular y se hizo el que la virgen le habla.

—¿Puedo irme con ustedes? Quedé de verme con Tyler y Jenna allá.

Ryan y Dallon se miraron, como esperando a que el otro contestara.

—¿Está bien, Bren?—le preguntó el más alto a su novio tras un par de segundos de silencio.

Ryan Ross frunció el ceño y se incomodó al finalmente notar a Brendon al lado del par.

—Me lleva la verga—soltó en voz baja.

—Como sea—murmuró Brendon, regresando la vista a su celular.

—Pues vamos— Ryan peliazul le hizo la parada a uno. Se sentó en el asiento del copiloto, y por su parte, los tres restantes atrás. Brendon en medio de Ryan Ross y Dallon.

No fueron lo suficientemente rápidos como para pensar en otra forma de acomodarse, eso está claro.

No sabría decirles qué era más incómodo, la parte de atrás del vehículo o el taxista tratando de sacarles la plática.

México, ya saben.

—¿A poco ya tan temprano a empedarse?—preguntó el taxista. Era un señor gordo, moreno y traía una gorra del Partido Verde.

—Sí, don, pa' qué mentirle—respondió Ryan Seaman, siendo el único heterosexual de los adolescentes que viajaban en ese taxi y por consiguiente el único que sabía cómo responder sin que la conversación terminara en preguntas o comentarios incómodos por parte del señor —Nos rinde más el día.

—Uy, no son ni las cinco, amigo, ¿Qué pedo?

—Ya sabe, don. La chaviza de hoy.

Brendon solamente miraba su regazo, pues no tenía algo mejor que hacer.

¿Recargar su cabeza en el hombro de Dallon? Incómodo para Ryan. ¿Sacar su teléfono? Estaba en el bolsillo trasero de sus jeans y eso implicaría rozar el brazo de Ryan (ni de eso era capaz). ¿Dormirse? No enfrente de Ryan.

emo trinity mexican |peterick; frerard; joshler; brallon|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora