dieciocho; viva méxico, cabrones (pt. 2)

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«hola c:»

Al leer el mensaje de whatsapp en su barra de notificaciones, no pudo evitar escupir el trago de su Boing! de mango sobre el comedor. Le sudaron las manos, y un sentimiento de euforia le recorrió todo el cuerpo.

—¡Pedro!—su madre lo reprendió al ver que había ensuciado la mesa—. Abusado, mijo. Ahora límpiame la mesa que ya vamos a cenar.

—Ay, ¡Es que mi crush me escribió, jefa!—Pete casi se cayó de la silla de tan sólo recordarlo.

—Bien por ti, mijo. Pero primero pon la mesa y limpia tu merequetengue, que ya casi llega tu hermana.

—Agh, ya qué...

—¿Qué dijistes?—doña Dale le lanzó a su hijo la mirada amenazante de madres mexicanas.

—Que ya voy a limpiar la mesa, jefa—se resignó Pete.

Su madre asintió y se dirigió a la cocina para calentar el mole. No pasaron ni diez segundos cuando un sonoro un grito se escuchó en todo el barrio del Arbolito.

—¡¿QUIÉN CHINGADOS SE TRAGÓ EL MOLE VERDE QUE ACABABA DE HACER?!

La doña salió de la cocina bien emputada y lo primero que hizo fue mirar a su hijo.

—Y-yo n-n-no s-sé n-nada, jefa—Pete respondió cagándose del miedo.

Entonces Frank salió de la habitación de la hermana de Pete. Parecía acabado de despertar, como siempre.

—¿Qué pedo, morros?—preguntó somnoliento—. ¿Porqué tanto drama, Juana? Relajen la raja.

—¡Tú te comiste mi mole verde!, ¿Verdad, pinche escuincle?—la madre de Pete lo señaló con un dedo amonestador.

—¿Qué? Ah, simón—Frank contestó con indiferencia —. Perdón.

—¡Ay, pinche chamaquito! Ahora sí pinche chamaco... ¡Voy a traer la chancla pa' que aprenda uste' a no estar de metiche en mi cocina! ¡Ahora por tu culpa no tenemos qué cenar!

—Chale, ya le dije que perdón, doña Dale.

Pete sabía que ese era sólo el comienzo del gran emputamiento de su mamá. Así que discretamente tomó su celular, se levantó del comedor y se salió de su casa para dirigirse al patio.

Lo primero que se le ocurrió fue llamarle a quien seguramente sabría qué hacer.

—¡Me escribió! ¡Me escribió, morra!—gritó emocionado.

—Wey, más te vale que sea algo de suma importancia. Estoy en plena reunión familiar y si mi mamá me ve con el celular una vez más voy a valer pito.

—¡Patrick me escribió, Mari!

—¡No mames!—Marie sonaba sorprendida.

—Simona la mona. ¿Qué le pongo?

—¿Qué te puso?

—"Hola"—respondió algo nervioso.

La chica no pudo evitar sonreír levemente; a pesar de que Pete no la viera, se le hacía tierno imaginar a su amigo emocionado.

emo trinity mexican |peterick; frerard; joshler; brallon|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora