treinta y nueve; todos tenemos un lado gay

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-Adivinen qué -dijo Meagan sentándose una la mesa de la dizque cafetería de la AMLO con sus achichincles-. Pete me pidió que le ayudáramos a organizar algo bien joto para él y Patrick. Van a cumplir cuatro meses.

-Ah, no chingues-comentó Elisa sin despegar la vista de su teléfono-. ¿Para qué tanto pedo? Ni que cumplieran un año.

-Es que Pete quería algo bien bonito, porque según él le pidió a Patrick que fuera su chavo mientras estaban chingándose unas gorditas y no fue muy romántico que digamos.

-Pendejo-. Se rió Marie-. Pues yo le prometí que lo ayudaría a todo lo relacionado con Patrick, así que jalo.

-Creo que te pasas de buena onda con él-dijo Meredith-. Ya lo ayudaste demasiado.

-Es mi mejor amigo después de Joe-. Se encogió de hombros.

-Ya te dijimos que le dejes de hablar a ese pendejo, pero te pasas nuestra opinión por el culo-le dijo Elisa-. Tú solita te deprimes, al parecer te gusta la mala vida.

-Es cierto-opinó Meredith-. Ya supéralo wey, lo de Joe y tú no va a suceder. Frienzoneada éstas y así te vas a quedar, morra. Déjalo por la paz y date cuenta, mereces algo mucho mejor.

Marie asintió con la cabeza, fingiendo que aquellos comentarios no le afectaron en lo absoluto.

-Bueno-dijo-. ¿Qué ideas tienen? Saquen su lado homosexual para esto.

-¿Y si no tengo uno?-respondió Meredith. Elisa y Meagan mejor se quedaron calladas.

-¡Todos tenemos un lado gay!-exclamó Marie-. Aunque sea mínimo. Ahora, propongan algo.

...


-Aló, ¿No nos compran boletos para la peda?-preguntó Frank llegando junto a Gerard a otra mesa de la dizque cafetería.

-¿Cuál peda?-quiso saber Sarah.

-Pues la peda en el Vogga, mi reina-dijo Gerard-. ¿Jalan o se rajan?

-Jalo, ya sabes que sí -respondió Hayley sacando su monedero.

-Pues yo igual.

-¿Y ustedes?-les preguntó Frank a Tyler y Jenna.

-Sí.

-No.

Ambos se lanzaron una mirada asesina tras contestar al unísono.

-Ay, decídanse, ¿No?-les dijo Gerard.

-Ándale-. Tyler animó a Jenna.

-¿Tú? ¿Quieres ir a una peda?-. La güera alzó una ceja-. Cuéntame otro chiste.

-Ándale, aunque no tomemos nada, hay que dejar nuestra soledad de vez en cuando.

-No lo sé, Rick-dudó Jenna-. Estaría rompiendo las reglas de mi asocialidad que me impiden salir de mi casa a un lugar que no sea la escuela. Además, ¿Qué chingados voy a hacer yo en una peda? Somos dos introvertidos que se van a querer ir a los cinco minutos.

-¿Entonces sí o no verga?-preguntó Gerard fastidiado.

-Dame dos boletos -respondió Tyler dándole un billete.

-Agh, me cagas.

-Tú más a mí.

-Vete a la verga.

-Tú primero.

-Come tierra.

-Tú dos veces.

-Qué jotos -dijeron todos los presentes.

-Pito, pinches chismosos -les dijo Tyler mostrándoles el dedo de en medio.

Entonces Pete se unió al grupito. Traía puestas unas gafas de sol y una gorra de chaka.

-¡Ah su reputísima madre!-gritó Gerard-. Es el Brayan.

-Chistosito-. Pete fingió una risa.

-¿Se te perdió Acapulco o qué? -preguntó Hayley con burla.

Pete se quitó ambos accesorios y todos lo miraron impactados. Traía el ojo morado y la ceja suturada.

-¿Qué verga?-. Frank frunció el ceño-. ¿Con quién te agarraste a madrazos?

-Fue mi jefe-respondió el moreno.

-¿Por?

-Le dije que soy joto.

-¿Y?

-Pues me soltó un putazo, Pancho, ¿Tú que crees?-dijo Pete volviéndose a poner las gafas-. Pero claro, como ya no vives conmigo, ya te olvidaste de tu amigo y ya no te importa lo que me pase...

Sí, Frank se había mudado con Gerard un día después de que éste le compartió su gran idea. Para ser honestos, Pete todavía lo extrañaba. Extrañaba que se tragara todo lo que hacía su jefa para comer o que se paseara por cada habitación como Juan por su casa. Que ocupara la tele de la sala toda la tarde para ver sus novelas o hasta que trajera a Gerard a la casa a cada rato.

-¿Te dirige la palabra o te ignora?-preguntó Hayley.

-Ni siquiera me voltea a ver. Lo bueno es que sólo está en la casa los fines de semana por su chamba-. Pete sacó su cartera-. Como sea, véndeme dos boletos.

-Cómo no-dijo Gerard recibiendo el dinero.

-¿Cuándo es?

-Pues el viernes, wey.

-Ese día cumplo meses con Patrick-dijo Pete.

-Pues pueden hacer sus homosexualidades en la tarde y en la noche se van a la peda-sugirió Gerard-. Na'más no se empeden para que hagan el sin respeto, que buena falta les hace.

-Pendeja, ¿Entonces a qué vamos?-. Pete rió tomando sus boletos. Posteriormente se fue.

...

Dallon caminaba hacia la casa de Brendon por la tarde de ese mismo día. Traía su guitarra; creía que era lo menos que podía hacer para compensar lo culero que había sido con él. No, no sabía muy bien cómo tocarla, pero la intención siempre es lo que cuenta.

Se paró afuera de su ventana y lanzó una piedrita porque creyó que todo sería más romántico así como en las películas viejas, pero no contaba con que la piedra era demasiado pesada como para hacer una grieta en la ventana de Brendon, quien se asomó con el ceño fruncido al escuchar el vidrio fragmentarse. Abrió la ventana con cuidado y le gritó:

-Tú vas a pagar la reparación de mi ventana, cabrón.

Dallon hizo una mueca de "ups" y sacó su guitarra de la funda.

-¡Te vine a dedicar una canción! -le gritó de vuelta-. ¿La quieres escuchar?

-No.

-Pues te la voy a tocar de todos modos, también la canción -. Tocó un par de acordes mediocres y comenzó a cantar-. Me quieren agitar, me incitan a gritar...

-¡No mames, un vato greña larga! -. Brendon lo interrumpió, grabando todo para sus estados de whatsapp -. Síguele, me está gustando.

-Nel, ya me cortaste la inspiración-. Dallon se emberrinchó y volvió a guardar su guitarra-. Yo te venía a pedir que fueras mi chavo y tú que te freseas.

Brendon casi se atragantó y ni siquiera estaba ingiriendo algo.

-¿Qué verga? ¿Y... y todavía quieres?

-Pues sí wey, no mames.

-Dall...

-Mande-. Lo miró indignado.

-¿Quieres pasar?

emo trinity mexican |peterick; frerard; joshler; brallon|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora