XVIII

59.7K 4K 658
                                    

Narra ????:

Acomodo el cuello de mi camisa y miro atento la puerta, esperando que la dichosa mujer entre. Sé que viene hacia acá a velocidades extremas y sé, con seguridad, cual es su intención.

He aprovechado que mi hermano ha salido de la casa y me he infiltrado en su despacho. Era algo prohibido estar en esta habitación mientras el no estuviera presente. Cómo si aquí ocultara su más grande secreto...o su peor debilidad.

Sonrío un poco al escuchar la puerta ser abierta. Era tan predecible.

— Stephan, tengo que contarte algo urgente. La esclava se quiere escapar con el jardinero y además, como si fuera poco tienen una relación amorosa. ¿Puedes creerlo? — suspiro y giro el asiento. — Edward— suelta en un jadeo.

— Mildred— digo a modo de saludo.

— Bueno, no importa que seas tú. Ya lo he dicho. La esclava esa, la mocosa, se quiere escapar con el jardinero chino.

— Ah— murmuró. — y eso, ¿Para que me lo cuentas? — abre sus ojos abruptamente y me mira con obviedad.

— Para que la castiguen, está claro.

— ¿Porqué? — vuelvo a preguntar. Disfrutando un poco su creciente enojo, aun sabiendo que está mal y no es de buenos modales, soy incapaz de evitar el pequeño gozo en mi cabeza.

— ¡Por romper las reglas! Tus preguntas son absurdas— grita desesperada.

— Al igual que tu actitud y comportamiento—le sonrío un poco y me mira indignada— si mal no recuerdo, Mildred—tomo aire con pesar y me reclino hacia el escritorio, dejando que mis cpdos me soporten—hace no tanto, ¿tal vez 10 años?— se alarma y abre sus ojos nerviosa, sabe perfectamente de lo que hablo—Si, hace diez años tu y Stephan tuvieron relaciones en cada rincón de esta casa y nadie dio una sola queja. Te creíste la Señora del lugar nadie dijo nada. Incluso, saliste con total libertad de la casa y nadie soltó una palabra— su ojos me matan con lentitud y rechina con fuerza sus dientes— Entonces, ¿Crees tener el derecho a reclamar que otra persona haga cosas "indebidas"según tú? — hago una pausa y tomo aire— no tienes el mínimo derecho a reclamar Mildred, no lo tienes, reconoce tu lugar.

— ¡Estas defendiendo a la niña esa por que te gusta, mi situación no tiene nada que ver! ¡Yo fuí la pareja de Stephan, es algo muy distinto!

— Y eres una sirviente más ahora, una como cualquier otra ¿Crees que en realidad tuviste alguna importancia o fuiste algo de Stephan además de un polvo concentido? Eres ingenua Mildred.— le miro y niego levemente—Ahora te pido que por favor, salgas del despacho y vuelvas a tus tareas— antes de que salga como fiera por la puerta le vuelvo a llamar— y...Mildred, no te conviene meterte con Lucia.

— ¿Ahora me amenazas también? — pregunta entredientes. Y con el ceño notablemente fruncido.

— Más bien te doy una advertencia, Lucia no esta sola, creeme que no lo está. — me fulmina.

Finalmente sale con un portazo lo suficientemente fuerte como para dejar su enojo claro. Suspiro y me levantó del asiento. Comportarse con personas de ese tipo era difícil hasta para mí.

♠♣♠♣♠♣♠

Narra Lucia:

— Lucia— giro mi rostro y observo a Edward. Está serio, algo común en él, pero me extraño que no me haya brindado una de sus nulas sonrisas.— ¿tienes un momento? — asiento y le indico que entre por completo a la habitación. Dejo el uniforme que planchaba a un lado.

Como Seung no quería que yo saliera de la habitación y yo no quería ser inservible, he logrado que Malia me traiga la ropa que se necesite planchar al cuarto. Y eso es en lo que me he entretenido las pasadas horas. Pues Seung había salido no sé donde.

— Sé que vas escapar— suelta, sin más. Mi corazón se detiene y no se que hacer. Entro en pánico. Todo se echo a perder. Algo que ni siquiera había empezado ya había terminado.

— No le hagan nada a Seung, por favor— imploro con un nudo en la garganta— tomo toda la responsabilidad, a él dejenlo fuera—Se queda callado por unos segundo y me observa.

— ¿Porqué eres de este modo? ¿Porqué te arriesgas así, Lucia? ¿Acaso no te importa tu vida? — me quedo observándolo. Sí, me importaba, claro que lo hacía. Yo queria vivir mi vida al máximo, pero quería vivirla junto a Seung. Era todo lo que quería.

— Yo...yo no quiero que le pase nada a Seung. Lo quiero mucho— murmuró.— me sentiría fatal si algo llega a sucederle.

— ¿Y crees tú, que él no se sentiría igual si algo te pasara a ti? — bajo la mirada y tuerso mis labios. — eres importante para él, ya lo has notado. Él por ti haría lo que fuera y veo que tú por el harías lo mismo— me da una tenue sonrisa. — no pienso delatarlos, al contrario, cuenta con mi apoyo. — me sorprendo de sobremanera. Mis ojos se abren a tope y no puedo dejar de mirarle.

— Pero usted se meterá en problemas.

— No importa, tu no debes estar aquí Lucia. No lo mereces. —me sonríe y se acerca, besa mi frente y acaricia mi mejilla. — cualquier cosa que necesiten, solo dímelo y haré todo lo que pueda. —sale de la habitacion y me deja aturdida.

Me quedo mirando la pared fijamente. No sabía que hacer o que decir. Era cierto que Edward y yo eramos algo así cercano a conocidos, tal vez amigos. Pero nunca nos habíamos acercado tanto.

Toqué mi mejilla y miré la puerta. Una cabellera sedosa y brillosa de color naranja se dejaba ver. A los segundos Seung estaba frente a mí. Me sonríe y besa con rapidez mis labios.

— ¿Te pasa algo? — sonrío y niego con rapidez.

— Nada— alejo unos mechones que cubren sus ojos.

— Tengo buenas noticias— elevo mis cejas.

— Yo también— supongo.

— ¿Yo primero? — asiento.— ya tengo todo listo.

— ¡¿En serio?! — la emoción me abarca y lo abrazo.

— Sí, muy en serio, nos vamos la semana entrante. Stephan tiene un viaje importante y no estará por un mes. — me separo un poco y muerdo mi labio inferior con nerviosismo. — solo tengo que deshacerme de Edward y Joel.

— Edward— frunce el ceño y me mira interrogante— me ofreció su ayuda. Nos ayudará a escapar— abre levemente su boca y luego sonríe. No obstante, esta tensó, no parece tan contento con la idea.

— Eso es...perfecto— murmura. — solo queda Joel, entonces.

— ¿Qué piensas hacer?

— No te preocupes— evade mi pregunta— te traere la cena, ¿De acuerdo? — asiento y lo veo marcharse.

^Editado^

Esclava de su palabra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora