XXXV

43.9K 3.5K 867
                                    

Narra Lucia:

Subo las escaleras con lentitud. Había pasado un buen rato con la ayuda de todos. Había olvidado todo por unas horas. Llegué a divertirme, algo que creí no volver a lograr luego de Seung. Y aunque no fue pleno, y siempre tuve ese dolor alojado en mi corazón, pude sonreír con sinceridad al final. Era el primer paso para volver a lo que era. Me había dado cuanta que era posible ser feliz sin él.

Pero se sentía erroneo de todas maneras.

— ¿Donde estabas? — mi corazón deja de latir y el miedo me inunda, una vez más. — no deberías salir de la habitación— un escalofrío recorre mi espalda cuando, sin querer, lo miro a los ojos. — Entra— mi labio inferior tiembla al igual que mis manos. No quería. Su aspecto no me decía nada bueno, estaba desarreglado, con el cabello alborotado y los ojos apagados.

Da el primer paso y se acerca a mí, retrocedo espantada y intento girarme para echar a correr. Sin embargo, su fuerte agarre en mi muñeca impide mi huída. Un grito se construye en mi garganta y mi ojos pican. Quiero irme, no lo quiero cerca, él es un monstruo.

Me acorrala contra la pared y acerca su rostro al mío. Las primeras lágrimas me abandonan y giro mi rostro, cerrando mis ojos con fuerza en el proceso. Sollozo cuando su nariz roza mi mandíbula.

Aléjate, por favor, aléjate.

— Lo siento— todo queda en silencio y yo creo haber escuchado mal— lo siento, nunca debí tomarte de esa manera. Perdóname— sorprendida le miro de reojo. Su cabeza descansa en mi hombro y su respiración choca contra mi piel. ¿Él me está pidiendo perdón? Esto no puede ser posible. Es simplemente... — di algo, por favor — suelta mi muñeca con suavidad y se abraza a mi cintura, luego se reincorpora y me mira a los ojos. Seguían asustándome, aun cuando me miraban arrepentidos. Junto mis labios con fuerza y niego, apartando mi mirada.

— Lo que hiciste n-no tiene perdón — susurro. No podía perdonarle. No sólo por abusar de mí, sino que por matar al amor de mi vida. Eso jamás se lo perdonaría. Jamás.

— Lo sé pero... — estaba borracho.

El olor a alcohol había llegado a mis fosas nasales. Quise reír y llorar a la vez. Estaba claro que el Stephan que yo conocía nunca me hablaría de esta manera, ni luciría como lo hacía en estos momentos.

— Te odio— sisee llorando a montones. Lo odiaba, sabra Dios cuanto lo odiaba. Nunca lo perdonaría.

— Lo sé, créeme, lo sé — acaricia mi mejilla y yo aparto mi rostro con repulsión— No hagas esto por favor — cierro mis ojos y muerdo con fuerza mi labio inferior.

— ¿Qué esperas que haga? ¿Qué te reciba con los brazos abiertos? — lo miro con desprecio—¡Te odio! ¡Eres un asesino! — golpeo su pecho pero no le hago el mínimo efecto— ¡Mataste al amor de mi vida, mataste a Seung! ¡No esperes más que desprecio de mi parte! — grito llena de rabia y dolor. Tenía mucho más que decirle, gritarle lo despreciable que era pero no tuve oportunidad.

De un momento a otro nos encontrabamos en su habitación, yo de nuevo contra la pared y él totalmente furioso, ahora parece el mismo monstruo de siempre. Ya no parecía borracho ni frágil como lo fue hacía unos minutos. Sabía que no duraría mucho, un ser como él nunca podría tratar bien a alguien.

— ¡No vuelvas a mencionarlo!— toma con fuerza mis muñecas, empotrandolas contra los costados de mi cabeza. Suelto un quejido ante el acto. — lo intenté —agacha su cabeza y aprieta mis muñecas, empieza a doler y estoy segura que dejará marca— intenté mejorar, estaba decidido a tratarte bien, me disculpe incluso, pero tú... Tú sólo piensas en él, sólo piensas en ese hijo de puta— alza su vista y quiero hacerme bolita cuando su ojos demuestran el odio que lleva dentro, ya no hay ni una pizca de arrepentimiento— No quiero volver a escuchar su nombre de tu boca, ni mucho menos que hables de él. ¿Entendido? — trague en seco, el corazón queriendose salir de mi pecho— ¡¿Entendiste?! — la ira me consume y grito rompiendo mi garganta. Nunca dejaría a Seung a un lado.

Esclava de su palabra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora