XXXVII

42.2K 3.2K 273
                                    

— ¡Joel! — grité desgarrando mi garganta, corrí desesperada hasta él. — no... No no no— tomé sus mejillas y lloré otra vez. Era lo único que hacía últimamente; como la inútil que era. Toman mi brazo con fuerza y me levantan con brusquedad.—¡Eres un demonio!


— Cierra la boca— sisea en rostro, mirándome profundamente a los ojos. Mi cuerpo tiembla y el miedo junto a la cobardía vuelven.

— Has llegado muy lejos Stephan— Edward se acerca y lo aleja de mí empujandolo. Toma mi mano con suavidad y me mira unos segundos — él esta bien, se recuperará, algo como eso nunca lo mataría — me sonríe un poco y se da la vuelta, dirigí mi mirada a Joel con rapidez, dudando un poco de sus palabras, parecía muerto. Realmente creí que había muerto, yo vi y escuche como Stephan rompió su cuello. Fue horroroso y me dolió mucho. Creí que lo había perdido a él también. Creí que alguien mas había muerto en mi nombre.

—Sabes que odio la violencia—  me empuja levemente y vuelvo en mí, me alejo cuando entiendo su mirada de advertencia— pero si es necesario, no dudare en darte la paliza que tanto mereces. Ya basta, acabemos esto por las buenas y sigamos en paz.

— ¿Crees que los dejaré tomarla así como así? ¿Estas escuchandote? — sonríe con sorna y me mira, vuelvo a temblar— Esa mujer de ahí, me pertenece y lo sabe, ¿O no? — alza una de sus cejas y me amenaza claramente con sólo mirarme. — ¿Verdad que lo sabes? — asiento torpemente bajo su atenta mirada. Mi lágrimas bajan con velocidad y otro nuevo nudo se forma en mi garganta. La sensación ya era conocida, casi parte de mí, al igual que el llanto.— y sabes también lo mucho que me enfada que te dejes tocar por otros— asiento otra vez y sollozo— ahora, vendrás aquí y te arodillaras ante a mí — muerdo mi labio inferior y cierro mis ojos. — ahora — demanda. Doy un primer paso de manera torpe.

— Lucia no ira contigo, no la humillaras de esa manera. Ya basta Stephan. Ya le has echo demasiado. — Edward toma mi brazo y me detiene— quedate atrás de mí y no te muevas, por favor — me mira con seriedad, doy unos pasos atrás y él asiente. Miro a Stephan al instante; no está para nada contento. — Ya veo que no la dejaras ir por las buenas — se quita el gabán y lo deja caer. — será por las malas entonces.

Mi corazón se acelera cuando Edward dirige su puño cerrado hacía Stephan. El golpe da en la boca del estómago y por un segundo, por primera vez, veo una mueca que no es de soberbia ni enojo en su rostro, sino una de dolor. Desde donde me encontraba pude notar la fuerza que Edward había usado. Me sentí extrañamente satisfecha. Y sé que está mal disfrutadar del dolor ajeno, pero ese monstruo se lo merecía.

Un jadeo escapo de mis labios cuando el rostro de Edwar giro con fuerza debido al puñetazo que había recibido. Quise correr a ayudarle pero recorde su pedido y me quedé en mi lugar.

Sin esperar un segundo volvió a golpearle, esta vez dandole una patada en el pecho. El cuerpo de Edward salió disparado a la pared y le tomo algunos segundos reincorporarse. No sabía cuanto podría soportar verlo así. Tan pronto estuvo en pie corrió hasta Stephan y golpeo con fuerza su rostro. El señor de la casa hizo lo mismo.

Los golpes iban de parte y parte, cada vez más fuertes. Estaba nerviosa y preocupada. Edward se estaba lastimando por mi culpa y dolía. Me sentía completamente culpable y lo era.

— Ya basta, por favor — cierro mis puños a los costados de mi cuerpo. — deten- — suelto un jadeo cuando un brazo se envuelve en mi cuello y lo aprieta con fuerza. Trato de repirar pero se me dificulta.

— Haganle caso a la niña— la voz que se escucha a mis espaldas se me hace familiar. Un escalofrío me recorre de pies a cabeza cuando hace su agarre se refuerza.

Miro a los dos hombres frente a mí, los golpes cesan pero mantienen su pose defensiva en mi dirección. Ambos miran con advertencia al hombre atras mío.

— Sueltala— dicen al unísono. Escucho una carcajada larga y cruel junto a mi oído y forcejeo en pleno pánico.

No puedo respirar.

— Oh, ¿Ahora están del mismo lado?— vuelve a reír y siento un beso en mi mejilla. Miro de reojo y veo a nadie más ni nadie menos que Luka. Me sonríe y afloja un poco, pero sin soltarme. El gruñido que sale de Stephan me saca del shock y vuelvo a mirarlo. Está conteniendose. — ¿Porqué peleaban, uh? ¿Por esto?— siento su mirada en mí, agacho mi cabeza sintiendome inferior— por favor, no sean idiotas. Stephan, te regalé a esta chica para complacerte no para enemistarte con tus hermanos. Edward, no esperaba esto de ti hijo— niega con una pequeña sonrisa — si tanto problema les causa, tendre que llevarmela o-

— ¡No te dejaré! — grita Stephan echo una furia.

— O matarla. ¿Dónde están tus modales Stephan? — el mencionado lo fulmina y gruñe irritado — como decía — saca su brazo pero sostiene con fuerza mi hombro— has traído muchos problemas niñita— lo miro de rejo y trago saliva— tendras que enmedarlos de alguna forma. Quizás... — sus labios rosan mi cuello y no hago nada. — esto te recuerda algo Stephan— el vampiro se tensa y mira con gran odio a Luka— ¿Como era que se llamaba?

— No la menciones — sisea y se acerca. Ahora ciento sus colmillos jugando sobre mi piel, Stephan se detiene de forma abrupta— estás jugando con fuego Luka, te mataré — el señor ríe y lame mi cuello. Cierro mis ojos y suelto un suspiro roto. Que lo haga ya.

— Un paso más y te daré su traquea envuelta en papel de regalo— Edward se mueve un poco, con disimulo— lo mismo para ti Edward— el susodicho cierra sus puños con frustración — ¿En que me había quedado? Ah, sí. La chica aquella, Naara— abro mis ojos y lo miro con atención, ese nombre lo había escuchado en el rosal negro donde vi a aquella chica pelinegra y apagada— tu padre le desgarro el cuello frente a ti ¿Cierto? Y el día de su boda, eso fue muy cruel, hasta para mí. Pobre de ti, ver a tu amada morir.— me sorprendo de sobremanera. ¿Ese demonio iba a casarse? ¿Estuvo enamorado? ¿Naara era aquella peligrena? me mira y sonríe — ¿No lo sabías? —ríe y mira a los dos hermanos— ¿Se lo ocultaron? Bueno, tampoco tenían que decirselo, al final no es nada más que una esclava.

— Ella no es- — Edward trata de defenderme pero es interrumpido.

— Lo es y lo seguirá siendo — se pone serio y mira a los vampiros— espero que este problema no vuelva a pasar, Stephan, no cometas el mismo error dos veces. Caes y la mato. Ya tu padre no está, así que es mi responsabilidad mantener el orden cuando tú te vuelves un idiota ignorante. Debería matarla ahora, pero no puedo negar que esta chiquilla me agrada— me sonríe y tiemblo— te daré una sola oportunidad más, en cuanto a Edward y Joel. Ambos se irán conmigo a América. No te causaran más problemas, y además, los necesito allá.

— No nos moveremos de aquí sin Lucia— reclama Edward con voz firme y un leve tono de desespero.

— Demonios, mi cabeza— toda la atención recae sobre el vampiro menor sentado en el suelo. — ¡Maldito imbécil, te partiré la- — calla y mira la situación. No es capaz de esconder la preocupación en sus facciones cuando ve a Luka — ¿Qué haces aquí?

^Editado^

Esclava de su palabra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora