L

40.8K 3.1K 463
                                    

Narra Stephan:

— ¿Hermanos? —habla con dulzura la rubia.— Entonces tratense como tal. Me duele verlos así, solían ser uña y mugre. — frunzo el ceño y la miro intensamente a los ojos.

Ella no era mi Lucia.

— Naara— siseo sin apartar la mirada de sus ojos ahora verdosos.

— Hola Stephan— me sonríe con tristeza y mira a Seung— hola Seungie— el mencionado da un paso atrás y parpadea constantemente. Aturdido por la situación.

— ¿Qué hiciste con Lucia? — me acerco y mi mano viaja sola a su cuello, apricionandolo con fuerza y furia.

Aunque esta no tenga mucho que ver con Lucia en si.

— Ella está bien— susurra y me mira a los ojos— sólo he venido a decirte la verdad Stephan.

— ¿La....verdad? — pregunto con cruda y insensible incredulidad.

¿Venía a restregarme en la cara que nunca me amó? ¿Que siempre me tomo el pelo y me vió la cara de estúpido?

— Tienes cojones— le doy mucha más fuerza al agarre y acerco mi rostro al suyo— esta vez me encargaré de eliminarte yo mismo.

— Te mentí— soltó con dificultad pero aun así sonreía de esa manera tan... Suya, tan dulce.

¿¡Por qué sonreía!?

¿Se estaba burlando de mí acaso?

— ¡Lo sé! — la tiro a unos metros soltando profundos jadeos y la mente echa un lío.

¿Cuando me había descontrolado tanto?

Mi puño se cierra con fuerza cuando su caída es impedida por el asqueroso licántropo. Esto sólo aumenta mis motivos para matarlo una vez más.

Inútil.

— Voy a matarte maldita perra — murmuro mientras me acerco.

— No te dejaré — Seung se interpone entre Naara y yo con determinación. — lo que le hagas ahora a Naara se lo estarás haciendo a Lucia. No te dejaré.

¿Él, dandome ordenes a mí?

Por favor.

— Sal de mi camino.

— No— bufo con rabia. No tengo tiempo que perder con sus idioteces.

— Seung— el asiático centra su atención en la chica a sus espaldas y baja la guardia por un segundo. Eso me basta para acercarme y romper su cuello, dejandolo parcialmente muerto; inconsciente.

— Sigues siendo igual de estúpido hermanito— escupo mirándolo con rabia. — en cuanto a ti, maldita perra— dejo caer mi mirada fulminante sobre Naara quien mira horrorizada a Seung— te haré pagar por lo que me hiciste. — mi mano se cierra sobre su cuello y aprieta con fuerza. El deseo de matarla me puede. La sed de venganza me guía. — te haré sufrir lo mismo que yo— susurro mientras veo su rostro tornarse rojo y sus ojos soltar lágrimas.

— T-todo lo-lo que.. Di-dije— pone sus manos sobre la mía y trata de alivianar la presión que emerjo en su cuello— es-se d-í...d-ía— sin notarlo la suelto un poco. — fu-fue mentira— frunzo mi ceño y la suelto por completo. La confusión, la impotencia, el vacío, todo me obliga a alejarme un poco.

Todo a mi alrededor se torna silencioso mientras mi cabeza da vueltas y mi pecho se oprime.

Imposible.

— Mentirosa— todo lo que pase estos años no fue por nada. Lo que soy ahora no fue por nada. — Eres una mentirosa, siempre lo fuiste. No debo creerte, no debo. — me alejo de su mirada cálida causante del revuelo en mi interior — Tú me odias, ¡lo dijiste! ¡Me engañaste con mi padre! — cierro mis ojos con fuerza mientras jadeo. — tú jugaste conmigo — repito más para mí que para ella.

Esclava de su palabra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora