XX

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Narra Lucia:

— ¡Alejate de ella! — gritó Joel, acercandose a paso peligroso hacía nosotros. — ¿Como puedes hacer esto después de lo que le hizo Stephan? ¡Maldito aprovechado! — alejó a Seung de mí y lo tiro al suelo en el acto. — No te atrevas a tocarla una vez más — siseo— sabía que tus intenciones no eran solo ayudar a una "amiga", ¡Querías hacerle daño desde el principio! — salto sobre él y alzo su brazo, dispuesto a golpearle— ¡Pero no te dejaré, ni a ti, ni a nadie! Yo la mantendré sana y salva, a mi lado, por siempre. — sus palabras me chocaron. A mí y a Seung. De pronto ya no era Seung quién estaba en el suelo, sino Joel.

— ¿Qué insinúas? ¿Eh?— Seung mantenía su mano apretando el cuello del vampiro, sorprendiendome, pues era bien sabido que el ser sobrenatural tenía mucha más fuerza que aquel humano.

— Lo que deduces— respondió con filosa rabia el joven. Estaba algo perdida. No entendía la situación. Sólo sabía que Joel había malinterpretado la situación. Seung no me estaba haciendo ningún daño, sólo cosquillas.

— Maldito infeliz— gruño con el rostro colorado el coreano. Me asusté y corrí hasta él cuando lo ví golpear al pelinegro.

— Detente Seung, ya déjalo— tomé sus hombros y jale de él hacía atrás. Sin embargo, fuí alejada de él sin notarlo. Joel se las había arreglado para tomarme y alejarme de mi pareja. Y todo eso, en menos de cinco segundos.

— Sueltala— la mirada feroz de Seung era digna de terror. Joel me abrazaba de manera protectora mientras le daba la espalda al plinaranja.

— No, no dejaré que la toques y la dañes—  giro su rostro hacía mi y tocó mi mejilla. — ¿Estas bien? ¿Te hizo algo? — abrí y cerré mi boca en un fallido intento de decir algo. No podía, la cercanía que existía entre aquel chico y yo era demasiada, tanta, que temía que nuestros rostros se rozaran.

— ¡Maldición, que te alejes de mi novia, imbecil! — Joel desapareció de mi vista de golpe, el oriental lo había jalado y alejado de mí. Me equilibre y evité la caída ante el brusco movimiento. Seung estaba frente a mí, dándome la espalda y obstaculizando mi visión.

— ¿Que? — escuché el susurro incrédulo de Joel— ¿Tu...novia?

— Exactamente, mi novia — se puso a mí lado y paso un brazo por mi hombro, atrayendome hacia él.

— Lucia, ¿Es eso cierto? — me miraba desencajado, dolido. No sabía que decir. Era cierto, totalmente. Pero su expresión me rogaba que lo negara. Aparte mi mirada acobardada. Sentía que si decía "sí" lo lastimaría y no quería eso.

— Por supuesto que lo és, es mía compañero. No tienes oportunidad. — mire a Seung algo molesta. Le hablaba con filosas espinas. Y no me gustaba. No había mentido, pero no debía decirlo de esa forma. Yo era su novia y lo quería solo a él, pero que lo andara divulgando de esa manera no me hacía la más mínima gracia.

— Lucia— lo miré apenada. Mi corazón se rompio en dos al ver su mirada suplicante. Estaba a punto de llorar. — Ya veo. Así que no eran sólo amigos despues de todo. — murmuró. Apreté mis labios y mis ojos empezaron a escocer. — entonces me voy, no pinto nada aquí. Felicitaciones por su... Relación. Ojalá les dure y les vaya bien. — me sonrió triste y se dió la vuelta, saliendo a velocidades máximas de la habitación.

Me quedé parada mirando la puerta abierta. Las lágrimas estaban acomuladas en mis ojos y había un nudo horrible en mi garganta.

Joel.. 

— Vamos a recostarnos un rato.—  Seung me jaló un poco hacia la cama pero me negué. Me quedé estática en el lugar.

— No— murmuré, me miro sorprendido y al ver mis ojos aguados trato de acercarse. Retorcedí y solté su mano.— no tenías derecho a hablarle de ese modo. Lo lastimaste. — le reproche.

— ¿Esto es por él? — se molestó y se alejo incrédulo. — ¿Es en serio?

— Es un niño Seung, aunque no lo parezca— aprete mis labios una vez más— y es mi amigo también.

— Lucia— negué y salí corriendo de la habitación en busca de Joel. Quería disculparme por mí y por Seung.

Iba con el corazón en la mano y totalmente alerta. No había salido de la habitación en días, no quería incidentes.

Cuando estuve frente a su habitación me detuve a pensar.

¿Joel tenía sentimientos hacía mí? ¿Le gustaba?

Entonces toda la valentía se esfumó. Mi brazo quedo extendido hacia el picaporte . No tenía tanto valor para encararlo. ¿Que le diría? Yo fuí quien lo lastimé. No me perdonaría eso.

La puerta se abrió y unas piernas cubiertas por unos chandales aparecieron en mi campo de vision.

— Lucia— miré el suelo de la habitación. Pasmada. — pasa— dio un paso a la derecha y me dejó la puerta abierta. Entré con algo de indecisión y sin apartar mi vista del suelo.

— Yo venía a... Disculparme— trago saliva y me atrevo a mirarle a los ojos. Está serio y no aparta su mirada de mí. — Seung, él se comportó pésimo contigo, lo siento. No sé que le pasó, él no es así.

— ¿Como lo sabes? — me sorprendo y entrelazo mis manos nerviosas.

— Lo conozco, nunca se ha comportado así-

— nunca se ha comportado así contigo, Lucia. —interrumpe mis palabras y las completa a su manera, se acerca a mí y mira mi rostro detalladamente. — ¿En verdad, son novios? — asiento levemente—entonces, no podré tenerte como quisiera...— murmura y me paralizo. No sabía como reaccionar ante eso.— me gustas Lucia— aparto mi mirada muerdo el interior de mis labios.

— Lo siento, enserio lo siento— mi voz sale en un pequeño hilo.

— Al menos— toma mi menton y me obliga –con cuidado– a encararle. Trago saliva al instante— déjame probar tus labios, sólo una vez— su rostro esta peligrosamente cerca del mío. Y cuando intento apartarme, ya es demasiado tarde.

Sus labios han colisionado contra los míos de forma delicada. El toque es suave y frío pero extrañamente cálido a la vez. No mueve sus labios, yo tampoco. Sólo hace una leve presión sin dejar de mirarme. Sólo acaricia mi mejilas y respira con tranquilidad. En cambio yo no puedo respirar adecuadamente. Se me dificulta el hacerlo.

Luego de unos segundos se aparta con una leve sonrisa y suelta mis mejillas.

— Este será nuestro secreto— mis mejillas se vuelven totalmente rojas y agacho mi cabeza. ¿Que había echo?— gracias Lucia— entonces siento sus brazos alrededor de mi cuerpo. Envolviendome en un abrazo lleno de cariño.

^Editado^

Esclava de su palabra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora