—Tengo buenas y malas noticias — dice la joven muchacha.— La buena es que están fuera de peligro. Josué y Caroline despertaron — me alarmo al ver que no menciona a mi mejor amiga.— Zoey... entró en coma — mi corazón se acaba de partir en mil pedazos. No, esto no puede estar pasando.
—¿Cómo..? — las lágrimas vuelven a salir bruscamente — ¿Po... podemos ir a verla?
—Si, claro — me mira con compasión.— Zoey está en la habitación 608, en cuidados intensivos, Josué en la 510 y Caroline en la 511, en cuidados intermedios. El ascensor está a la derecha.
—Gracias...— miro su botón para mirar su nombre. — María.
—Con gusto... Otra cosa, no los molesten, por favor, no los llenen de preguntas, se acaban de despertar — asentimos con la cabeza.
Nos dirigimos al ascensor, presionamos el botón con el numero "5". La puerta se cierra, empezando a subir el lujoso y tenebroso ascensor. Me miro en el espejo. Estoy un desastre. Mi camisa está llena de sangre al igual que mi cara y manos. Mi rímel está corrido por tanto llorar. El ascensor se abre y buscamos la habitación de Caroline. Toca antes de entrar. Entramos, viéndola en esa camilla.
—Caroline...— susurro su nombre y salgo corriendo donde está ella. — ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? — abre un poco los ojos.
—Ho...la, cariño — su voz sale entrecortada.— Estoy bien, me está empezando a doler el cuerpo... demasiado, y me siento como un culo— suelta una pequeña carcajada, pero luego tose. — ¿Y Zoey?
—No la he ido a visitar... la verdad... tengo mucho miedo — ella me abraza con las fuerzas que tiene.
—Pero, ¿cómo está ella? — no quiero decirle, pero es su mamá, tiene que saberlo.
—Está...— hago una pequeña pausa. No soy capaz de decirle semejante noticia. Miro a Oliver y él asiente como si supiera lo que siento o lo que quiero hacer. — Está e...n en coma — mis lágrimas vuelven otra vez, pero un poco más tranquilas, tratando de mostrarme fuete frente a ella. Miro a Caro, sus ojos están cristalizados. — Y tengo miedo de ir a verla. Es la más afectada y... — el pánico me tiene en sus brazos, tanto que estoy híper ventilando. Ella interrumpe mis sollozos.
—Cálmate, pequeña — me agarra una mano. — Ella va a estar bien, es muy fuerte...— en sus labios se posa una sonrisa nostálgica, sin mostrar los dientes.—¿Bueno?
—Si...señora — digo entre el llanto y el miedo de perderla.
—¿Quién es él? — pregunta mirando por encima de mi hombro al misterioso Oliver.
—Él es... — me quedo viéndolo.
—Soy Oliver — me interrumpe y se acerca.— Es un gusto conocerla, señora Parker — le extiende la mano para saludarla. Ella la mira por unos segundos, hasta que le responde estrechando sus manos.
—Igualmente — habla dudosa, ella examina sus rasgos de la cara. Todo.
—Alice — él dice mi nombre y yo lo miro. — Quiero ver a Zoey. ¿Vamos? — asiento con la cabeza, suavemente.
—Adiós, Caro. Yo te traigo noticias de ella, ¿si? — me acerco y le doy un delicado, pero fuerte abrazo.
—Si — me responde y decido alejarme mirándola. Hasta que se sale de mi vista.
Camino para la habitación donde está Zoey y Oliver está al frente mío, interrumpido mi caminar. No le digo nada, sólo pasó por su derecha, esquivándolo, limpiando cada lagrima que sale de mis ojos, subimos al sexto piso por el ascensor y este pasillo es muchísimo más tenebroso, hay máquinas sonando, al igual que respiradores, es un poco más tenue en la luz y miro los números de las habitaciones. Hasta llegar al 608. Miro el pomo de la puerta, lo pienso, no sé ni porqué lo hago. Me demoro unos segundos más, hasta que abro.
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¿Qué pasaría si...?
Hombres LoboDos amigas alocadas, con un sueño en sus mentes, graduarse, terminar la preparatoria. Son las hijas de los empresarios más ricos de los estados unidos. Alice y Zoey. Inseparables. Pero sus vidas les dará un giro inesperado al conocer secretos, y do...