Cap.68. Nos odiará.

11 1 0
                                    

—¡Pásame los pañales! — grito, irritada, cargando a Violet.

—¡¿Otro?! — pregunta Kian saliendo de la habitación.

—¡Mamiiiii! — exclama Abbie.— ¡Dile a Thomas que deje de llorar, por favor!

—Mi vida él no entiende lo que dices... está muy bebé — le habla Kian.

—Pero es fastidioso — aprieta los dientes.— Y no me dejan dormir.

—¿Quieres quedarte en la casa de la tía Alice? — le pregunto, agachándome, para quedar a su altura.

—No — me abraza.— Quiero quedarme en la casa de la tía Sam y la tía Victoria.

—¿Por qué te gusta quedarte allá? — se separa de mí.

—Porque allá está Charlotte, porque ellas nos sacan a pasear, nos dan helado y comida — se encoge de hombros.

—Okay, déjame solucionar y te llevo a la casa de las tías, ¿te parece? — pregunto, ya que se siente cómoda con las tías Victoria y Sam.

—¡Siii! — expresa, dando saltos.

—Amor, si quieres la llevo yo — ofrece Kian.

—No hay problema, cariño — me levanto.— Tengo mucho que no manejo.

Mucho: son tres meses para mí. Desde el último accidente no me he arriesgado a conducir.

Al fin y al cabo, no fue mi culpa. En los primeros días me culpaba por todo lo qué pasó, luego ellos me explicaron que Rouse le dijo a una bruja, que me hiciera un hechizo para desesperarme y sacarme de la casa. Luego, en el camino activaron la marca que tiene Abbie en el brazo, para que me desconcertara. Y la chica que esquivé, era la bruja que me estaba enloqueciendo.

Violet y Thomas son unos niños sanos, ya están más fuertes que cuando nacieron. Me daba miedo dormir, pensando que en cualquier momento alguien iba a entrar e iba a sacarlos de la casa. Pero ya me fui calmado, dejando la paranoia a un lado. Con ayuda de Arlet hicimos una barrera mágica de protección al rededor de la casa.

Estoy buscando una escuela que reciba a Abbie, pero en todas me dicen que no la recibirán por tener un "tatuaje". Su marca de nacimiento, lamentablemente, parece un tatuaje. Así que ni modo. Pero ya estamos buscando una en la que nos crean que es una marca con la que nació. Va a ser complicado.

—Le ayudaré a alistar su ropa — avisa mi prometido.

Me da un cálido beso en los labios, antes de salir.

Miro los pañales que están en una mesa de luz. Suelto el aire que tengo acumulado en los pulmones, agarrándolos y dirigiéndome al lugar donde se cambian los pañales.

En los primeros días, me daba un poco de asco cambiarlos, pero ya al pasar de los días, se fue haciendo más fácil. Un día los cambio yo y otro día Kian. Eso es trabajo en equipo.

Sonrío al terminar mi trabajo, con las manos en mi cintura. Thomas sonríe también, con una mano en la boca, dejando ver que no tiene dientes. Mientras Violet, me mira con atención.

Ella sufre de Heterocromía. La verdad, es que jamás había visto a alguien con esa "enfermedad" que para mí, personalmente, me parece una peculiaridad maravillosa y distinta. Sam me explicó que al revivirla, adquirió poderes de cada uno, por ende sus ojos tuvieron una condición genética, en este caso, la heterocromía.

Los visto con sus respectivas pijamas, dejándolos en sus cunas. Thomas se queda dormido al instante, mientras, Violet no deja de mirarme, como si tuviera que detallarme de alguna manera. Pero eso me parece muy estúpido, a penas tiene tres meses. Le dedico una sonrisa alzándola en mis brazos, para que me pueda mirar mejor. Tiene un peluche que le regaló Oliver, en sus manitas.

¿Qué pasaría si...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora