Cap.42. Dolor.

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POV.Kian. (Meses después)

No he sabido nada de ella. Esto es tan desesperante, Sam no encuentra formas de hacerme feliz. Pero... ¿cómo ser feliz si ella no está a mi lado?

Cada noche miro el maldito tatuaje, teniendo esperanzas de que volverá. La luna me dice que la busque, pero mi lobo interno dice que espere.

Ella volverá.

No sé si está bien, no sé si está mal. Y el maldito rubio tiene que cumplir la promesa que hizo.

Quiero que esto sea una pesadilla.

Despertar abrazado de su cintura, para así ver su lindo rostro, sus ojos azules y su cabello castaño.

Las facciones de su rostro aparecen por doquier. No sé si es su ausencia o que me estoy volviendo loco. Pero es inevitable no recordarla.

—Kian — la voz de Olivia me saca del mundo Zoey.

—¿Qué? — la miro a los ojos.

—Oye, yo sé que la extrañas, pero tienes que superarla — imposible. ¿Que diablos le pasa? — Ella volverá, pero eso será en mucho tiempo. Así que vamos a beber algunas cervezas.

—Primero; no la puedo superar, ni la superaré. Segundo; sé que ella volverá, esperaré el tiempo que sea necesario — me incorporo en el sofá. — Tercero; ya he tomado mucho estos últimos meses, desde que Zoey se fue.

—Ok, pero tienes que salir de esta casa. No vas a durar toda la vida aquí metido esperándola. Y cuando digo "beber unas cervezas" es ir a una maldita discoteca. Así que levanta ese lindo trasero, y vamos a la disco más lejano de tu mansión — se levanta extendiendo su mano.

—¿Sabes que eres irritante cuando te lo propones? — arqueo una ceja.

—Si — sonríe. Yo ruedo los ojos. — Vamos.

Le extiendo mi mano para ir a la maldita discoteca que quiere.


(...)



—¡Malditasea, Kian! ¡No sabía que movías tan bien esas caderas! — y si, Olivia está borracha.

Estamos bailando muy pegados. Esto me fastidia un poco.

Un lobo tampoco se puede acostar con alguien desde marcar territorio en su Kofu...o tener a una mujer tan cerca como tengo a Olivia.

La canción se cambia para una bachata. Aprieto los labios tratando de no maldecir. Agarro de una mano y de la cintura a Olivia, haciendo que gire en su puesto.

Visualizo a un chico que camina solo, buscando pareja. Y se la paso a él para que bailen.

Suspiro aliviado cuando ya me la quito de encima.

Camino por la multitud, pidiendo permiso a gritos cuando no puedo pasar. Hasta encontrarme con la barra. Pido un vodka en las rocas. Y el barman me da el quita-penas.

—Hola, guapo — se escucha la voz de una mujer en mi oído.

Giro mi silla, cuarenta grados. Para quedar enfrente de la linda mujer.

—Hola — saludo, dándole un sorbo a mi vaso.

—¿Cómo te llamas? — mi corazón se acelera cuando coloca una mano en mi pierna, casi donde está mi amigo.

—Kian — carraspeo incómodo.

—A mi me dicen Nas — se acerca a mis labios con cautela.

Me quedo callado. Mirando sus ojos negros, mientras ella se acerca más y más a mí.

¿Qué pasaría si...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora