Capítulo 17.

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     Era como un lindo sueño del cual en verdad no quería despertar.
     No tengo idea del motivo y la razón por la cual aquella extraña sensación poseía todo mi cuerpo con su sola presencia. Mi piel se erizaba al escuchar su voz tan varonil y sensual. Aquellos ojos oscuros me veían de una forma que, para que negarlo me daban muchas cosquillas. Si, lo sé... Estoy medio moribunda y es tonto que tenga esa clase de deseos hacia alguien que a penas y conozco... Pero es inevitable. Y aún más cuando su rostro está a tan solo unos cinco centímetros del mío.
     —Cierra los ojos, bonita.
     Su voz... ¡oh dios! Su maldita y sensual voz hace que le obedezca como un perrito e instantáneamente lo hago sin rechistar.
     Siento su aliento bajo la mascarilla chocar contra mi rostro. Su aliento es cálido...
     —No los abras. Por nada del mundo los abras —insiste, pero esta vez con voz entrecortada.
     Sin saber muy bien porqué, asiento muy nerviosa.
     Entonces siento su cuerpo moverse y como coloca una mano de lado izquierdo de mi cuerpo y con la otra acaricia mi rostro, que ahora es sólo hueso...
     —No tienes idea de lo preciosa que eres, bonita —susurra besando mi frente.
     Me estremezco.
     —Parezco una momia anoréxica —digo casi sin aliento.
     Escucho una pequeña risita escapar de sus labios.
     —No digas eso. Eres la chica más linda que mis ojos han visto en toda mi vida y no tienes idea de cuanto deseo besarte, ________________.
     —Entonces hazlo —jadeo casi sin aliento.
     —¿Estás segura? —insiste.
     Asiento sin abrir mis ojos.
     Entonces, sólo entonces mis sentidos despiertan y sólo le imagino bajando su mascarilla lentamente. Lo siento acercarse a mi rostro y cómo respira con dificultad. Consciente de lo poco agraciada que soy ahora mismo, entre abro mis labios para invitarle a que los tome. Escucho que resopla y en un segundo, sus labios ya toman los míos... Sus labios son gruesos y húmedos. Me gustan mucho. Me gusta como su lengua repasa levemente mi labio inferior y cómo lo mordisquea con suavidad. Me gusta él. Me gusta el enfermero Miller. Me gusta mucho... Es como... Como si lo conociera de antes... ¿Que me está pasando con él?
...
     Una semana después, la buena evolución que ________________ tiene hace que el doctor por fin y le de el alta. Pero en lugar de estar feliz está bastante triste. Desde que ella y el enfermero Miller se besaron la otra noche, habían tenido más encuentros así en donde él le hacía sentir única, especial y protegida. Siempre le decía lo hermosa que era y siempre le llevaba comida chatarra a sabiendas de que eso podría provocarle serios problemas con sus superiores.
     —Princesa, ¿que pasa mi vida? ¿porqué no estás feliz? Creí que deseabas salir pronto del hospital —dice el padre de _______________ mientras peina con suavidad y delicadeza el cabello de ella.
     —Estoy feliz papi —murmura con voz apagada —es sólo que me duele mucho la cabeza...
     —¿Te duele la cabeza? —jadea el señor Noyer angustiado.
     ________________ asiente. No es mentira que le duele la cabeza.
     En ese instante el enfermero Miller entra a la habitación con su libreta en mano y al ver el rostro preocupado del señor Noyer, pregunta:
     —¿Que sucede?
     —A mi hija le duele la cabeza y siento que eso no es bueno para ella.
     El rostro del enfermero Miller se descompone y voltea a ver a _____________ un tanto molesto.
     —¿Desde cuando te duele?
     —Desde ayer...
     —¿Y porqué no me habías dicho nada?
     —Por que no quiero más inyecciones y ya no quiero estar aquí —solloza.
     El enfermero Miller siente como algo se rompe en su interior.
     —Señor Noyer, ¿Podría por favor ir por mi padre? Él necesita revisar a su hija.
     El señor Noyer asiente y se va lo más rápido que puede. Entonces, el enfermero Miller saca una aguja de su bata. _______________ abre los ojos como platos.
     —No te preocupes que no te va a doler y sólo es para calmar tu dolor —susurra —luego seguro que te puedes ir a tu casa tranquilamente.
     Sin dejarla hablar, hace que ella se recueste boca abajo sobre la camilla y levantando el camisón, le pone la inyección en el glúteo izquierdo. Está molesto y dolido, pero no por eso iba a maltrararla. El dolor fue a penas perceptible para ______________.
     Cuando se da la vuelta y ve que el enfermero Miller se va a ir, murmura:
     —¿Adónde vas?
     —A revisar a otros pacientes por que no eres la única a quien atiendo —gruñe sin voltearla a ver.
     —Quiero que te quedes conmigo... Por favor...
     —Bastante aburrida te sientes de estar aquí —susurra arrojando la libreta al piso.
     ______________ camina donde él y lo abraza por detrás, entendiendo el porqué de su molestia.
     —Lo único bueno de estar aquí —murmura pegando su rostro en la espalda de él —eres tú... Pero en verdad este lugar me enferma mucho...
     El enfermero Miller se queda parado por un momento sin mover su cuerpo y sin saber muy bien que hacer ante aquél abrazo.
     Su corazón late desbocado como si fuera la primera vez que ella lo abrazaba de esa manera tan tierna y amorosa.
     —Cierra los ojos —pide acariciándole las manos.
     _______________ obedece y los cierra. Entonces, el enfermero Miller se gira y la besa rápidamente con desesperación. Sabe que no la volverá a ver por mucho tiempo.
     ________________ se para de puntitas y lo abraza. A penas y le llega un poco más arriba de los codos a él. Era muy alto... O ella muy bajita.
     —Te voy a extrañar mucho, mucho, mucho mi bonita... Pero te prometo que nos volveremos a ver más pronto de lo que esperas y te juro que la próxima vez no llevaré ni gorro, ni mascarilla ni este ridículo uniforme de enfermero.
...
     —Y recuerda ______________ que debes comer mucho. No te Saltes ninguna comida, merienda. Sin dietas. Come mucha fruta, vegetales y carbohidratos. Y no olvides que no debes exagerar tus horas de sueño. Siempre ocho. Tu lesión no ha sanado del todo y es probable que recaigas en el coma de nuevo si no te cuidas.
     —Pero tengo mucho sueño... Anoche no...
     —No. No la deje dormirse en el camino, señor Noyer. Es una orden médica —insiste el doctor un poco divertido por el puchero de _____________.
     Su padre asiente sonriendo también.
     Después de escuchar por trigésima vez las órdenes del doctor, el señor Noyer alza en sus brazos a su todavía muy delgada y aún pálida hija a la que peinó como una niña pequeña hace unos minutos (Dos colitas altas en el cabello). Sebastián se encargó de poner toda su ropa en una pequeña maleta y mientras caminan, le explica que todos sus amigos la esperan en casa. Ella asiente y envolviendo brazos y piernas alrededor de su padre, observa con tristeza cómo el enfermero Miller se despide de ella con una triste mirada. Claro que lo va a extrañar, y mucho. El tiempo que estuvo en ese hospital le sirvió para conocerlo y darse cuenta que el amor puede llegar una vez más a su vida.
     En todo el camino, la cara de _______________ es de amargura total. Intenta dormir pero su padre y Sebastián se lo impiden removiendola o mojando su cara.
     Cuando llegan al departamento, su sorpresa es mayor. Todo está muy bien arreglado con globos y con unos lindos carteles que ponen "Bienvenida a casa, pequeña bella" . Aquel cartel de color azul con letras doradas y con unos lindos dibujos de osos la hacen sonreír con ternura. Seguro que lo hizo Ignazio. Pero por extraño que parezca, no hay nadie alrededor.
     —Esto es muy extraño —murmura Sebastián besando la frente de su hermana —se supone que deberían estar aquí.
     —Bueno, mejor ve y búscalos en lo que yo duermo un ratito.
     —Ni creas que vas a dormir —cuchichea el señor Noyer asomándose desde la cocina.
     Sebastián ríe a carcajadas y _____________ lo golpea.
     En ese instante, el teléfono de Sebas suena. Es una llamada de Ignazio en donde le explica que ellos salieron rumbo al hospital para recoger a su adorada pequeña y que Piero no les avisó el cambio de planes. Tenían que esperarla en casa. Para mala suerte de todos, la camioneta en la que viajaban se descompuso a mitad del camino. Sebastián bufa y blasfema cabreado por que tiene que ir por ellos y por que la sorpresa se arruinó por completo.
     Despidiéndose momentáneamente de su hermana, Sebastián se va corriendo del departamento. ________________ sonríe burlonamente y camina con dificultad hasta el sofá para encender la televisión. A pesar de que ha mejorado muchísimo, no se encuentra del todo recuperada de su lesión en la cabeza. Aún le duele y muchas veces se marea. Desde que supo que le darían el alta al día siguiente, no había podido pegar el ojo en toda la noche. Marcharse del hospital significaba que quizá no volvería a ver al enfermero Miller. Eso la tenía mal. Muy mal, pues gracias a él había conseguido olvidar por momentos las mentiras de Gianluca. Gianluca... Pensar en él le traen tantos recuerdos melancólicos. Recuerdos en donde la pasaban de maravilla. Lo ama con todo su corazón pero definitivamente, no iba a perdonarle que se haya metido con Mónica. Ella le advirtió muchas veces que esa mala bruja tan sólo buscaba manipularlo y separarlos. Por lo visto logró su objetivo, cosa que Gianluca nunca va a aceptar. Para él, tan sólo es un pleito de novios que con el tiempo superaran.
     —Princesa —murmura la voz del señor Noyer —te traje algo de almorzar en lo que vuelven tus amigos.
     _________________ sonríe ampliamente y le indica a su padre que se siente a su lado, en donde aprovecha para abrazarlo y acomodarse sobre sus piernas. Padre e hija devoran un buen sándwich de pollo con soda mientras ven el capitán América. Varios minutos después de que han terminado de comer, los brazos del señor Noyer se aflojan. _______________ voltea a verlo extrañada y siente ganas de golpearlo cuando se da cuenta que se ha quedado dormido.
     —¡Claro! Tú si puedes dormir como un oso, pero yo no —gruñe cabreada.
     Va a despertarlo pero entonces, sus ojos se centran en las grandes ojeras que su papá tiene. El corazón se le encoje. De verdad debe estar muy cansado con tanto trabajo y encima tener que cuidar de ella.
     Sonriendo con ternura, se recuesta mejor en su pecho y lo abraza con fuerza. Tanto tiempo sin su padre. Tantos años de rencor y odio se esfumaron en cuánto lo vió. Lo había extrañado tanto que decidió perdonar sus errores en un santiamén.
     De pronto, a ________________ le comienza a doler demasiado la cabeza. Un dolor insoportable que la hace jadear y marearse. Intenta despertar a su padre alzando una mano pero no puede. Su cuerpo no reacciona. Sus ojos se llenan de lágrimas antes de que estos mismos se cierren.
     Veinte minutos después, la puerta del departamento se abre dejando ver a unos sonrientes Piero, Ignazio, Gianluca, los pingüinos, Michael y Gaby acompañados por un alegre Sebastián. Con la mirada, busca rápidamente a su hermana y se queda paralizado cuando la ve en brazos de su padre, dormida. A Ignazio le brillan los ojos por la ternura de aquella imagen. Como adora verla dormir.
     —¡Mierda! —jadea Sebastián —¡Tengo que despertarla!
     —Déjala —gruñe Ignazio viendo con recelo a Sebas —sólo está durmiendo, debe estar muy cansada.
     —¡No! ¡Tú no entiendes! Ella... Ella no debe dormir hasta la noche. ¡El doctor lo dijo! Dijo que podría volver al coma si exagera sus horas de sueño.
      Ignazio se queda paralizado al igual que los demás. Entonces, Sebastián corre hasta el sofá. Despierta a su padre angustiado y cuando éste ve que su hija se quedó dormida en sus brazos, maldice. Sebastián la sujeta por los hombros y la remueve, gritándole que despierte... Pero ella no reacciona. Coloca una palma sobre la mejilla de ella para darle golpecitos y lo que siente lo deja mudo. ________________ está fría. Muy fría.
     —Mi... Minion —susurra Sebastián acercándose a su rostro. No está respirando —Minion... Será mejor que dejes de jugar y que despiertes. Te lo advierto —solloza sujetándola cuidadosamente y llevándola hasta su regazo, en donde la abraza con fuerza —sabes muy bien que odio las bromas pesadas. ¡Despierta, maldita sea! —insiste y la besa una y otra vez en las mejillas.
     Pero es inútil, ella no reacciona.
     —Papá... —murmura llorando — no... No está respirando y está muy fría.
     El señor Noyer jadea y la arrebata de sus brazos.
     —Mi vida, mi vida... Tú no me puedes hacer esto —solloza acariciándole el rostro.
     Lágrimas bajan a montones por su cara.
     —¡Princesa! ¡________________! ¡No me dejes! ¡No te vayas mi niña! —jadea y comienza a llorar como un niño.
     Gianluca cae de rodillas en el piso y se lleva las manos a la boca.
     ¿Se terminó? ¿Así de fácil? ¿Su único amor lo ha abandonado para siempre?
     Ignazio abraza a Gaby y llora. Los pingüinos, Mike y Piero también se desmoronan en el piso sin poder creer lo que está pasando.
     El señor Noyer, sin dejar de llorar abraza con toda su fuerza a _________________, sin darse cuenta que la está apretando demasiado de la cabeza. Es entonces que los ojos de ella se abren lentamente al sentir un dolor punzante e insoportable en su cabeza. Lo primero que ve es a un hombre muy guapo de ojos claros abrazarla mientras solloza. Con cuidado, levanta una mano y la coloca en la mejilla de él.
     —No llores... No llores papi —murmura sonriendo.
     El señor Noyer la ve rápidamente al mismo tiempo que los demás.
     —¡Oh mi niña! —jadea abrazándola más y besando mil veces su cara.
     No cabe duda cuan enamorada está la vida de __________________ Noyer. Tal parece que no la quiere compartir con la muerte.

Quiuvule raza! 😏✌ pues aquí con un nuevo capi que quizá no esté muy bueno :'/ pero me esforcé mucho por escribirlo :v
Me seguiré esforzando por escribir más y más :3 lo bueno está por llegar a penas y no me pienso dar por vencida. Sigan votando mucho y desde ya les digo que alisten los pañuelos para lo que se viene más adelante.
¡Sayonara! ✌✌

~Una Vida Juntos "Por Siempre"~ (Gianluca Ginoble) TEMPORADA IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora