Capítulo 7

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     Cinco horas habían pasado desde que _________________ está en cirugía. Ningún doctor ha salido para informarles nada. Gianluca no ha dejado de llorar ni un momento al lado de Sebastián. Los dos se encuentran sentados en el piso del hospital sin decir palabra alguna. Sebastián tuvo una crisis asmática después de que el doctor le dijo que él no podía donar su sangre. A lo largo de su vida, jamás había sufrido crisis alguna. A pesar de tener asma como su hermana, él siempre fue más fuerte y saludable que ella. Él nunca se enfermaba, siempre estaba sonriendo, haciendo bromas y ahora... Ahora Sebastián no es él.
     Piero, que se había mantenido lo más lejos posible de Gianluca y Sebas, al verlos en ese estado, se acerca ellas y murmura:
     —Chicos... ________________ va estar bien. Ya lo verán.
     Sebastián encoge las piernas y se abraza a si mismo, sollozando.
     —Es que tú no entiendes, Piero —solloza Gianluca —Toda esta mierda es mi maldita culpa... Si ella se muere, yo...
     —¡Ella no se va a morir! —gruñe Piero golpeando una pierna de Gianluca —Ella es muy fuerte. Gian... Tienes que tener fe, todos tenemos que tenerla...
     Gianluca asiente sin dejar de llorar, va a decir algo, pero se ve interrumpido por una voz ronca, imponente y demasiado varonil.
     —¡Daniel!
     Sebastián, al escuchar aquella voz, aquel acento marcado, se levanta del piso y corre a abrazar a un hombre mucho más alto que él. Su piel es blanca, sus ojos verdes grisáceos y su cabello es del mismo color que el de __________________ y Sebastián.
     —Papá... —murmura Sebastián apretándose con fuerza a él.
     Gianluca se pone de pié con su cara descompuesta. Según palabras de la propia ________________, tanto su madre cómo su padre habían muerto hace años. Gaby e Ignazio se voltean a ver entre sí, sin entender nada. Sólo observan con la boca abierta como Sebas llora y abraza a su desconocido padre.
     Después de que Sebastián le cuenta todo lo sucedido a su padre y el lo consuela evitando llorar, una enfermera llega por él para llevarlo a que le saquen sangre. Afortunadamente, Sebas lo llamó en el momento preciso en que él iba a abordar su avión privado rumbo a Canadá por negocios. Él, al escuchar lo que había sucedido, no dudó en cancelar todo para venir y donar sangre a su niña. Él no tiene un sólo tatuaje en el cuerpo y cuando la enfermera le insinúa que tiene que hacerle muchos estudios, él la voltea a ver con la mirada más escalofriante del mundo. La enfermera se asusta y desiste. Le indica al señor Noyer por donde ir.
     Una sonrisa de alivio aparece en el rostro de Sebastián. Su padre ha venido a salvar a su hermana... Puede que cuando ella se entere se enoje terriblemente, pero no le importa. Lo único que le importa es que ella reciba toda la ayuda necesaria, que ella esté bien.
     —¿Él era tu padre? —pregunta Piero acercándose a Sebastián.
     Él suspira, se vuelve a sentar en el piso y asiente.
     —Creí que estaba muerto —murmura Gianluca confundido —mi bella me lo dijo una vez...
     —Ella es muy rencorosa y no dudo que te haya dicho eso. Cuando papá se fue de la casa, aún vivíamos en Inglaterra. Sólo teníamos cuatro años, pero ni ella, ni yo olvidamos jamás ese día en que nos abandonó... A pesar de que yo ya le perdoné, ________________ es más caprichosa que cualquier otra persona en el mundo. Su nivel de reproche, rencor y orgullo es impresionante... Ella misma juró darlo por muerto desde entonces, aunque no sea cierto.
     Gianluca asiente con su gesto descompuesto. Lo que le acaba de decir Sebastián no le augura nada bueno. Seguramente, cuando _________________ reaccione y los doctores les indiquen que pueden verla, lo primero que hará es mandarlo derechito a la mierda. No lo va a querer perdonar y con mucha razón, pero lo que de verdad importa es que ella esté bien. Nada más.
     Dos horas después, Sebastián, Gianluca y todos los demás se encuentran más tranquilos. Sebas bromea continuamente con lo que su hermana le va a decir en cuanto lo vea.
     —¡Permiso niños! —gruñe la ronca voz de alguien —El señor Noyer va a pasar.
     Gianluca ve enojado a unos hombres vestidos de negro. Lo acaban de empujar brutalmente al igual que a los demás.
     —¡Père! —dice Sebas poniéndose de pié —¿cómo te fue?
     —Muy bien —contesta el señor Noyer cabeceando. No tiene buena pinta —hace unos minutos le llevaron la sangre a mi princesita. Me siento un poco idiota y mareado. Supongo que es normal. Por cierto, ¿quienes son todos ellos?
     —Son nuestros amigos, papá —responde Sebas sonriendo —ella es Gaby. Ya te he hablado de ella. Él es Ignazio, él Piero y este es Gianluca, el novio de mi pitufito.
     —Ouu, mucho gusto niños. Gracias por... Espera.
     Los ojos del señor Noyer vuela directamente hacia Gianluca. Su mirada se oscurece y endurece. Sin apartar la mirada de él, sisea:
     —¿Dijiste novio, Sebastián?
     Gianluca se estremece. Quiere desaparecer de ese lugar. Se suegro le da miedo y su gélida mirada le aterra. Ahora ve de donde sacó el carácter ________________.
     Sebastián, más asustado que Gianluca, murmura:
     —Bueno... Yo... Yo no lo pude evitar papá. Mi pitufito...
     —¡Silencio Daniel! —gruñe girándose hacia Sebastián — En primer lugar, ¡No le digas así a la niña por que no es ningún pitufo! Segundo, ¿Cómo demonios se te ocurre permitir que tu hermanita tuviera un novio?! ¡UN NOVIO! Ella no tiene edad para tener ningún novio. Creí ser bastante claro cuando te pedí que la llevaras a Francia y no lo has hecho. Se supone que para eso viniste a América y se supone que ibas a cuidarla. ¿Sabes que me han dicho los doctores?, ¿Sabes lo que me han dicho? ¡¿lo sabes?! Me dijeron que mi niña ha sufrido un paro cardíaco y uno respiratorio. ¡¿Que has estado haciendo?!, ¿Porqué no la has cuidado?! ¡MI HIJA SE ESTÁ MURIENDO! MURIENDO, DANIEL.
     Sebastián niega repetidas veces lamiendo sus labios. Lágrimas salen a cascadas por sus ojos e inevitablemente comienza a llorar como un niño.
     —Yo... —murmura —yo lo siento mucho papá... Tienes razón, mucha razón. No he cuidado de mi hermana cómo se debe... Soy el peor hermano del mundo y se que es mi maldita culpa que ella esté aquí... Ella vio las facturas de la jodida motocicleta y contestó tu llamada y... Yo debí explicarle todo desde un principio y no lo hice, le mentí... Le mentí y juré nunca hacerlo...
     —Oh dios mío —susurra el padre de Sebas abrazándolo —lo siento mucho hijo... Nada de lo que está pasando es tu culpa... Es mía, sólo mía...
     Gianluca se estremece. El único culpable aquí es él. __________________ no debió ver ni escuchar nada.
     —Familia Noyer —interrumpe el mismo doctor que llegó hace unas horas.
     Todos corren donde él y cuando se va a acercar al padre de los mellizos, los guarda espalda se interponen y lo empujan.
     —Quietos —sisea el señor Noyer.
     Los guarda espalda retroceden y Sebas pregunta:
     —¿Cómo salió todo doctor? ¿Mi hermana está bien?, ¿puedo verla?, ¿en qué cuarto está?
     El doctor clava los ojos en Sebastián. Quitándose el gorro y la mascarilla, baja la cabeza y niega.
     —En verdad lo siento mucho. Hicimos todo lo posible para salvarla... De verdad que lo hicimos...
     Gianluca jadea. Se siente desmayar. La mirada triste del doctor sólo afirma una cosa. __________________ lo acaba de dejar para siempre y nunca va a volver.

~Una Vida Juntos "Por Siempre"~ (Gianluca Ginoble) TEMPORADA IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora