Capítulo 27.

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     Me mareo...
     Me tenso...
     Hiperventilo...
     Las manos me sudan y siento que el aire me falta. El doctor Robinsson se apresura a llenarme un vaso con agua y a darme aire con una revista. Yo me tomo el agua de dos tragos y casi que me atraganto. ¿Cómo demonios voy a estar embarazada?
     —Tranquila __________ -dice éste sin dejar de abanicarme - entiendo tu reacción. Es normal en una adolescente de tu edad. Son embarazos no deseados.
     Me llevo las manos a la boca, jadeo y empiezo a sollozar. Lágrimas gruesas corren por mis mejillas y pronto, sonrío como una verdadera estúpida. Mis manos bajan a mi vientre y la cara se me descompone.
     —Entiendo si piensas abortar -murmura el doctor angustiado -pero los bebés no tienen la culpa de nada...
     —Yo no pienso abortar —suelto sonriendo entre lágrimas— yo... Estoy tan conmocionada... Tan sorprendida y... Feliz... Muy feliz...
     El doctor sonríe con ternura y yo sigo lloriqueando. Pronto me imagino mi panza inflada y me estremezco. ¡Dios mío! ¡Voy a ser mamá! ¡Tendré un bebé! ¡UN BEBÉ!...
     Tras varios minutos en los que no dejo de sollozar, el doctor me anima como puede y me da las recetas de lo que tengo que empezar a tomar, sin mencionar las cosas que me prohíbe hacer y yo asiento sonriendo.
     Cuando termina de explicarme todo, me dirijo hacia la cafetería del hospital para comer algo. Hambre no tengo, pero tengo que cuidar a mi niño o niña. Ahí, mientras mordisqueo un sándwich de queso, pienso en Nick. Seguro y estará cerca. Tengo que darle la noticia... Y me pone nerviosa su posible reacción. No sé si querrá un hijo a estas alturas... Dios mío, ¿Y si me pide que me deshaga de la criatura?, ¿Y si me deja?... No... Él no haría eso... ¿O si?
     Cómo puedo, le envío un mensaje diciendo que estoy en la cafetería y que me urge hablar con él. Pasan al rededor de veinte minutos hasta que aparece vestido con su traje de doctor. Su gesto es de amargura pura, pero al verme, sonríe y se agacha a besar mi frente.
     —Perdón por la tardanza nena -murmura sentándose a mi lado y sujetando mis manos -estaba con mi padre, observando una cirugía y no pude escaparme.
     —Entiendo Nick -digo angustiada.
Él me ve con recelo.
     —Nena, ¿Estás bien? Te noto muy pálida.
     ¡No! No estoy bien. ¡Estoy embarazada joder!
     —Tenemos que hablar Nick.
Nick arruga su entrecejo. La vena de su frente se altera y gruñe.
     —¡No!
     —¿No? -jadeo
     —¡No! No voy a consentir que me dejes por...
     —¡Nick! -chillo -¡No es eso!
     —¿No?
     —¡No!
     —¿Y entonces? Estás asustándome...
     Me muerdo el labio inferior y no encuentro las palabras adecuadas. Mis ojos se vuelven a llenar de lágrimas y lloro. lloro cómo una Magdalena. Nick no entiende mis motivos y trata de consolarme. Noto su cara angustiada y creo que piensa que lo quiero dejar.
     —¡Estoy embarazada Nick! - chillo cuando ya no puedo más.
Levanto la mirada y noto que Nick se ha quedado con la boca abierta. No pestañea, no se mueve, no habla, no respira.
     —Dime algo por favor-murmuro tocando mi frente.
Nick niega repetidas veces.
     —¿Estás bromeando? -pregunta al fin.
     Niego.
     —No... Tengo cuatro semanas de gestación.
     Nick se tapa la boca y me mira. Su cara está roja como un tomate.
     —Entonces... -murmura con los ojos cristalinos -¿Me estás diciendo que voy a ser papá?
     Asiento lentamente.
     Nick jadea. Noto que las lágrimas le comienzan a bajar por montones. No sé si de alegría o tristeza.
     —Por dios...
     —Lo siento Nick... Entiendo si no quieres serlo a tu edad.
     Nick me ve enojado y, parándose de la silla, se arrodilla ante mí y suelta:
     —Nena... Acabas de hacerme el hombre más feliz de esta tierra...
     Nick rodea sus brazos alrededor de mi cintura y posa su rostro en mi estómago. Siento sus lágrimas mojarme y sus labios besar mi vientre.
Sollozo y lo abrazo con fuerza, con amor. Con todo lo que siento.
     —Voy a ser papá- dice levantando su cara.
     Asiento sonriendo.
     —¡VOY A SER PAPÁ! —grita esta vez y la gente lo voltea a ver.
     Él se separa de mi, se pone de pie y comienza a saltar como un conejo loco, de un lado a otro, gritando que va a ser padre. A mí se me encoge el corazón de ternura y la gente aplaude.
Nick hace que me ponga de pie y me levanta en volandas. Me gira de un lado a otro, me abraza y cuando creo que no puede más, me besa en los labios. Un beso diferente. Un beso profundo, pero tierno.
     —No tienes idea de lo feliz que me has hecho, ___________ -murmura y me vuelve a besar.
     Es la primera vez que me llama por mi nombre y juro que nunca se había escuchado tan hermoso.
Por más de una hora, me abraza, me besa y me apapacha, hasta que por fin me pide que nos vayamos a casa, que debo dormir y descansar, no sin antes ir con su papá y darle las buenas nuevas.
     Drako, mi suegro aplaude por todo lo alto y también me abraza. ¡Será abuelo!.
     Nick me lleva hasta el auto en sus brazos. Tiene miedo a que me lastime y yo pongo los ojos en blanco.
     —Mi amor -chilla apretando el volante -¡Ya quiero que nazca nuestro bebé! ¡Quiero conocerlo!
     —¡Yo también! -chillo de la misma manera.
     Coloca su mano libre sobre mi aún plano vientre y noto que hace esfuerzos para no llorar.
Oh chuchito... No creí que fuera a reaccionar de esta forma...
     Al llegar a casa, me carga hasta mi recámara y me recuesta en la cama, en donde aprovecha para quitarme la blusa y recostar su cabeza en mi estómago. Le acaricio el cabello con suavidad y él suspira.
     —Me voy a poner como una enorme vaca -murmuro haciendo un puchero -ya sabes, gorda e inflada.
Nick ríe.
     —Serás una vaca muy preciosa y sensual, y yo un toro feliz. Ya sabes, gordo e inflado.
     Ahora la que ríe a carcajadas soy yo y, deseosa de jugar, murmuro:
     —Mmmm... ¿Me puedes montar?
     —¡__________! -jadea Nick riendo -¡Cochina!
     Me muerdo el labio inferior completamente excitada. Entonces, sujeto a Nick de su precioso rostro y lo atraigo hasta mis labios para besarlo. Su cuerpo tiembla y viéndome a los ojos, murmura:
     —No tienes idea de cuánto te amo y de lo feliz que soy a tu lado, Daniella.
     Me río enternecida y lo golpeo.
     —¡No me digas así! -chillo.
Nick ríe.
     —Así te llamas mujer...
Me vuelve a besar, esta vez con más intensidad, hasta que de beso en beso, terminamos desnudos y haciendo el amor.
Dios... Y todavía me pregunto cómo quedé embarazada si lo único que hago es esto...
     Me quedo dormida aproximadamente tres horas. Nick y yo acordamos darles las buenas nuevas hoy a todos, por ello, le pedí que llamara a mi Nachito y a Pieruqui. Cuando me levanto de la cama, me voy corriendo al baño. El estómago se me revuelve por completo y vomito. Malditos vómitos... El doctor me ha explicado que los primeros tres meses son los más difíciles por los cochinos síntomas y yo maldigo. No quiero estar vomitando todos los días.
     Cuando por fin me repongo, me lavo los dientes y bajo a la sala, en donde ya están todos reunidos. Piero se para a abrazarme y yo sonrío al verlo tan guapo.
Nachito también corre a abrazarme y me levanta del piso.
     —Hola pequeña bella -murmura acariciando mis mejillas.
     —Hola osito -le saludo con ternura.
     Ignazio sonríe y me coloca nuevamente en el piso. Noto su incomodidad al ver que Gaby nos ve con recelo y yo me río en mis adentros.
     —¿Y qué es eso tan urgente que nos quieres contar, bellita? —pregunta Piero mordisqueando un caramelo de una forma graciosa.
     Nick llega en ese instante y me abraza por detrás, colocando su barbilla en mi hombro y sus manos en mi estómago. Sonrío con nerviosismo y trato de encontrar las palabras adecuadas para darles las buenas nuevas. Aunque claro, decir que estoy embarazada así, sin más sería lo más fácil, pero oye... Este tema no es para nada fácil, por lo tanto, tomo aire e inhalo con profundidad y digo:
      —Bueno... Lo que sucede es que yo... Bueno, más bien Nick... Bueno, los dos... Bueno, en realidad soy yo pues porque yo lo tengo y él no...
     Me muerdo el labio inferior. Piero e Ignazio se ven confundidos y yo me río. Tampoco he entendido lo que he dicho.
     —¿Tú qué? —murmura Piero suspirando.
     Suspiro y asiento. Tengo que decirlo...
     —Lo que sucede es que yo... Yo... Yo... Es... Estoy embarazada— suelto por fin.
     Piero se atraganta con su caramelo e Ignazio intenta socorrerlo, dándole unas palmaditas en la espalda, pero no logra atinar y lo golpea en la cabeza. Piero, rojo como un tomate, le da un manotazo y chilla. A mí me entra la risa. Noto que Nick también ríe, entonces, Gaby, quién también se había quedado con la boca abierta, pega un chillido agudo y corre a abrazarme.
     —¡Oh por dios! ¡Vas a ser mamá ____________!
     —¡Lo sé! —chillo nerviosa.
     —¡Vas a tener un bebé! —vuelve a chillar saltando— ¡Vas a ser mamá, vas a ser mamá!
     Gaby salta como loca de un lado a otro y de pronto, se queda parada y me voltea a ver con cara de horror, luego ve a Nick y jadea:
     —Eso significa... Que tú serás papá...
     Nick se estremece y noto que ahoga un grito de emoción. Asiente rápidamente y me besa la mejilla. Vuelvo a sonreír.
     Piero, que al fin logra calmarse, se pone de pie y corre hasta mi.
     —¿Quieres decir que aquí hay un bebé? —pregunta señalando mi estómago.
     Yo asiento divertida por su rostro. Piero jadea y también salta como un loco.
     —¡Voy a ser tío! ¡Me encantan los bebés!
     Sin dudarlo, Piero se aproxima a mí y me abraza con ternura. Me deja un pequeño beso en la frente y también felicita a Nick. Ignazio, que todavía sigue en shock, se acerca a mi con cautela y me abraza. Me abraza con fuerza.
     —Ay pequeña bella... —murmura con voz entrecortada— no lo puedo creer...
     —Yo tampoco...
     —¡Oh mi pequeña! ¡Vas a ser la mamá más bonita de todo el mundo! —jadea sujetando mi rostro con ambas manos — estoy tan, tan, tan feliz por ti, porque sé que siempre has querido un bebito...
     Los ojos se me llenan de lágrimas y asiento. Es verdad. Siempre he querido tener un bebé... Y justo ahora, estoy a la espera de uno y soy inmensamente feliz.
     —Por favor pequeña —insiste Ignazio, ésta vez sujetando mis hombros —si necesitas algo, jamás dudes en pedírmelo que yo estaré encantado de apoyarte. Quiero estar al pendiente de ti todo tu embarazo, complaciendo tus antojos. ¿Puedo hacerlo Nick?
     Volteo a ver a Nick y éste asiente encantado.
     —Nada me haría más feliz. Sé cuánto quieres tú a mí bonita...
     Ignazio se apresura a felicitarlo y abrazarlo.
     Tiempo después, cenamos todos entre risas y conmoción. Piero me dice que él va a comprar varias cosas para mí bebé mañana mismo y yo le digo que no, que mejor en cuanto sepamos su sexo, pero extrañamente, tengo el presentimiento de que será un niño. Un hermoso bebé de ojos verdes y la idea me emociona. Ignazio me pide que lo llame a la hora que quiera para pedirle comida y yo asiento. Minutos después, ellos se van para su casa y Nick y yo a nuestra recámara. Me recuesto y él rápidamente coloca su cabeza en mi vientre.
     —Me muero por tenerlo ya con nosotros... Ya quiero poder abrazarlo y besarlo. Ya quiero sentir su olor a bebé...
     Asiento sollozando. Yo también deseo todo eso.
     —Estoy tan feliz que aún no me creo que vaya a ser papá...
     —Pues creetelo, Nick... Pronto nuestro bebé estará con nosotros —murmuro acariciando su cabello.
     Nick levanta su cabeza y noto sus ojos llorosos. Rápidamente lo atraigo hasta mis labios y lo beso con dulzura y desesperación. Terminamos desnudos y haciendo el amor. Dios... Quizá y tenga trillizos después de esto.
     El fin de semana pasa volando demasiado rápido. Hoy lunes, tengo cita con el doctor para mi primera ecografía. Cómo la cita es a medio día, Nick y yo acordamos que primero vendría a trabajar y él pasaría a recogerme. Tengo que contarle a Michael sobre mi embarazo y que quizá deje de trabajar un tiempo debido a eso. Cuando me dirijo hacia su oficina, en el camino, alguien me sujeta de la cintura y me lleva contra la pared. Abro los ojos como platos.
     —¡Hola mi precioso pastelito de chocolate! —canturrea Gianluca en tono meloso.
     Intenta besarme en los labios, pero se lo impido. Trato de empujarlo, pero él se reciste y me aprieta más. Jadeo al borde del llanto.
     —¡Suéltame Gianluca! —grito histérica.
    Pero Gianluca es Gianluca.
     —Mi amor... Te he echado mucho de menos estos días y sé que tú a mí... Por favor, dame un besito, no seas mala mi vida.
     Gianluca intenta besarme otra vez y me recisto. Su cuerpo se aprieta más al mío y jadeo dolorida.
     —¡Me estás lastimando! ¡Suéltame! —y sin saber porqué, grito: —¡Nick!
     Noto el cuerpo de Gianluca tensarse y siento desmayar, cuando una  peligrosa voz, grita:
     —¡Suelta a mi mujer imbécil!
     El cuerpo de Gianluca deja de hacer presión sobre el mío. La vista se me pone borrosa, pero visualizo a Gian tirado en el piso con su nariz sangrando. Jadeo y las piernas me flaquean. Entonces, los brazos de Nick me rodean de inmediato.
     —¡Mi amor! ¿Estás bien?
     Asiento. No puedo hablar. Las manos me tiemblan y deduzco que la presión se ha bajado.
     Gianluca, al verme en ese estado, se levanta del piso y corre donde mi. Nick lo empuja.
     —¡Déjame idiota! Quiero saber qué tiene. Bella, ¿Estás bien? ¿Que te sucede mi amor? —pregunta alarmado.
     Nick lo vuelve a empujar y gruñe:
     —¡No te vuelvas a acercar a mi mujer porque te juro que te mato!
     Gianluca lo ignora y vuelve a preguntar:
     —¿Que tienes mi amor?
     Nick sonríe con frialdad, quita sus manos de mi cuerpo con cuidado y, sujetando a Gianluca por el cuello de la camiseta, sisea:
     —¿Quieres saber que le pasa? — Gianluca lo mira —pues entérate de una vez que __________ está embarazada. Eso es lo que le pasa y si tú te vuelves a acercar a ella, te juro por MI hijo que te voy a matar.
     Nick lo empuja contra la pared y me coge entre sus brazos. No logro ver su rostro, pero si noto que se ha quedado en el piso, sin moverse y observo que alguien se apresura a auxiliarlo. Michael.
     Esto es lo mejor para ambos, Gian... Estoy esperando un bebé de Nick y tú ya no tienes espacio en mi vida, porque mi vida es él y mi hijo ahora.
    

~Una Vida Juntos "Por Siempre"~ (Gianluca Ginoble) TEMPORADA IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora