Gaby aún me sigue reprochando el que la haya olvidado en Francia. Eso que fue hace un mes más o menos. Ella regresó dos días después y me armó un enorme drama como sólo ella los sabe hacer. La verdad es que ni siquiera pensé en ella. Lo único que me importaba en ese instante era salir en cuanto antes de ese lugar. No quería y no podía seguir ahí, sabiendo que Gianluca estaba cerca. Cómo lo dije, lo que pasó fue un gravísimo error. Error que me niego a contárselo a nadie. Ni siquiera a mi Nachito, a quien considero hoy por hoy, mi mejor amigo y la persona más confiable que existe.
En el trabajo, he tenido un día de perros. Mi humor está más amargo que de costumbre. He tenido mucho trabajo que hacer y la computadora se ha arruinado sin motivo. El informe que había preparado con tanto esmero se borró y no hubo forma de recuperarlo. No he comido nada en todo el día y pronto me pasa factura. La cabeza me martillea horrores. Tengo nauseas. Asumo que debo comer algo, pero es tal mi agobio y desesperación que ignoro mi malestar. Después de rehacer nuevamente el informe desde una laptop que Michael me ha prestado, me dirijo hasta archivo para imprimir los documentos y el dolor de cabeza se vuelve insoportable. Me Sudán las manos. Le diré a Michael que me iré a casa después de esto. En verdad me siento hecha mierda.
Al terminar de imprimir, me dirijo nuevamente a su oficina un tanto pendeja. Al abrir la puerta, mi sorpresa es mayor. Me llevo una mano a la cabeza y gruño:
-¿Que demonios se supone que quieres ahora?
Gianluca camina hacia mí y me intenta abrazar. Lo empujo con fuerza.
Su acoso ha incrementado desde lo ocurrido y, francamente, ya estoy harta.
-Bella -cuchichea acariciando mi mejilla- creo que tenemos que hablar... Tenemos una conversión pendiente.
-Mira idiota -siseo -vete a la mierda. No estoy de humor.
Gianluca arruga la cara. Michael me voltea a ver y mueve su boca. No escucho lo que dice. Gianluca me sujeta de los hombros y de pronto, su rostro se torna borroso. Me duele aún más la cabeza. Estoy mareada... Todo se vuelve oscuro.
Murmuros... Escucho murmuros. Intento abrir los ojos, pero no puedo. Tengo mucho sueño y me duermo por un largo tiempo.
Un pitido constante me despierta. Al abrir los ojos, estoy en un cuarto blanco y yo permanezco sobre una camilla. Tengo una aguja con suero ensartada en mi mano y maldigo. Malditas agujas...
-Despertaste -murmura de repente una voz.
Es un doctor. Uno que ya conocía de la vez que estuve aquí anteriormente, pero del cual, no recuerdo el nombre.
-¿Que me ha pasado? -pregunto confundida.
-Te has desmayado hace unas horas y a penas recobras el conocimiento - explica viendo su libreta -cuando te han traído, tu presión arterial estaba demasiado baja. Me han explicado que no has probado bocado en todo el día y probablemente, ese sea el causante de tu desmayo. Sin embargo, por tu palidez, es posible que estés desarrollando un cuadro de anemia profunda, por ello, te haré unos exámenes de sangre y dentro de dos días, tendré los resultados.
¿Exámenes de sangre?
Vaya mierda... Lo que me faltaba.
Los ojos se me llenan de lágrimas al notar que el doctor saca una jeringa con dos tubos que supongo, son para llenar. En ese instante, Nick entra al cuarto y, al verme los ojos rojos, sujeta mi mano y me hace piojito. El doctor ríe. No sé que le causa gracia.
Cuando me termina de sacar casi toda la sangre y estoy a punto de desmayarme de nuevo, el doctor dice:
-Bien ______________, como siempre, has sido muy valiente. Te veré dentro de dos días y por favor Donovan, cuídala mucho y ve que coma correctamente.
Nick asiente y sonríe. Yo también sonrío y me percato que trae su uniforme de doctor puesto. Me deleitó con la mirada. Lo chulísimo que se ve así vestido...
-Listo mi amor -dice sonriendo-es hora de irnos a casa.
Parpadeo incrédula al notar que me ha quitado la aguja intravenosa sin yo sentir dolor alguno.
Nick me levanta de la camilla y me carga entre sus brazos rumbo al auto.
En el camino, Michael y Gianluca se nos cruzan. Maldigo.
-¿Que tal está ____________?- pregunta Mike angustiado.
-Ella está muy bien -contesta Nick serio - no se preocupen que de mi mujer, me encargo yo. Y gracias por ayudarla.
Dicho esto, Nick se da media vuelta y continúa su camino. Yo lo veo boquiabierta. No me ha dejado pronunciar palabra alguna frente a ellos. Lo entiendo... Ya debe haber notado que aquél idiota me molesta día y noche.
De camino a casa, pienso que va a interrogarme acerca de la presencia de Gianluca, pero no dice nada. Su única preocupación soy yo.
Al llegar a casa, me sube directamente a la recámara. Insiste en que tengo que comer, pero la verdad no tengo apetito. Estoy algo revuelta. Pero claro, Nick es Nick. Me ignora y rápidamente me trae una bandeja llena de comida. Carne con vegetales, papas fritas, jugo de naranja y fruta fresca. En otra ocasión, tal vez y me lo hubiera comido todo, pero esta vez, a penas y como la tercera parte de todo eso.
Nick se alarma.
-Oh mi amor -murmura angustiado -no me gusta verte así... Estás muy pálida y ni siquiera quieres comer...
-Estoy bien Nick -digo tranquilamente - No te preocupes. Seguro mañana ya estaré mejor.
-Eso espero mi vida. Y claro que me preocupo por ti... Eres mi mujer. Por eso, mañana no irás a trabajar. Quiero que te quedes descansando en casa todo el día.
-Nick -digo algo molesta -no es para tanto... No quiero estar en casa todo el día, aburrida sin nada que hacer. Prefiero...
-Creo que no estás entendiendo- me corta arrugando la frente -no te estoy preguntando si quieres o no quieres estar en casa. Te estoy diciendo que lo harás. No es una pregunta, es una orden.
Parpadeo.
Nunca me ha gustado que me prohíban nada. Soy un alma libre... Y pienso que está exagerando demasiado.
-No me veas así- murmura arqueando una ceja -te recuerdo que seré doctor y como tal, sé que es lo mejor para ti. No quiero que el día de mañana otra vez te vuelvas a desmayar por no comer o por tu estrés. Te digo las cosas por tu bien... Así que por favor, te pido que me hagas caso. Te prometo que me quedaré contigo todo el día si así lo deseas. Nena... Solo trato de cuidarte... Entiende.
Ea... Ya me ha ganado.
Quizá la que esté exagerando sea yo. Él se preocupa por mí y si fuera al revés, pues yo también estaría como él.
-¿Te he dicho que me encanta cuando te pones en ese plan de ordeno y mando así con esa cara de amargado?- suelto de repente.
Nick sonríe y pone los ojos en blanco.
-¿Que voy a hacer contigo bonita?
-De momento... Abrazarme y hacerme el amor toda la noche.
Mi amor vuelve a sonreír, se mete conmigo entre las sábanas y me desnuda lentamente. Hacemos el amor toditita noche hasta que por fin y me quedo dormida sobre su musculoso pecho.
...
A la mañana siguiente, cuando despierto, lo primero que ven mis ojos es a un sonriente Nick, quién sostiene una preciosa rosa roja en la mano.
-Buenos días, dormilona -murmura besando mi frente y entregándome la rosa.
Pero que chula está...
-Buenos días... ¿Como tú despierto tan temprano?
-¿Temprano? -jadea riendo -nena... Es medio día.
Me atraganto.
¡Dios mío! ¿Pero cuanto he dormido?
Nick, al ver mi cara, suelta una carcajada y rápidamente me pregunta cómo me siento. Al responderle que me siento mucho mejor y más animada, se alegra y me lleva en volandas hasta el baño, en donde nos desnudamos y hacemos el amor bajo el agua tibia.
Al terminar, nos ponemos ropa y bajamos hasta la cocina. Nick se empeña en preparar el desayuno-almuerzo y yo se lo permito. Encantada, observo como se mueve por la cocina, corta vegetales y muchas cosas más. Hasta para eso se ve jodidamente sexi el cabrón. Veinte minutos después, coloca ante mi un plato lleno de hotcakes con jalea, fruta y jugo.
-Podemos ordenar pizza si quieres. Digo, para llenarnos.
Acepto encantada.
¡Si quiero pizza!
Después de terminar de comer, Nick pide la pizza y media hora después, la estamos devorando con mucha soda.
Ignazio se aparece rato después. Se ha enterado por Gianluca que me he puesto malita y ha venido a verme. Nombre, si éste hombre es para comérselo a besos y apapachos.
Mientras nos abrazamos efusivamente, Nick nos informa que irá a la farmacia por unas vitaminas para mí y yo asiento. Aprovecho para hablar más tranquila con mi Nachito. Me cuenta que Gaby y él platican a menudo por teléfono, pero que él le ha dejado claro que no pretende volver con ella hasta que le demuestre que en verdad va a cambiar y que dejará a Gianluca de lado. Ella se negó en rotundo e insiste que Nick es malo, que es pandillero, que no me merece y que lo único que quiere es que yo sea feliz. Ignazio, al escucharla, la volvió a mandar a la mierda y yo aplaudo. ¡Ese es mi chico!
Cuando Nick aparece nuevamente, su cara es de amargura pura. Noto una vena de su frente alterada y al ver que Gaby viene detrás de él, entiendo el porqué de su carota. Ignazio pone los ojos en blanco al verla. Se pone de pie, yo también.
-Creo que es hora de irme, pequeña -dice sonriendo algo incómodo- me alegro que estés bien. Por favor, si necesitas algo, sea lo que sea, no dudes en llamarme. No importa la hora. Tú sabes que te quiero y lo importante que eres para mi.
Asiento emocionada y lo abrazó con fuerza. Mi Nachito es un amor y un gran hombre.
Tras abrazarme y apapacharme, Ignazio se va sin siquiera voltear a ver a Gaby. Sonrío. Nick también sonríe.
-Hombre -dice éste de repente- me alegra ver cuánto te adora Ignazio. Me cae muy bien. Es un gran sujeto. Ojalá y encuentre por fin una verdadera mujer que valga la pena.
Asiento. Tiene razón. Ignazio se merece el cielo entero.
-¿Porqué permites que éste me hable así __________? - sisea Gaby.
Nick se carcajea.
-Vaya vaya... Veo que entendiste la referencia, intento fallido de mujer. Tú sabes que no mereces a alguien cómo él.
-¡____________! -chilla Gaby.
Me encojo de hombros y murmuro:
-No me metan en sus pleitos. Seguro tú le habrás hecho algo para que te trate así.
Nick vuelve a reír y me abraza. Minutos después, me dice que las vitaminas me las tiene que inyectar y casi que me desmayo. Empiezo a llorar cuan una mocosa de cinco años, pero Nick es tan cariñoso y suave conmigo que casi ni siento el pinchazo.
Durante la cena, le informo que mañana iré a trabajar si o si. Él acepta a regañadientes al notar que ya me siento mejor. Tan fuerte como una vaca.
Después de cenar, vemos Dead Pool y luego nos vamos a la cama, en donde fantaseamos y jugamos.Cuando me despierto por la mañana, son las 7:00 en punto. Mi amorcito ya se ha marchado al hospital para hacer sus debidas prácticas. Me estiró como gato y me meto a la ducha. Tardo más de lo normal. Al verme al espejo, noto mis ojos más claros y brillantes de lo habitual. Me gustan.
Salgo del baño, me cambio y me dirijo hasta el trabajo sin desayunar. No tengo hambre. Tal vez y coma algo por allá.
Al llegar a las oficinas centrales, Michael ya está ahí. Es verme y correr hacia mí para abrazarme.
-¿Cómo sigue la chica más enana del mundo?- pregunta sonriendo.
Le ajusto un puñetazo en el estómago.
-Bien, idiota.
Michael ríe y me aprieta las mejillas.
-Vaya susto que me has metido... Y para rematar, el jetón amargado que tienes por novio, ni siquiera dejó que nos acercáramos a ti. No vieras la mirada de perro Rottweiler que nos lanzó en cuanto supo que nosotros te habíamos llevado al hospital.
Ahora la que ríe a carcajadas soy yo. Imaginar a Nick lidiando con estos dos me hace gracia y me excita. Es tan caliente.
Después de cotorrear con Michael, me dispongo a trabajar. Llegado el medio día, le informo que me iré temprano, pues tengo que ir al hospital por los resultados de mis análisis. Mike asiente y me pide que le avise si me voy a morir. Lo golpeo y conduzco con tranquilidad. Seguro el doctor me va a querer inyectar de nuevo.
Al llegar al hospital, me voy directo a su consultorio. La secretaria me indica que lo espere dentro, que él no tarda en llegar. Asiento y me meto. Sobre el escritorio observo la placa con su apellido. Dr. Marc Robinsson.
Espero al rededor de cinco minutos, hasta que él aparece muy sonriente.
-Buenas tardes, ___________- saluda colocando una carpeta sobre la mesa.
-Buenas tardes- contesto.
El doctor me pregunta sobre mi estado y le digo que me siento mucho mejor y más animada. Él asiente satisfecho. Abre la carpeta y dice:
-Bueno, tus análisis revelan que si, que tienes algo de anemia -mierda -. Tienes que cuidarte más, __________. Si no quieres más inyecciones, pues come bien, al tiempo justo y las cantidades justas.
Asiento.
El doctor continúa leyendo y, de pronto sonríe alzando las cejas. Me mira y pregunta:
-____________... ¿Hace cuánto tuviste tu último periodo?
Arrugo la frente. ¿Que tiene que ver eso con mi anemia?
-Pues... Hace unos días... creo-respondo confundida.
-¿Estás segura?- insiste.
Yo asiento.
Maldición... ¿Tendré cáncer?
-Pues esto es muy extraño- dice serio.
Yo maldigo asustada.
¡No me quiero morir!
-¿Extraño?- murmuro.
El doctor asiente, levanta la mirada y sonriendo, suelta:
-Si. Muy extraño porque resulta que estás embarazada.
Suspiro aliviada.
-Menos mal -digo riendo -creí que tenía cáncer o algo peor...
El doctor me ve con ternura y aún sonriendo. Yo no entiendo de qué va su cara. Pero, de pronto, sus palabras retumban en mi cabeza y siento que el color y toda la vida se me va.
¡¿EMBARAZADA YO?!
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~Una Vida Juntos "Por Siempre"~ (Gianluca Ginoble) TEMPORADA II
Random¿Has leído Una Vida Juntos? Bueno, si lo has hecho, déjame decirte que esa historia tan solo fue una pequeña introducción a mi vida. Realmente no tenía ni la más mínima idea de lo que me depararía el futuro, de como el destino iba a burlarse una y o...