Amber:
— ¡Objeción Señoría! –Gime Erika y trato de no reír.
— ¿Qué cosa va a su favor? —le cuestiono mientras como un poco de mi espinaca.
—Que los niños no debemos de comer esto—señala con asco la espinaca con brócoli, arqueo una ceja.
— ¿Ah sí? —Ella asiente—Pero esto—le señale su plato—Te hará inteligente, fuerte y muy sana ¿eh? Así que come.
Ella cruza los brazos y con lentitud agarra su tenedor, con sus deditos aprieta su nariz y le da un bocado a la comida, trato de no reír.
— ¡Puaj! —exclama y suelto mi risa, ella me fulmina con la mirada.
—Termina tu comida y te doy postre—sus ojos se iluminan y con rapidez mete los vegetales en su boca, la miro divertida.
Levanto mi plato y lo llevo al fregadero, miro como Erika termina su plato y lo llevo al fregadero también.
Quito da la heladera un helado de frutilla en copa y ella sonríe mientras sus ojos se iluminan.
Lo pongo en la mesa y ella agarra su cuchara, prueba el helado.
— ¡Valió la pena! —exclama mientras niego con mi cabeza.
Suena el timbre.
Miro confundida algún punto de la pared y me voy a la puerta ¿Quién sería?
Abro la puerta y me encuentro con unos ojos azules.
— ¿Nia…Niall? –trato de articular y lo logro, él me sonríe.
—Hola Ambs. —Saluda y entra en la casa— Traje galletas para Erika—comenta y cierro la puerta.
—Oh que bien—pongo un mechón de mi cabello detrás de mí oreja— Ven, estamos en la cocina.
El me sigue y al entrar le veo a Erika con su boca sucia, lleno de helado. Niall ríe y la abraza para luego besar su mejilla.
—Niall—dice y sonríe.
—Hola hermosa, te traje galletas ¿Te gustan? —Ella asiente—que bien –me mira- Amber ¿me das helado?
El hace un mohín y riendo asiento, Erika grita.
— ¡No! Primero debe de comer sus vegetales –protesta y la miro divertida, Niall esta boquiabierto.
—Si ella tiene razón—me voy a la olla y quito los vegetales, lo pongo en un plato. Le sirvo y el hace una mueca.
—No quiero comer esto—dice mirando con asco los vegetales y me rio.
—Nialler comes o no hay postre—él se sonroja y luego baja la mirada a su plato.
Le dije su apodo, siempre le decía así cuando éramos… Novios.
—Ok, comeré esto—el agarra su tenedor y como Erika se aprieta la nariz para comer.
Me rio, Erika acaba su helado y le sonrío. Ella sonríe.
Agarro un trapo y le limpio su carita, Niall termina su plato.
—Ahora si ¿Hay helado para mí? —Le sonrío y de la heladera quito otra copa de helado.
—Aquí tienes—le sirvió y él sonríe, come su helado.
—Mami ¿Dónde están tus rosas? —me cuestiona la pequeña.
—En mi habitación—le indico para luego bajarla de su sillita.
Ella se va y me siento en la silla.
— ¿Y los chicos? —le pregunto, él se limpia la boca.
—Están en casa—responde- ¿Qué tal tu día?
—Maravilloso—digo al recordar el ramo de rosas.
—Oh que bien—responde, come de su helado.
— ¿A qué se debe la visita? —le pregunto casualmente, el hace una mueca pensativa.
—Bueno…—dice nervioso y se pasa su mano por su cabello,
— ¿Bueno…?—continuo divertida, el suspira.
—Venia… ¿Quién es el padre de Erika? —cuestiona directamente, pongo los ojos en blanco.
Mi cuerpo se tensa y diría que ya estaba pálida, para mi suerte llega Erika con mis rosas.
—Mira—le muestra Niall las rosas cual pone una cara seria—Le dio el vecino.
A Erika le encantó la idea de las rosas, amo a Daniel en ese instante, no la culpo por querer mostrarle algo que aprecia a Niall.
El arqueo una ceja.
— ¿El vecino?-ella asiente- ¿Cómo se llama? —pregunta secamente y me estremezco.
—Se llama Daniel y lo quiero mucho-ç—la mandíbula de Naill se tensa para luego negar con su cabeza.
—Qué bueno princesa—ella sonríe y sus ojos se iluminan.
—Bueno Erika, lleva mis rosas a mi cuarto ¿Si? —ella obedece y se va de nuevo, Niall me mira.
— ¿Es Daniel su padre? —cuestiona seco, trago saliva.
—No, es un amigo mío—el asiente y aparta la vista.
¿Estará celoso de Daniel?
—Entonces… ¿Quién es? —relamo mis labios.
—Es un chico que conocí… Cuando te fuiste—miento y trato de embozar una sonrisa, lo logro. Me olvide de ti y me enamore perdidamente de él y… ya sabes, fue un idiota—el gruñe e incómodamente me muevo en mi asiento.
—Pero olvida eso… Eh… ¿Por favor? —el asiente.
—Solo por ti, si a mí me pasara eso ahora me haría cargo de mi hija—carraspeo, oh si Niall.
—Si… no dudo de ti—mentalmente me doy una paliza por decir eso.
— ¿Sabes? A partir de ahora me hare cargo de Erika—dice y niego con la cabeza.
—No, Niall, no es tu deber… yo…—el me hace callar con un “Shh”
—Cuando más insistas más lo hare—advierte y me limito a asentir.
¿En qué me acabo de meter?