Amber:
Ya había pasado como dos días desde que Niall se quedaba en casa, lo chistoso era que en vez de dormir en su habitación de huéspedes venía a dormir conmigo, claro, antes de leerle una de mis novelas.
Su compañía era algo magnifico.
-¡Quiero chocolates!-exclamaba Erika mientras veía la vitrina de un negocio.
Con Niall habíamos salido a realizar algunas compras para realizar una torta de chocolate, ya teníamos todo pero Erika se detuvo en una tienda de dulces.
-Claro pequeña-respondió Niall, le fruncí el ceño.
-No-contra ataque- Podría darte caries, cariño. Además no eres muy fan de cepillarte los dientes antes de dormir.
Ella se cruza los brazos enojada.
-Pero mami, quiero chocolate ¿sí?-dijo con su voz dulce teniendo un toque de esperanza.
Niego con la cabeza.
-No es un no Erika-Niall respira.
-Vamos Ambs, solo uno, no costara nada-le miro ceñuda a Niall.
-Ya he dicho, no. Tal vez quedare como la mala del cuento pero es por su bien Niall-el suspira.
-Ok, pero solo esta vez lo tolero, la próxima te lo compramos pequeña-ella hace una mueca.
-Bueno…-susurra algo enojada.
Mi fuerte un era ser de esas madres pero hay que cuidar a nuestros hijos en varios aspectos ¿No?
Erika me mira algo molesta para luego agarra la mano de su padre, se había enojado conmigo.
Niall hace una mueca al ver el cambio de humor de la pequeña.
-¿Estás bien, pequeña?-ella se acerca a su oído y le susurra algo.
Trato de ignorar el hecho de que ellos están aquí, conmigo pero sabiendo que mi hija está enfadada conmigo me duele.
Desde que tengo una memoria con Erika casi nunca ella se había molestado conmigo, yo solo taro de ser una buena madre pero tampoco culpare a Niall por ser el favorito.
Escucho suspira a Niall, el me mira y agarra mi mano entrelazando nuestros dedos. Me ruborizo automáticamente.
El no hace esto en público o los paparazis nos vendrían, y los rumores de relación nos atacaría aunque tenemos un ‘algo’.
Le miro alarmada-¿Qué haces?
El me sonríe.
-Vamos a casa.
(…)
Al llegar Erika no me mira, solo le habla a su padre e ignora el hecho de que existo.
Niall deja lo que utilizaríamos en la torta de chocolate y se encamina hasta su ex habitación donde ocupaba solamente su ropa y algunas cosas. Lo raro es que Erika no va tras el, solo se queda sentada en el sillón.
Me acerco a ella.
-Pequeña…-le susurro pero ella no me mira- ¿Estás muy enojada?
Ella no responde, estoy en el borde de lágrimas, mi hija no quiere hablar conmigo.
Aparece Niall de repente con su guitarra, se sienta en medio de nosotras mientras el afina el instrumento.
Empieza a probar unos acordes hasta que llega al apropiado.
-¿Por qué tan enojadita?-empieza a cantar, le miro confundida- ¿A caso tu madre no te ha dado el gusto?
Erika lo mira.
