Puedes Contar Conmigo.

62 8 0
                                    

La luz se filtraba por la cortina, al parecer ya era de día. Charlotte miró la habitación con cuidado, buscando alguna manera de escapar, pero no la había.
Era un cuarto bastante grande y bonito, de un color rosa pastel, con muchos peluches y juguetes adentro. No se confío, sentía que todo era una trampa, podía sentir que algo malo iba a pasar.
- ¿Por qué me pasa esto?- Se preguntó a si misma la menor, con lagrimas recorriendo sus mejillas.
Estaba asustada, cuando vio el rostro de Diamond, pudo sentir sus intenciones, sabía que sin importar que le hiciera, le haría mucho daño.
-  Señor Oswald, Señor Charles, quién sea. Por favor venga.-
Se acurruco en la cama, con el rostro apoyado sobre sus rodillas. Las lagrimas seguían saliendo de sus ojos azules. Sabía que en cuanto esa puerta color caoba se abriera, conocería el infierno, y eso le aterraba. Aun así, algo dentro de si misma le decía que Oswald iba camino a ayudarle. El le había prometido que nadie le haría daño de nuevo, y ella confiaba en sus palabras. Sabía que podía contar con él. Entonces pudo escuchar la voz de Diamond subiendo por las escalera, y sintió que todas sus esperanzas se derrumbaron. La puerta se abrió y John entró al cuarto, y mirándole fijamente le preguntó:
- ¿Te dieron de comer?-
La niña negó con la cabeza, y el hombre gritó a sus sirvientes.
- ¡Les di la puta orden de que la alimentaran en cuanto despertara!- Uno de sus sirvientes se apresuró trayendo una bandeja con comida.
- ¿Por qué carajo no lo hicieron cuando se los dije?¿Eh?- Diamond le propinó una bofetada tan fuerte que le sacó sangre de la boca, ante la mirada atonita de la niña. Entonces volteó de nuevo con ella.
- Come. No quiero que te mueras de hambre ¿Entendiste? Iré abajo a darles su merecido a éstos imbéciles. Cuando regrese, tu y yo nos vamos a divertir mucho.- Diamond sonrió de una manera que a cualquiera le daría miedo, se acercó lentamente hacia la niña, olió su cabello , y luego dejo la habitación.
El terror invadió el cuerpo de la niña, junto con una sensación de asco que le prococó a tirar la bandeja con alimentos que le había sido entregada. Ahora más que nunca deseaba que Oswald llegara.

Mientras tanto, Oswald, Charles y Jeez, habían estado conduciendo por más de una hora, siguiendo las indicaciones que el GPS les daba, y ya podían ver la puerta de seguridad.
- ¿Como entraremos?- Preguntó Jeez a Oswald, un poco preocupado, mientras Oswald comenzaba a acelerar a fondo.
- No me digas que...- Charles se había dado cuenta de lo que Oswald planeaba.
- Sostenganse de lo que puedan.- Respondió Oswald seriamente a la pregunta que le había hecho Jeez.
Entonces el pesado vehículo se impactó contra el gigantesco portón de metal, arrancándolo de la pared que la sostenía. Luego, un grupo de los hombres de Diamond se reunió alrededor de el vehículo, y comenzaron a disparar, pero el blindaje los protegía.
- Jeez, usa la torreta.- Dijo Oswald, mientras pensaba en que hacer. El compañero de Oswald abrió la compuerta anti-balas, sujeto la ametralladora y abrió fuego contra los subordinados de Diamond. Uno a uno fueron cayendo, mientras Jeez seguía disparando, y Oswald y Charles encendían un cigarrillo cada uno.

Cuando todos los hombres estaban muertos, salieron del "Joestar" y comenzaron a avanzar hacia la casa. Oswald pusó sus brazos como si sostuviera un Fusil De Asalto, y un potente Fusil Scar-H apareció en sus manos. Mientras que Jeez y Charles no necesitaban prepararse, pues sus poderes eran de otro tipo.

Diamond se encontraba viendolos desde su oficina, mientras conversaba con su consejero Azazel, quien era un apuesto caballero de cabellos rojizos, ojos color miel, y de complexion delgada.
- ¿Que harás ahora John?- Preguntó este mismo a su jefe.
- Dejar que mis muchachos lo retrasen. No lo asesinaran, pero me daran el tiempo suficiente para divertirme con la pequeña.- Dicho esto, Diamond se dirigió hacia la habitación de la niña, mientras Azasel observaba como los intrusos, iban asesinando a los sicarios que su jefe mandaba.

Para Oswald y los demás no era problema avanzar. Apenas salían de la casa, Oswald les disparaba a matar, mientras, Jeez corría contra los del lado izquierdo y con un simple toque o golpe los reducía a polvo, y Charles usaba las ramas y raíces de los árboles cercanos para empalar a los que llegaban por el lado derecho. Parecía una carniceria, con sangre, viceras y sesos por todos lados. Al entrar a la casa, el asunto no cambiaba mucho. Apenas Oswald derribó la puerta, fue recibido por varios hombres disparandolé, pero él ni siquiera se inmutó. Se defendió de los disparos abriendo fuego contra sus atacantes, los cuáles uno por uno fueron muriendo.

Kill For Live.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora