En el Reino Magico del Norte, se habla de un antiguo Dragón: Skalofyne. El último de su raza, los antiguos dragones daneses.
Ellos hundieron en el pánico y terror no sólo a este reino, si no a todo el mundo mágico, logrando destruir varias ciudades y cobrandose incontables vidas magicas.
Sanguinarios, crueles, y malvados hasta la más pequeña de sus células.
Durante siglos sembraron el terror en los corazones de los habitantes del mundo mágico; hasta que en el siglo XIV, un grupo de guerreros logró hacerles frente y exterminarlos a todos, excepto a uno.
Skalofyne logró sobrevivir a la batalla y se escondió entre las montañas, malherido y casi sin fuerzas. Se encerró en una cueva y cayó en un profundo sueño, un sueño tan profundo que parecía que duraría para siempre.Esta raza de dragones tenía muchas cualidades que los hacía únicos. Además de poder llegar a ser el doble de grandes que la mayoría de los dragones, alcanzando casi 30 metros de altura, también podían manejar la magia mejor que los humanos. Además, estos se alimentaban de energía psíquica. Ellos podían percibir la esencia de las personas con esas habilidades tan poco comunes, incluso en el mundo mágico, a kilómetros de distancia, y apenas la percibieran, irían hacia la fuente de esta para alimentarse.
Así, Skalofyne despertó, luego de casi 600 años dormido.
- "¿Qué es esta esencia tan...llamativa?- Se Preguntó el tiránico dragón.- "Hace siglos que no percibía algo como esto."- Se levantó de donde yacía, con dificultad. Sus heridas, aún después de haber pasado siglos, dolían. Una poderosa espada le había arrancado el ala izquierda. Éste miro su muñón con melancolía.- Ah, mi grandeza. Esos insolentes humanos me la arrebataron. A mi y a toda mi raza.- Se acercó a un pozo de agua que había dentro de su cueva y miró su reflejo.
Sus escamas, antiguamente de un color rojizo brillante, se encontraban ahora con un tono apagado. Sus cuernos se veían frágiles, al igual que sus garras. Sus ojos, que habían sido de un intenso color ámbar, ahora se veían casi traslúcidos, sin vida.
-"Ah, no me queda mucho aliento de vida, ni siquiera para salir de esta miserable cueva. Que terrible destino.-Buscó por su guarida algo que le pudiera servir. Luego se dio cuenta de que había algo raro, olía extraño... Un olor familiar que le causaba un profundo asco.
- "Apesta a humano".-
Buscó por la profunda cueva varios minutos, hasta que encontró lo que buscaba.
- "Parece ser que mi último hechizo sirvió. Estos asquerosos simios murieron al intentar traspasar la barrera protectora."-
Delante de él yacían los cuerpos de casi 15 hombres. Los observó con detenimiento.
- "Estos hombres llevan runas célticas en sus ropajes. Pero sus cascos, y esas extrañas herramientas que llevan... No parecen ser vikingos.- Se acercó para ver mejor lo que decían unas cajas cercanas a los cuerpos.- "Deustches Reich. Es idioma germánico."-
Esos cadáveres, pertenecían a soldados de las SS.Durante su estadía en Magiswelt, las Waffen SS al mando del SS-Hauptsturmführer Otto Reckmann recibieron la orden por parte de Heinrich Himmler de buscar la guarida del antiguo dragón, con la intención de revivirlo con un artefacto antiguo llamado "la lágrima de Alabastrea ", una antiquísima reliquia proveniente del siglo III a.C que contenía un extraño liquido en su interior, el cuál tenia la capacidad de dar vitalidad y sanación a cualquiera que bebiera de ella.
Está reliquia había pertenecido a Alabastrea, una antigua diosa la cual habia enseñado la magia a los humanos, y había creado Magiswelt.
La intención de los nazis al intentar revivirlo era que este aceptara ser su aliado para apoderarse de Magiswelt y así poder obtener el aliento de la diosa. Para su desgracia, el hechizo que había lanzado en el lugar los convirtió en huesos apenas al cruzar la barrera.Skalofyne divisó la reliquia entre los ropajes de uno de los soldados muertos. Sus ojos brillaron de nuevo, está era su oportunidad. Se acercó hacia el objeto y lo tomó con sus colmillos, para reventarlo y consumir su contenido.
Sintió una enorme carga de energía recorrer su cuerpo, a la vez que sus escamas recuperaban su color original, ese color rojo parecido a la sangre. Sus cuernos volvieron a su antiguo vigor y su brillante color negro. Sus ojos volvieron a ese tenebroso color ambarino, y sus músculos volvieron a crecer.
Su muñón ardía con fuerza, mientras sentía como su piel se desgarraba y daba paso a nuevos huesos y cartílagos. Su ala izquierda volvió a crecer.
ESTÁS LEYENDO
Kill For Live.
ActionOswald Patton es un veterano de guerra, que después de que su vida se viera envuelta en varios asuntos sucios del gobierno, decidió convertirse en mercenario. Con el tiempo conoció a más mercenarios como el, qué, al pasar de los meses y años, pasar...