Secuestrada Por El Demonio [TERMINADO]

capítulo 20

Capítulo 20

No pudo negar que entrar en aquel lugar le trajo una paz impresionante, se quedó cerca de una hora en su interior contemplando aquel lugar. Al salir lo vio a él, a su jefe, se notaba que estaba increíblemente furioso. Ella decidió ignorarlo, tomó un taxi de regreso a casa, al entrar a su habitación él ya estaba ahí, se acercó a ella, levantó su mano para golpearla, pero se detuvo antes de hacerlo, a cambio de eso, comenzó a destrozar todo en aquella habitación, ____TN estaba aterrada, lo único que se le ocurrió fue encerrarse en el baño. Sus lágrimas no tardaron en aparecer, ahora no sabia que hacer para controlarlo.
La puerta fue destrozada de un puro golpe, él se acercó a ella y la tomó por el cabello.

—¿CREES QUE ESTOY JUGANDO? —Le preguntó en un grito

—Déjame tranquila —pidió ella llorando

Él la soltó y comenzó a caminar de un lado a otro, no quería lastimarla, pero le desesperaba que fuera tan complicada para todo.

—Tú ganas —dijo él resignado. —Haremos lo que tú quieres

Se acercó a ella y secó sus lágrimas, luego le depositó un corto beso en los labios.

—Discúlpame, mi ángel —pidió él. —Mi naturaleza es así

—Me das miedo —confesó ella

—Tranquila, no te lastimaré —dijo él.

—Pues casi me golpeas —dijo ella.

—Pero no lo hice —dijo él—Eso es lo que cuenta.

—Destruiste mi habitación

—Ya está reparada —dijo él. —Vamos

Efectivamente la habitación estaba intacta, ___TN se sentó en la cama, no sabía que hacer con toda aquella situación.

—Bien… —dijo él. —¿De qué podemos hablar? —preguntó.

Ella lo miró, la verdad es que ni sabia de que hablar, pero debía decir algo para que él no se molestara.

—¿Donghae es tu verdadero nombre? —preguntó ella

—Si —respondió él

Se estiró él la cama, quería estar cómodo, por lo que obligó prácticamente a ____TN a que se recostara junto a él.

—¿Qué edad tienes? —preguntó ella

—Millones de años —respondió él

—Entonces supongo que tienes hijos —dijo ella

—No tengo —respondió él.

—Pero me dices que tienes millones de años, ¿Cómo es posible que jamás hayas dejado embarazada a una mujer? —preguntó ella

—hace cincuenta milenios, iba a ser padre —dijo él. —la madre de mis hijos se llamaba YuRim, estaba esperando tres bebés

—¿Entonces porque dices que no tienes hijos? —preguntó ella

—YuRim solo era mi compañera, no la amaba, nunca he sabido como es amar, pero en fin, yo sentía a mis tres hijos creciendo en su interior —continuó él. —Un día tuve que ir a torturar algunas almas que recién habían llegado al infierno, pero algo sucedió y regresé hasta donde había dejado a YuRim, ella estaba teniendo sexo con otro demonio

—¿Y que hiciste? —preguntó ella

—A él lo maté, simplemente le corté la cabeza, pero a ella la torturé, y luego le arranqué la cabeza, mis hijos murieron a causa de eso —dijo él. —Nunca me ha gustado hablar de aquello, tampoco permito que nadie en el infierno mencione lo que sucedió, para mí ella jamás existió al igual que jamás existieron aquellos hijos que YuRim me iba a dar.

—¿No sentiste nada?, después de todo eran tus hijos

—Eso ya no importa —dijo él. —Ellos ya están muertos al igual que esa maldita

—¿A mí me harías lo mismo? —Preguntó ____TN

—Podría hacerlo —dijo él—pero si lo hago, estoy muerto.

Claro que estaría muerto, puesto que su padre no quiere que a las ángeles que su hermano y él secuestraron les suceda algo malo.

—Que alivio —dijo sarcástica.

—Escúchame —dijo él serio. —Soporto todo lo que quieras, pero menos una infidelidad

—¿Por qué me miras así? —preguntó ella. —Yo no he estado con ningún otro hombre

—Y más te vale que jamás estés con otro —Dijo él. —O terminarás peor que YuRim

—¿Y que hay de ti?, estoy segura que tendrás a otras mujeres por ahí

—Aunque lo dudes, no necesito a otras mujeres si te tengo a ti —dijo él. —Yo no estaré con ninguna otra mujer si tú estás conmigo

—¿De verdad? —preguntó ___TN

—Sí, mi ángel

—¿Y qué harás si quedo embarazada?

—Primero me tienes que amar —dijo él

—Si me sigues asustando, dudo poder amarte —dijo ella.

—Intentaré cambiar —dijo él cerrando los ojos. —Solo compréndeme, soy un demonio, los romanticismos no van conmigo

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