"Una serendipia es un descubrimiento afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta. En términos más generales se puede denominar así también a la casualidad, coincidencia o accidente."
Creo que nunca lo sabré. Nunca sabré si calificarte de casualidad, sabiendo el tiente positivo que conlleva esa palabra para mí, no obstante, la llevo tatuada en la piel, o de accidente, con la pátina negativa que eso irradia a todos. Quizá tu magia es que siempre eras mezcla de todo. No dabas una de cal y otra de arena, porque eras ambas a la vez. Fuego y hielo. Seca y mojada. Sucia y limpia. Pecado y milagro. Primavera y otoño. Salada y dulce. Paz y guerra. Cielo e infierno. Chocolate y pimienta. Normal y extraordinaria. Concentrada y dispersa. Fugaz y eterna. Casualidad y accidente.
Fue así como te conocí. Buscaba la inspiración en mi rincón más escondido de esta isla, allá donde voy cuando no quiero ver a nadie y donde me dejo encontrar por las musas, cuando apareciste tú. Quizás eso también era una señal. Eras musa de carne, carne de musa.
Nada más verte ya supe que eras una mujer llena de antónimos. Y no estabas preocupada por ello, vivías con tus incertidumbres, con tus manías tontas pero adictivas, con tus dudas y con tu seguridad aplastante. Era curioso ver cómo te movías, como sin saber dónde sentarte en ese primer momento.
Tomábamos clases juntos, pero apenas hablábamos, hasta que me trataste como si me conocieras de toda la vida y no me pediste permiso. Habría sobrado todo.
Fue como si me hubieras echado el lazo, y desde ese momento solo podía intentar que no se me notaran las ganas de dejarte afónica de tanto reír.
¿Cómo sobrevivir una vida a semejante caos? Porque los antónimos anudados a tu personalidad creaban un caos contra el que era difícil pelear. Y no quería, quería respetar tu caos, pero no dejabas de hablar y era contagioso. En un par de minutos supe todo lo que te pasaba. Luego respiraste y me dejaste hablar. Y yo me había quedado sin habla. Sin palabras. Las habías gastado todas y necesitaba comerme un diccionario para que saliera alguna. Así que te contemple.Casualidad y accidente. Accidente y casualidad.
Por eso, me quedo con serendipia. Pequeña serendipia.
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Astronomía de tus lunares
PoesiaCuando la astronomía te pide que escribas, y sus lunares te exigen escribir. Antología de poemas y canciones. Cuando el corazón habla y la mente recuerda.