33. MADness

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*Hola a todos, reproduzcan el audio en multimedia antes de leer, es parte de la magia* ;)

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*Hola a todos, reproduzcan el audio en multimedia antes de leer, es parte de la magia* ;)

*MADIE*

Han pasado dos semanas desde la graduación y no he vuelto a hablar con George, solo he tratado de evitarlo desde ese día.

Es viernes, hoy es día de Jamie. Los viernes de cada semana nos turnamos para estar juntas; el viernes pasado yo fui a su casa y ella hizo lo que yo quería. Hoy ella se quedará en mi casa y haré lo que quiera.

Ambas subimos a mi habitación y cerramos la puerta.

-¿Qué te parece si ordenamos pizza y algunos postres de Red and blue?
-exclamó entusiasmada.

-Bien. -Respondí sin más.

-¿Bien? -Frunció el ceño. -¿Estás bien Mad?

- Sí.

-¿Sigues pensando en George? ¿Cierto?

Asentí.

La expresión de Jamie cambió a un gesto lleno de tristeza.

-¡Vamos Madie! No dejemos que George arruine nuestra noche de viernes juntas.

Sonreí.

-Ésta noche, tu y yo iremos a Dizzy Club. Bailaremos y nos relajaremos, sólo nosotras dos. ¿Qué te parece?

-Tienes razón, no dejaré que George arruine mi día.

En cuanto nuestro pedido llegó, comimos y platicamos un poco sobre lo que usaríamos para ir al Club.

Poco después de las cinco, dejé que Jamie tomara una ducha en mi habitación y yo fui a la de mi madre a ducharme.

En cuanto terminé regresé a mi habitación y busqué en mi closet que ponerme.

Mi teléfono vibró repetidas veces y la foto de George iluminó la pantalla. Bloquee el teléfono hasta que la llamada terminó, con esta eran cuarenta y dos llamadas perdidas tan sólo en el transcurso del día.

Busqué entre mi ropa pero no tenía cabeza para pensar en salir o en qué ponerme. Realmente no quería impresionar a nadie, no sabía si optar por un vestido rosa de aspecto elegante o uno negro corto de encaje y sin tirantes.

Tomé ambos vestidos en mis manos cuando Jamie apareció.

-Ni creas que te dejaré ir vestida de monja con eso, Madeline Thompson. -Dijo señalando el vestido rosa con asco.

Se acercó a mi, tomó el vestido y lo lanzó fuera de nuestra vista.

-Ésta noche, te arreglo yo.

Me puse el vestido negro, mi cabello tenía algunas ondas, así que Jamie maquilló mi pálido rostro y le dio una apariencia sensual y peligrosa.

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