La cautivadora historia de Madeline Thompson y George Blaise llega a Wattpad.
La vida de Madeline Thompson da un giro Inesperado a sus diez años. Cuando sus padres reciben a sus amigos y socios de Nueva Jersey, ellos se mudaron a Malibú con su únic...
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*MADIE*
Al fin es viernes...
Llegué temprano al Instituto, tenía Biología a primera hora y saldré a las diez de la mañana, las clases se van a suspender por los preparativos del baile y la mayoría de los miembros del Comité de baile son de mi grupo.
Afortunadamente aún no llegaba nadie y tomé asiento en uno de los lugares cerca de la ventana, coloqué mis audífonos y vi a George entrar muy sonriente.
"Esto no es bueno"
- Buenos días preciosa. -tomó asiento a mi lado, quité un auricular y le di los buenos días mostrando una pequeña sonrisa.
- ¿Lista para ser mi pareja de baile está noche? -Balanceó sus cejas de forma seductora y la sonrisa que tenía en mi rostro cambió por una mueca de disgusto.
- No iré al baile contigo, George.
- Sé que te mueres de ganas de ir conmigo, linda. -Guiñó su ojo.
- Estás loco.
- Por ti, Madie. -Respondió seductoramente.
Rodé los ojos y lo ignore, sentí un horrible calor correr por mi rostro.
Sonó la campana y todos mis compañeroa entraron corriendo a sus lugares.
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Cuando sonó el timbre busqué a Jamie en la cafetería y le envíe varios mensajes de texto, diez minutos después me contestó que estaba en el gimnasio con los preparativos del baile y que iría a mi casa más tarde.
Tomé el autobús y regresé a casa. Caminé sin ánimos las dos cuadras que me separaban de la parada a mi hogar.
A esta hora mis padres deben estar en la empresa, busqué en la cocina y me hice un sandwich. La tele comenzó a aburrirme, subí a mi habitación, me tumba en mi cama y me quedé profundamente dormida.
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- ¡Madie! Despierta hija, llego Jamie.
"¡Oh por Dios! ¡Jamie!"
- Dile que pase. Por favor mamá.
Revisé mi móvil, tenía diez llamadas perdidas, todas de ella y eran las cuatro de la tarde. Probablemente mi amiga querrá matarme.
La puerta se abrió, Jamie ya estaba casi lista, su maquillaje era color turquesa, llevaba su cabello recogido en un moño alto y en sus manos tenía su vestido y zapatillas a juego.
- ¡¿Así que por esto no contestabas mis llamadas?! ¡Estabas dormida Madeline Thompson! Ya deberias estar arreglada, el baile es en cuatro horas. -Gritó.
- Pareces mi mamá. -Bufé. - No me agrada la idea de ir al baile y lo sabes.
- Por eso estoy aquí, para convencerte y ayudarte con tu maquillaje. Así que vamos a comer, tu mamá preparó spaghetti y muero de hambre. -me levanté a regañadientes y bajamos a comer.
Treinta minutos después subimos de nuevo a mi habitación, tomé una ducha, exfolié mi rostro y me cambié unos shorts de mezclilla y una blusa de tirantes. Jamie ya estaba más que preparada para hacer que mi rostro se viera increíble.
Cuando salí mi madre y Jamie estaban ocultando algo detrás.
- ¿Que están...
- Sorpresa, hija. --Mi madre sacó un hermoso collar con una pequeña piedra roja en forma de corazón. Estaba precioso a lo que solté un grito.
- Es... ¡Increíble! ¡Muchas gracias mamá! -ambas nos abrazamos.
- Es hora de arreglarte, Mad. -Dijo Jamie.
Mi madre nos dejó solas, saqué mi estuche de maquillaje, Jamie se encargo de los colores, delineó mis ojos, enchinó mis pestañas, aplicó un poco de rubor en mis mejillas y de mis labios me encargué yo. Apliqué un poco de labial color rojo y Jamie onduló mi cabello con la tenaza.
Vi la hora y eran casi las siete. Terminé de retocar mi cabello y Jamie entró a mi baño a cambiarse, yo me cambié en mi habitación, me puse el vestido rojo, busqué en mi closet unos zapatos dorados y terminé de arreglarme.
Cuando Jamie salió, tomamos nuestros bolsos y salimos de mi habitación. Bajamos y de inmediato los halagos por parte de mis padres se hicieron presentes.
Papá nos llevó al baile, cuando llegamos a la escuela me detuvo.
- Pasaré por ti a media noche ¿Está bien Madie?
- Si papá, adiós. -Besé su mejilla y entramos al gimnasio.
-Gracias, señor Thompson! -Dijo Jamie a mi padre.
-Diviértanse, chicas! -Gritó mi padre.
La decoración era estupenda, Jamie y los demás se esmeraron por hacer el mejor baile. Las miradas de algunos chicos se posaron en nosotras dos. Caminamos hasta el centro de la pista pista baile y nos llegamos donde Simon.
- ¡Wow! Están bellisimas chicas. -Simon besó mi mejilla y besó a Jamie. Sospecho que Jamie tambien siente atracción por Simon ya que cuando besó su mejilla se ruborizó.
- ¡Vamos a bailar! -Gritó Jamie.
Simon nos tomó a cada una de la mano y nos dio unas vueltas.
La música era realmente buena, aunque todos bailaban en parejas yo no me sentía incómoda, con Jamie y Simon hicimos un círculo y bailamos. Es la primera vez que me siento hermosa y quiero disfrutar mi noche.
La música disco terminó y "forbiddenvoices" de Martin Garrix resonó por todo el gimnasio, Simon llamó la atención de algunos por sus geniales movimientos de baile y el círculo se hizo más grande.
Voltee y vi a George recargado en una esquina, su vista se enfocó en mi, literalmente me estaba comiendo con la mirada y me dió un guiño, desvié mi vista y seguí bailando.
Después de dos horas de baile nos sentamos a descansar. Tomé un ponche, revisé mi móvil y tenía dos nuevos mensajes de un número extraño:
De: Desconocido.
Te ves increíblemente hermosa, Madie. Ese vestido te queda muy bien.♡ -George.
De: Desconocido.
No sabes lo que daría por ser yo quien baile contigo ;)
Sentí una mano en mi hombro, por impulso me estremecí, creí que era George pero no fue asi.
- Hola Madie. -Era Grayson, uno de los jugadores de baloncesto del Instituto.
Iba a declinar su invitacion pero las miradas de mis amigos y Grayson estaban fijas en mi.
- Claro. -Tomó mi mano y me llevó a la pista de baile. Dejé a Jamie y a Simón solos, así que probablemente charlen.
Me sentí intimidada con Grayson, el es muy alto, tiene ojos verdes y hombros anchos, es considerado un "bravucón".
Bailamos al ritmo de "i want you to know" de Selena Gómez y a decir verdad no es tan idiota como pensé. Bailamos tres canciones más, me sentí observada y me di cuenta que detrás de Grayson en el fondo estaba George con los puños cerrados y fulminándolo con la mirada.
