36. Fuera de la rutina

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*GEORGE*

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*GEORGE*

El sonido de mi despertador resonó por toda mi habitación y lo apagué de inmediato, me levanté de la cama, tomé una ducha, me vestí lo más casual posible y bajé a desayunar con mis padres.

-¡Buenos días Hijo! ¡Que sorpresa verte despierto tan temprano! -mi mamá sonó tan sorprendida, haciéndome sentir la persona más perezosa del mundo.

-Buenos días. Verán Madie y yo nos veremos para desayunar, hoy cumplimos seis meses juntos.

Ambos se sorprendieron pero me felicitaron sin dudarlo.

-Tengo que irme. -le di un abrazo a ambos y salí de casa.

Conduje hasta su casa, cuando llegué ella ya estaba afuera en su jardín con su madre.

Bajé del auto y saludé a la señora Thompson, Madie se despidió de ella y le dio un beso.

Fuimos a una cafetería muy cerca de ahí, ambos pedimos café y waffles para desayunar, entregamos las cartas y esperamos a que nos entregarán nuestro desayuno.

-George, hay algo que quiero decirte.

-¿Que sucede, preciosa? -Tomé su mano y jugueteamos con nuestros dedos.

-¡Felices seis meses, mi amor! -Me tomó por sorpresa cuando sacó de su bolso una cajita verde.

-Ábrela, George.

Dentro de la cajita había un marco bonito de un collage con fotos nuestras. Me sorprendió cuando vi tallado en el marco la frase "El corazón tiene razones que la razón no entiende" la frase de Blaise Pascal, la frase que mi padre me enseñó y cuyo significado ha tomado más valor del de imaginé.

-Preciosa...

-¿Te gusta? -Preguntó nerviosa.

No obtuvo respuesta de mi para porque me levanté y me acerqué a su sitio para besarla con ternura.

-¡Me encanta! Es increíble. Muchas gracias mi amor.

La gente del lugar nos aplaudió, las mejillas de Madie se tornaron de rojo y cuando dejamos de ser el centro de atención supuse que sería el momento perfecto para entregarle mi obsequio.

-Preciosa, lo siento. Yo no tengo un obsequio como tal.

-No tienes porqué disculparte, George. Estamos juntos y para mí eso es lo que importa.

-Tienes razón, estamos juntos, preciosa. Y me comprometo contigo ser el chico que te haga feliz, el que esté contigo en las buenas, en las malas y en las peores, quiero ser el amor de tu vida, así como tu eres el amor de mi vida, Madie.

Saqué la cajita y vi como su rostro se tornó pálido.

-Mi compromiso es aquí, contigo Madie y prometo que pronto éste pequeño anillo que te doy como símbolo de mi amor a tí, se convertirá en nuestro símbolo de Unión.

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