37. ... (Parte I)

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*MADIE*

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*MADIE*

UNA SEMANA DESPUÉS...

Tuve una terrible noche porque el insomnio me invadió por completo. solo dormí una hora y desperté temprano, a regañadientes me levanté de la cama y tomé una ducha.

Aún no es hora de ir a mi empleo, me levanté a la cocina y me preparé algo. Vi a mamá bajar desesperada.

-Buenos dias, Cariño. Tengo que irme, tu padre no contesta y me está preocupando. Le dí un pedazo de pan tostado y le dio una mordida. -Lo llamé varias veces, pero su teléfono está apagado.

-Iré a la empresa, siento no poder llevarte hoy a tu empleo. -Dijo con tristeza. -Te quiero.

-No te preocupes mamá, George vendrá por mi para irnos a trabajar. -Di un abrazo a mamá y ambas salimos de la casa. -Te quiero más.

Cuando sali, George ya estaba fuera esperándome, besó mis labios y subimos al auto.

Me llevó a una cafetería muy cerca de mi casa, pedimos unos cafés y unas donas, desayunamos y veinte minutos después llegamos a Sunset's home.

George aparcó el auto en su lugar de estacionamiento y me ayudó a bajar. Caminamos tomados de la mano hasta la entrada de empleados.

-Hola tortolitos. Llegan temprano. -Nos saludó Daisy.

-Justo a tiempo. -Recalqué.

Ambos nos separamos y fuimos a donde nuestras áreas, me dediqué a regar las plantas y hacer el inventario de toda el área de Jardín.

De vez en cuando George me dedicaba una que otra mirada juguetona y me lanzaba besos imaginarios, los cuales sabía que recibiría después de la jornada de trabajo.

Trevor se acercó a George y le dijo algo que no alcancé a escuchar y lo vi marcharse al área de empleados. Me quedé un tanto extrañada y con un amargo sabor de boca.

Trevor no me inspira la más mínima confianza y pensar que está a unos metros de mi me pone los pelos de punta.

Pasó poco mas de una hora y George no regresó, sentí una horrible punzada de dolor en el pecho, imaginé que quizá estaba en problemas y muy serios.

Eran las diez y por tanto nuestra hora de almuerzo, salí corriendo a buscar a George, llegué a los vestidores pero no lo encontré.

Corrí y di vuelta por el pasillo de la gerencia y lo escuché escuché lo lejos:

-¡MADELINE! -El grito de George resonó por toda el área de empleados.
-¡¡MADELINE!!

Lo vi al final del pasillo, se acercó corriendo a mí. Estaba sudororoso y pálido.

-George ¿Estás bien? ¿Pasó algo?

-Preciosa, tenemos que hablar. -Tomó mi mano y nos alejamos corriendo a los vestidores.

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