-Señor Konecki, tiene una entrevista de selección de personal en media hora- informa Clarie, la secretaria de Simon mientras lo ve pasar hacía su despacho.-Gracias Clarie- dice él y le sonríe mientras recibe la carpeta que ella le extiende con la documentación del nuevo aspirante al puesto de gerente de recursos humanos de la empresa que ahora es socio Drop4Drop.
Su jefe, el señor James días atrás le ofreció una sociedad por su lealtad, respeto y compromiso con la empresa por más de dieciocho años. Simon con un poco de ayuda económica de su esposa Adele aceptó dicha sociedad. Ahora era el dueño del cincuenta porciento de la empresa y desempeñaba el cargo de vicepresidente.
Simon abre la puerta de su despacho y cierra las persianas del gran ventanal de su nueva oficina, el sol resplandeciente de medio día que rara vez se ve en Londres molesta sus ojos. Se sienta en la silla detrás de su escrito y revisa la carpeta que su secretaria le acaba de entregar, se sorprende al leer el nombre del aspirante al nuevo cargo, no es un él, es ella. Además de eso su nombre le resulta familiar, pero no logra recordar de quién se trata puesto que la solicitud de empleo no tiene fotografía anexa.
Veinticinco minutos después una mujer veterana, de cabello castaño claro, piel blanca y ojos marrones esta de pie en el marco de la puerta de su oficina luciendo un vestido negro que se acomoda perfectamente a su esbelta figura.
-¿Usted?- pregunta Simon sorprendido al verla, la reconoce en ese mismo instante.
-Yo, señor Konecki- responde aquella mujer con una sonrisa cerrando la puerta de la oficina. -No es necesaria tanta formalidad Simon- dice mientras se sienta. -Tu me conoces y yo a ti.
-Es cierto- responde él con una sonrisa. -¿Cómo has estado?
-No tan bien como tú- dice ella acomodando su cabello. -Estas muy guapo.
-Tú no te quedas atrás, estas muy bella, te ves muy distinta a como te conocí- contesta y pone su codo sobre el escritorio detallando a esa mujer que conoció hace más de año y medio.
-Gracias, supe que tu esposa- pronuncia esa palabra con desagrado. -Tuvo un bebé hace poco ¿Es cierto?- pregunta curiosa.
-Sí- afirma él. -Su nombre es Angelo, tiene mes y medio de nacido- saca una foto de su bebé quién tiene su pequeña manito en la boca y se la entrega a la mujer quién la mira con ternura fingida.
-Se parece mucho a su madre y hermana- le devuelve la fotografía y acomoda el escote de su pecho sin vergüenza alguna.
-Así es- mira la foto de su pequeño hijo y sonríe mientras la guarda. -Muy bien ¿Te parece si iniciamos la entrevista para el puesto?- acomoda nuevamente las hojas en la carpeta y la mira fijamente.
-Pense que me darías el puesto- responde ella sonriendo descaradamente. -Ya me conoces.
-Te conozco en lo personal más no en lo laboral- aclara él. -Necesito saber si tienes las capacidades y habilidades para ocupar el puesto de gerent...
-¿Crees que no las tengo Simon?- reprocha la mujer mientras cruza la pierna dejando que su vestido se suba más de lo debido.
-No estoy diciendo eso- contesta e intenta desviar su mirada de las piernas largas de la mujer que tiene en frente. Pasa saliva al ver como ella sube más su vestido, sabe que no está bien hacerlo pero su mente encuentra una justificación rápida "Sólo está mirando y mirar no significa ser infiel"
-¿Te gusta lo que ves?- pregunta la mujer mientras muerde sus labio inferior color carmín, él no contesta sólo sigue cada uno de sus movimientos. -Puedo darte todo esto- se levanta de la silla y señala su cuerpo. -A cambio de que me contrates, me despidieron del hospital y estoy desempleada.
-¿Te despidieron?- pregunta Simon confundido. -¿Por qué?
-Hace más de año y medio trate de ayudar a una niña que llegó al hospital con anemia y algunas autolesiones ¿Sabes de quién hablo verdad?- dice ella y él asiente, sabe que está hablando de su hija. -Días después de que los médicos la dieran de alta regreso al hospital para poner una queja a mi nombre por faltas éticas durante el desarrollo de mi profesión por lo cual obtuve un memorando.
-Yo no sabía...
-No te culpo, tal vez sólo lo hizo con ayuda de su madre- ella lo interrumpe y él guarda silencio. -La semana pasada una paciente esquizofrénica tuvo una crisis y se lanzó por la ventana de mi consultorio, todos creyeron que fue negligencia de mi parte y por eso me despidieron- finge tristeza pero ríe por dentro al ver que Simon está creyendo todas y cada una de las mentiras que le ha dicho.
-Lo lamento mucho Alice- dice él y se levanta de la silla para abrazarla a lo que ella no se opone.
-Fue muy triste Simon- se recarga en su pecho y suelta algunas lágrimas. -Ahora mismo no tengo trabajo y mi madre está enferma, necesito comprar sus medicinas y no tengo dinero- miente de nuevo.
-Por trabajo no te preocupes, desde ahora eres la nueva gerente de recursos humanos, leí tú solicitud, tienes muy buenas referencias y tus estudios son magníficos- la mujer sonríe complacida, sube sus brazos y rodea el cuello de Simon.
-Oh Simon eres un buen hombre ¿Qué puedo hacer para agradecerte?- ella muerde su labio y con una mano acaricia el cabello de él.
Sin pensarlo dos veces se acerca más a él y lo besa, él se resiste pero termina correspondiendo aquél beso lleno de pasión que ella le está dando. Con sus grandes manos rodea su cintura y ella lo toma de los hombros, siente satisfacción al estarlo besando. Después de todo lo único cierto, es que lo desea como a ningún otro hombre.
Mientras Simon besaba en aquella oficina a una mujer que no era su esposa. Adele trataba de calmar la risa escandalosa de su hija en casa, no entendía el porque de su reacción ante la pregunta que le había hecho si le parecía algo normal. A ella no le importaba en lo absoluto si a su pequeña le gustaba su amiga, al contrario, la apoyaría en lo que ella eligiera, era su hija y la amaba sin importar que.
...
¡Hola mis niñas bellas!
Aquí está el capítulo 11.
Espero les guste
Gracias Siempre
❤