Victoria despertó al sentir una suave caricia en su espalda. Se giró en la cama aún con los ojos cerrados y los abrió lentamente. Marian la observaba con una sonrisa.
-Buenos días, amor- le susurra cerca de sus labios.
-Buenos días, Mari- da un pequeño beso en sus labios. Su sonrisa ilumina su rostro. Ella la había vuelto a llamar amor. -Debemos levantarnos.
-Tu piel demasiado blanca- dice Marian ignorando su comentario, lo que menos quería era levantarse de la cama e irse de su lado. -Parece leche.
-Soy inglesa. No puedes esperar más- sonríe mostrando su dentadura. -En cambio tú eres morena. Pareces canela.
-Las mexicanas somos quemaditas- responde provocando que Victoria suelte una carcajada idéntica a la de su madre. -Eres hermosa- la abraza y vuelve a besar sus labios.
En el hospital de Brompton Simon trata de entender todo lo sucedido hace unas horas. Su jefe le llamó en la madrugada para avisarle que la policía tenía capturada a Alice, quién trataba de hacer un desfalco a la compañía.
-¿Crees que le den muchos años de cárcel?- le pregunta a Adele.
-No lo sé Simon. Tal vez- se sienta a su lado en la camilla y le da un poco de agua.
-¿Le permitirán visitas?
-A qué viene la pregunta Simon. ¿Te interesa ir a verla?- lo fulmina con la mirada.
-Sí. Me gustaría saber porque lo hizo.
-¡Cabron!
-No me llames así Dell- la toma de la mano.
-Pues es lo que eres ¡Un cabron!, todavía tienes el descaro de decir que quieres verla. A la mierda Simon.
-Grosera- la reprende.
-Jodete- le saca el dedo medio y él sonríe. Su mujer seguía siendo la misma de hace veinte años.
-Te amo Adele Laurie Blue Adkins- levanta la delicada mano de ella y le besa los nudillos.
-Te odio Simon Cristopher Konecki- le sonríe hipócrita y él hace cara de pocos amigos.
-Del odio al amor solo hay un paso y yo quiero dar ese paso- la toma en sus brazos y como puede la acomoda quedando ella bajo su cuerpo y acostada en la camilla. -Eres preciosa mi amor. Mi Adele.
-Eres un idiota Simon- acaricia su barba.
-Deja de tratarme mal y bésame- roza su nariz con la de ella y atrapa sus labios en un dulce beso. Adele rodea el cuello de Simon con sus manos mientras él deja las suyas sobre la cintura de su mujer.
Poco a poco el beso se intensifica. Volviéndose más pasional. Simon está metido entre las piernas de Adele mientras besa su cuello, presiona su miembro sobre la parte intima de ella provocando que suelte pequeños gemidos. Han olvidado por completo que se encuentran en un hospital. Pero eso ahora no importa para ninguno de los dos. Se aman y están dispuestos a todo. Inclusive a esta locura.
-Me encanta tú trasero rubia- dice en un jadeo y se lo aprieta con sus grandes manos.
-¡Oh Simon!- muerde ligeramente su labio inferior y sonríe.
Sin nada de concentración toma el borde de la bata que su esposo lleva puesta y la empieza a subir. Pero se ve interrumpida por un fuerte grito.
-¡Que perturbador!- grita su hija y se cubre los ojos. -No podré volver a dormir.
-¡Victoria!- grita Simon y se levanta un poco para dejar que Adele también lo haga. -¿Nunca te enseñamos a tocar la puerta antes de entrar?
-Sí lo hicieron, pero no en un hospital- niega y ríe a la vez. -¿En serio en un hospital mamá?- mira a su madre quién está con las mejillas más que rojas de la vergüenza. -Voy a ir a la cafetería un rato para que sigan en lo que estaban, pero ¡No quiero más hermanos!
-¡Victoria Konecki!..
-Adiooos!
Victoria camina riendo hacia el ascensor. Justo cuando se abre ve a Marian y le sonríe. Entran juntas y entrelazan sus manos.
-Vic...- mumura y ella voltea a verla. Marian se da cuenta que no hay nadie más y de un solo movimiento la recarga en una de las esquinas. Hace a un lado su cabello y le besa el cuello dejando una pequeña marca. -Di que si.
-¿A qué?- Victoria jadea y le aprieta el cabello.
-A ser mi novia- la toma de la cintura y la besa en los labios. -¿Quieres?- la mira acariciando su rostro.
La respuesta llega junto con un dulce beso. Sí quiere.
....
Besos y abrazos a la distancia mis niñas
❤
Gracias por leer