-¿Cómo esta Simon, doctor?- le pregunté al verlo salir del área de cuidados intensivos. Llevábamos más de tres horas esperando noticias.-Estable señora Adkins, logramos detener las convulsiones con medicamentos. El señor Konecki tiene suerte de seguir con vida- sus palabras me cayeron como un balde de agua fría. Mi Simon pudo haber muerto.
-¿Qué le paso a mi papá?- preguntó Victoria aferrada a mi brazo. El doctor la miró con dulzura y nos indicó que pasáramos a su consultorio para explicarnos mejor.
-Simon tiene una fuerte intoxicación por escopolamina. Se trata de una sustancia altamente toxica que puede causar convulsiones, desesperación severa y agresividad como es su caso. Esta acompañada por periodos de psicosis, estupor y amnesias momentáneas. Este tipo de droga es utilizada para dejar inconsciente o sin ningún tipo de voluntad a la víctima…
-¿Es decir que Simon no era consciente de sus acciones?- lo interrumpí.
-No señora. Debido a la dosis tan alta que ingirió sus instantes de lucidez eran muy pocos o tal vez nulos. Es un verdadero milagro que siga con vida, con una intoxicación tan fuerte debió morir pocas horas después de que se la suministraron.
-Sí, lo sé…-dije tratando de asimilar toda la información.- Pero… ¿él se pondrá bien?
-Por el momento se encuentra estable. Sigue sin despertar y no sé en qué condiciones este cuando lo haga. Probablemente puede tener alguna crisis, pero estamos preparados para ello. Cualquier novedad le estaré informando.
Agradecimos al doctor y salimos de su consultorio. Llamé a casa para preguntar por Angelo. Rose, la hermana de Peter lo está cuidando, me envió una foto de él y parece un angelito, con su dedito pulgar en la boquita y dormido, le agradecí por cuidarlo y colgué. Abracé a Victoria en cuanto nos sentamos en uno de los sofás de la sala de espera, acaricié su cabello por un largo rato hasta que se quedó dormida. La acomodé sobre mis piernas y cerré mis ojos tratando de descansar un poco mientras esperaba nuevamente noticias de Simon.
…-Sería bueno que no entraras a mi consultorio sin avisarme- dijo el doctor cerrando la puerta con seguro.
-Tranquilo John, no estoy aquí para inmiscuirme en tu trabajo sucio. Mejor dime ¿Qué le dijiste a la rubia esa?- preguntó Alice apoyando sus largas piernas sobre el escritorio.
-A la señora Adkins- aclaro él sentándose frente a ella.
-¡A esa!- gritó ella con rabia.
-Como sea Alice- le restó importancia a su grito. –Le informé del estado de Simon, intoxicación por escopolamina. Por cierto, estuviste a punto de matarlo, exageraste con la dosis.
-Tenía que asegurarme de que no volviera a la oficina en un par de días.
-¿Por qué haces todo esto? Ese pobre hombre no lo merece.-¡¿No lo merece?! ¡Ja, tú que sabes!
-Lo que tú me has contando. Tuviste una relación con él y te dejó por borracha e infiel. Mientras estuvo contigo nunca te presentó a su hija y seguía mencionando a la señora Adkins, una mujer muy formal y linda de hecho. Si te soy sincero Alice y no quiero que te ofendas, esa mujer es mucho mejor que tú en todos los sentidos.
-¡Imbécil!- se puso de pie apretando los puños. –Puede ser mejor que yo en cualquier sentido menos en este- se quitó el vestido que portaba quedando completamente desnuda frente a él, rodeó el escritorio y se sentó sobre sus piernas. –Pronto seremos muy ricos John.
-Me ofreciste el treinta por ciento- besó su cuello. -Por no dejar morir a Simon.
-Así es- desabrochó su pantalón. –Nos podremos ir de Londres a cualquier otro lugar.
-¿Cuándo harás el robo a la compañía?- preguntó entrando en ella.
-Mañana a primera hora, tengo acceso a todas las cuentas. Simon me dio las claves mientras la escopolamina hacia su trabajo- se movió y él gimió. –De hecho también hice que tuviera sexo conmigo, pero él muy idiota utilizó preservativo. Quería un bebé de él.
-¡Eres una puta!- gritó John halando su cabello.
-¡Soy una puta, pero solo tuya!- aseguró y se movió sobre él con más rapidez para demostrarlo.
…Adele
Estaba de pie frente a la habitación veintidós. El doctor me informó que Simon había despertado y preguntaba por mí. Entré un poco insegura y lo vi, acostado en la camilla con un respirador artificial sobre su rostro, varios cables conectados a su pecho y con la piel bastante pálida. Volteó a verme y su rostro reflejaba cansancio.
-Adele…- dijo en voz baja, débil y apagada.
Tomé una silla y la puse a un lado de la cama, me senté y tomé su mano izquierda entre las mías, sus largos dedos estaban fríos y un poco amoratados por la misma razón. Le di mi atención a cada uno de ellos tratando de transmitirle un poco de calidez. Cuando llegué a su dedo anular noté que no tenía puesta su argolla de matrimonio, solo tenia la marca de esta.
…
Pasado
-El señor bendiga estos anillos que se van a entregar el uno al otro en señal de amor y fidelidad- dijo el padre sosteniendo la cajita en la que se encontraban. –Recita tus votos Simon- indicó mientras él tomaba el anillo.
-Me entrego a ti este día para compartir mi vida y sueños contigo, puedes confiar en mi amor, porque es real. Prometo ser quien mereces, prometo ser lo mejor para ti. Desde este momento te tomo como mi esposa para toda la vida. Te amaré y cuidaré siempre porque ahora es mi deber; de ahora en adelante te haré la mujer más feliz, te lo mereces. Te amo Adele- dijo Simon mientras deslizaba con delicadeza el anillo de oro que simbolizaba nuestro amor. Su gran sonrisa adorno su rostro.
Suspiré llena de amor y tomé el otro anillo, un poco más grande y grueso. Miré a Simon y sonreí al ver que la felicidad en él era palpable, igual que la mía.
-Te amaré siempre, diga lo que diga, haga lo que haga, sufra lo que sufra, pase lo que pase, sea como sea, de cerca o de lejos, recuerda que te amaré, eres y siempre serás el amor de mi vida- su rostro se iluminó aún más al escuchar mis votos.
Deslicé el anillo en su dedo y él acarició mi mejilla.
-Que el señor en su bondad fortalezca su amor para llenarlos a ambos de bendiciones. Lo que Dios ha unido, el hombre no debe separarlo. Adele y Simon los declaro marido y mujer. Simon puedes besar a tu esposa- dijo el padre dándole su aprobación.
Simon se acercó a mi despacio, tomó mi cintura y entrelazó nuestras manos donde estaban los anillos. Pegó su frente a la mía y me miró con adoración.
-Te amo Adele- susurró sobre mis labios.
-Te amo Simon- susurré de la misma forma y cerré los ojos al sentir sus labios sobre los míos.
…-Dell…- escuché la voz de Simon nuevamente y volví al presente. Su mirada estaba fija en mí. –Te amo- susurró y sentí las lágrimas rodar por mis mejillas.
-También te amo Simon- dije quitando el respirador de su rostro para poder besarlo.
Quien iba a imaginar esto, que estaría aquí, con Simon en estas circunstancias. Gracias a eso entendí que la vida te sorprende y que no controlas todo o quizás nada. Lo besé despacio olvidando todo lo sucedido en los últimos días. Amaba a Simon, lo amaba en verdad.
...
¡Capitulo 19!
Gracias Siempre❤