Los besos de Marian bajaron poco a poco. Mi respiración iba en aumento y a ella parecía gustarle. Se encontraba jugando en mi abdomen con sus tibios labios, de vez en cuando lo mordia provocando que jadeara por la deliciosa sensación que esto me generaba.-Tu piel tiene un sabor único- susurró y me elevó un poco. No supe en que momento sus ágiles manos lograron quitar mi blusa, me sonrojé de inmediato y me cubrí el rostro con las manos. Con una sonrisa traviesa tomó mis manos y las puso por encima de mi cabeza.
-Quiero ver la perfección de tu cuerpo- dijo rozando la piel de mi pecho, sin permiso alguno se apoderó de mis labios. Llevábamos un ritmo perfecto.
Sus manos se deslizaron por mi cintura para apretarla con un poco de fuerza, gemi alto, había descubierto uno de mis puntos débiles. Abrí los ojos y ella me observaba con una sonrisa, le sonreí también y me senté para que ella quedara sobre mis piernas. Con mis manos temblorosas quité su blusa, mordí mi labio al ver el lindo sostén que traía puesto, negro con encaje en los bordes. Un poco insegura dirigí mis manos a sus senos.
-¡Ah!- gimio en cuanto los apreté un poco, a mi también me gustaron sus gemidos así que lo volví a hacer.
Su mirada bajó a mis senos. Sus manos estaban en mi cintura, las deslizó por todo mi cuerpo siguiendo el contorno de mi figura hasta llegar a mi espalda. -Tu piel es muy suave pequeña- escuché el sonido de mi sostén al desprender el broche, un poco insegura dejé que lo quitara, cerré los ojos al momento en que senti sus manos apretar mis senos delicadamente.
Poco a poco nos acostamos sobre la cama. Marian besaba mi piel de manera delicada, bajó un poco más y no pude evitar gemir cuando senti sus atenciones en mis senos, con desespero busqué como quitar su sostén. Cuando lo conseguí ella se giró dejándome sobre su cuerpo.
Me incliné un poco y besé sus labios, bajé por su cuello y tomé nuevamente sus senos entre mis manos, los acaricié con la yema de mis dedos mientras escuchaba sus suspiros y jadeos. Me acomodé mejor entre sus piernas y empecé a mover mis caderas de adelante hacia atrás. Era una total locura lo que estaba pensando, pero no podía negar que lo estaba disfrutando como nunca antes. Me levanté de la cama y la ayudé a ponerse de pie, me puse de rodillas y mientras besaba su abdomen desabroche y saqué su pantalón junto a sus converse, me levanté y volvimos a unir nuestros labios mientras sus manos se encargaban de soltar mi cabello de la trenza.
-Eres hermosa Victoria- acarició mi cabello y le sonreí, bajé mis manos a mi pantalón y lo desabroche. Marian me ayudó a sacarlo y ahora solo estaba en bragas al igual que ella. Me dejó caer sobre la cama nuevamente mientras tocaba mi cuerpo con adoración, nuestros gemidos llenaban la habitación, en nuestros cuerpos se comenzaba a formar una ligera capa de sudor. Todos mis puntos eran debiles si ella los tocaba. Sentí sus manos jugar con el borde de mis bragas.
-Quiero hacerte el amor- dijo besando mis caderas. Suspire, cerré los ojos y abrí las piernas dándole paso a que lo hiciera.
Me aferre de las sabanas al sentir como besaba mis muslos y bajaba mis bragas, las sacó por completo y volvió sus besos a mi piel. Jadee al sentir su respiración cerca de mi sexo y mordí mi labio para reprimir el gemido que estaba en mi garganta.
-¡Vic!- escuché la voz de mi madre y mis ojos se abrieron de inmediato. Marian se detuvo y se cubrió la boca. -Hija ¿en donde estás?
-¡Rayos!- Marian se levantó y comenzó a buscar su ropa rápidamente mientras yo hacía lo mismo. -¡Esto debe ser una broma!- decía mientras se vestía. -Vic, si tu mamá pregunta dile que ya me fui- reí al verla tan asustada, aunque yo estaba igual, entró al baño y yo terminé de abrochar mi blusa.
-Vic, cariño- mi madre entró a la habitacion, gracias a Dios ya estaba vestida. - ¿Qué pasó aquí? ¿Qué es éste desorden? ¿Qué pasó con tu cabello?- miró la habitación y después a mi, aún estaba sonrojada y con la respiracion a tope.- ¿¡Victoria que hace tu sosten tirado!?- preguntó elevando su tono de voz, palidecí al ver como levantaba el sostén de Marian del suelo. -¿En dónde esta Marian?- preguntó mientras se acercaba a mi.
...
¡Capítulo 13!
Gracias Siempre
❤Mi pingüinito hermoso, gracias por tu ayuda en este capítulo, eres mi número uno, la mejor🌻
¡Te amo mi amor!
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