Ver a Daria subir al coche de Aarón fue algo que realmente no me agradó. Por más que intentaba no darle importancia, simplemente no lo conseguía, por el contrario, entre cada cambio de clase la buscaba con la miraba por los pasillos y en la cafetería ignoré del todo a mis amigos por estar pensando en ella.
Estaba realmente enfadado por su forma inmadura de pensar y tomarse a la ligera el consumir drogas como si fuera lo más normal del mundo.
Me gustaba. Vaya que Daria me gustaba y la quería conmigo, pero liarme con ella me traería bastantes problemas, de eso estaba seguro.
Odiaba el hecho de que se drogára y me mataba el hecho de no saber qué tan seguido lo hacía.
¿Por qué?
Era más que obvio que no tenía nada en contra con la gente que fumaba de vez en cuando o usaba otro tipo de droga, al fin y al cabo eran ellos, no yo. Pero cuando se trataba de alguien a quién yo quería mucho, a quién yo apreciaba, simplemente no podía soportar ver como se consumían por culpa del vicio. Y eso fue lo que le pasó a Stephen.
Stephen Grey lo tenía todo, era hijo único de una buena familia. Tenía unos padres amorosos, una novia que se preocupaba hasta por lo mínimo que pudiera pasarle, una que lo sigue amando. Y amigos, verdaderos amigos. Al menos dos de ellos.
Él, Nathan, Aarón y yo siempre andábamos juntos, éramos como las chicas de "Sex and the city" pero en versión masculina, estábamos en las buenas y en las malas.
Recuerdo bien que nos encontrábamos en la casa de Aarón, bebíamos cerveza en la sala, fue exactamente hace dos años. Aarón había llevado marihuana para probar y vaya que probar no nos iba a hacer gran cosa ¿no?
Al menos eso creía...
Seis meses después a eso de las tres de la madrugada, recibí una llamada de Kristiane —la hermana de Aarón—, apenas y pude entender lo que quería decirme, se estaba ahogando en su propio llanto.
Salí de prisa a su casa, Aarón no estaba y lo odie por ello en aquél entonces.
Kristiane gritaba desesperada, lo único que logró salir de su pequeña boca fue un apenas aludible "arriba, en mi baño".
Nunca pensé encontrarme con tal escena, a pesar de haberme preparado para lo peor. Perdí la fuerza en mis piernas y caí junto a él, no podía ser verdad.
Esa madrugada en el hospital nos habían dado la peor de las noticias hasta la fecha, uno de mis mejores amigos había muerto a causa de una sobredosis de heroína.
Ese fue el incidente por el cuál Kristiane y Aarón no se habían hablado desde hace año y medio, Él era su novio y nuestro mejor amigo.
No entendía como Aarón pudo ayudar a Stephen a conseguir aquello, y al igual que Daria, Aarón se lo tomaba a la ligera, justo como lo sigue haciendo ahora.
—¿Irás a entrenar? —escucho a Nathan preguntar a mi lado.
—No lo sé, hermano. Ayer tenía que asistir a una junta con mi papá y le he dejado mal —digo. Cruzo mis brazos por encima de mi pecho.
Luce sorprendido, y a decir verdad, yo también lo estoy, jamás había sido incumplido con mi padre, incluso con todo y resaca asistía a dónde decía y hacía lo que pedía.
—¿Qué era más importante que la junta?
—Simplemente lo olvidé.
—A mí no me vengas con esa mierda, Dylan, ya dime la verdad.
—Estaba con Daria, me enojé con ella porque no me hizo caso cuándo le dije que no consumiera droga —confieso. —Tenía tiempo aún de llegar a la junta supongo, pero lo único que tenía en mente era a ella y la hora se me pasó.
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Perdiendote » Dylan O'brien
FanfictionDicen que para reencontrarse, primero hay que perderse. ¿Será verdad?