¿Cuánto más podría tardarse una cena?
Quería decir...
Estaba seguro que si todo había salido bien, seguramente habían decidido ir a tomar un par de tragos pero, ¿tanto cómo para tardarse cuatro horas?
—¿Sigues aquí? —pregunta Mero, quién toma asiento frente a mí en la isla de la cocina. —¿Crees qué...
—Ni siquiera lo digas —le corto abruptamente. —Lo siento —me disculpo cuando me doy cuenta de lo rudo que he sonado.
—Está bien —dice. —Entiendo que estás preocupado. ¿Has llamado a su madre? —pregunta y niego.
—No quiero preocuparla —respondo y sueno frustrado. —Lo que me molesta es que no atienda mis llamadas —admito. —Al menos un mensaje que me hubiera enviado para saber que está bien.
Me paso una mano por el rostro, luego ambas las llevo a mi cabello para tirar de el ligeramente y revolverlo un poco, como si eso ayudara a deshacer el remolino interno de ideas que hay dentro de mi cabeza.
—Quizá se quedó sin pila —dice Mero.
Sé que intenta calmarme, tranquilizarme y hacerme creer que todo está bien con ella pero no, no puedo evitar pensar lo contrario.
No soportaría la idea de que algo malo pueda sucederle, no a ella.
No cuando aún hay demasiados planes para nosotros.
—¿Y qué? ¿Me dirás que Emma no pudo haberle prestado para que me avise? —río amargo. —¡No soy estúpido, Isabelle! —espeto. —Eso no me lo trago, su celular sigue encendido.
—No dije que lo fueras
—suspira. —¿Qué tal aprovechó el último día de curso y se fue a celebrar con Emma?—La conozco lo suficiente como para saber que salir de fiesta era lo último que ella tenía en planes —echo mi cabeza atrás y miro al techo.
Quiero pensar que Mero se equivoca.
Quiero creer que en cualquier momento Daria va a llamarme y me dirá que mi preocupación ha sido en vano.
Quiero creer.
Quiero confiar en ella.
Pero muy en el fondo, sé que el nerviosismo que sentía antes de ver a Emma, no era realmente por volver a hablar con ella, si no que se debía a otra cosa.
Incluso a estas alturas quiero creer que ella en verdad no me ha mentido pero, al único al que engañaría sería a mí mismo.
—¿Quieres que llame a Sierra para preguntarle por ella? —pregunta y le doy una negativa.
—Ya la llamé a ella y a sus otros amigos —digo refiriéndome a Charlie y Lo. —Sierra no la ha visto, y los otros tampoco desde la compra del departamento.
—¿Qué hay de sus hermanos?
—Es más de medianoche, seguro ya están durmiendo.
—¿En serio? —inquiere ella. —¿Dormidos un viernes en la noche siendo fin de curso?
—Bien —ruedo los ojos— aún así no quiero preocuparlos.
—Dylan —me mira seria. —Son sus hermanos, tienen derecho a saber que Daria no ha llegado al igual que su mamá. Aún aunque ella no esté en peligro o algo por el estilo.
—De acuerdo, llamaré a Colton.
Tomo mi móvil que está a un lado de mí sobre la isla de la cocina y hago mi camino a la sala, Mero siguiéndome el paso.
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Perdiendote » Dylan O'brien
FanfictionDicen que para reencontrarse, primero hay que perderse. ¿Será verdad?