Capítulo 18 | Dylan

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El jueves me reuní con mi padre saliendo de clase tal y como me había pedido el día anterior, no tardamos mucho en su oficina ya que había quedado con mamá para comer todos juntos en familia.

Había comentado ella también la noche anterior que mi hermana tenía una gran noticia que darnos.

Para ser honesto, no tenía ni idea de que tanto hablaron durante la hora y media que estuve con ellas mi mente no estaba enfocada en la conversación, así que vine a enterarme en la comida junto a mi padre sobre la gran noticia que ella nos tenía: estaba embarazada.

¿Cómo rayos no noté que estaba esperando si la panza ya se le notaba?

Está de más decir que la felicité por ello, realmente me puse feliz con la noticia, iba a ser tío en unos meses.

El viernes todo marchaba normal, volví a reunirme con mi padre y por la tarde a eso de las cinco, lleve a las dos mujeres de mi vida a hacer compras maternales. Debo admitir que me arrepentí, no podía dejar de pensar en Daria y si en vez de mi hermana, fuese ella a la que yo estuviera acompañando a elegir cosas para bebé.

Estaba jodido.

¿Cómo podía estar pensando en la idea de tener bebés con ella?

Ayer sábado mi hermana me pidió de favor que la llevará al aeropuerto en la mañana para recibir a su esposo Ethan que llegaba de Canadá, no tenía nada que hacer y llevarla había sido todo un placer para mí.

El resto del día me dediqué a terminar mis pendientes tanto de la universidad como de la oficina para así tener el día de hoy completamente libre.

—¿Harás algo el día de hoy? —la voz de mi hermana llegando a mi lado no se hace esperar.

—Me reuniré con mis amigos en mi departamento más tarde.

Quedamos en ver algunas películas, cenar y beber unas cuántas cervezas, un domingo tranquilo en lo que a mí respecta.

—No suena mal —dice, su mirada me estudia por un par de minutos.

—Suéltalo —digo dejando de lado la naranja que estoy pelando.

—¿Qué cosa? —se hace la inocente.

—Te conozco lo suficiente como para saber que hay algo que quieres preguntarme.

Ella sonríe.

—¿Qué hay de esa chica que mencionó papá? —pregunta. —Dice que te pegó muy duro con ella.

—Te mintió entonces porque no es así —respondo.

—Nunca le habías dejado mal, no creo que sea mentira.

—Sólo fue una vez.

—Pues esa cuenta mucho—ríe. —Anda, cuéntame por favor —pide.

Se sienta a mi lado y hace pucheros como cuando tenía ocho años para que le dieran lo que quería, siempre saliéndose con la suya.

—Sólo no le cuentes a mamá porque luego vendrá a interrogarme y pedirá que la traiga para que conozca y no podré hacerlo porque ni es nada mío ni lo será.

Perdiendote » Dylan O'brienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora